Anyel y Elisa, Dos jóvenes con una amistad de muchos años. Con sueños muy diferentes, metas que anhelan cumplir, promesas que no cumplieron y que pondrían a prueba su amistad y también el amor que recién empiezan a tener entre si.
Ambos estarán en un dilema por conservar su bonita amistad, batallando en contra de un inevitable Amor.
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Capitulo 15
Dos días después
Llegó el día más duro para todos, una despedida como todas, muy difícil de no llorar. Los ojos de Elisa ya no podían derramar más lágrimas.
En los dos días anteriores, había pasado mucho tiempo con su madre, como hacía tiempo no lo hacía. Muchas cosas debía hacer ella sola, prácticamente se estaba independizando y su madre no estaría para ayudarla en muchas cosas.
—Te voy a extrañar mucho mi niña, no me acostumbraré a estar sin ti— confesó Paola, aguantando las ganas de llorar. Como podría estar bien sin su niña consentida, su primogénita y su orgullo. Un abrazo, unas lágrimas y muchos te amo, no eran suficientes para una madre. Ese sentimiento que se siente en lo más profundo del alma, de solo pensar que las mañanas no serán igual, estar pendiente de un desayuno, almuerzo y cena, asegurarse que su ropa esté organizada al igual que la habitación. Sin duda, ambas se extrañaría mucho.
—Yo te voy a extrañar, mamá, cuídate mucho y no me busques padrastro, por favor— bromeó Elisa. Un fuerte abrazo se dieron, uno de esos que no deseas que termine. Aun así, los demás querían despedirse.
—Amiga, serán los años más eterno de mi vida al no abrazarte, pero de algo debes estar segura, tu teléfono recibirá todas mis quejas, mis lágrimas, mis molestias y mis gritos por todo lo que logres— Afirmó Noelia con lágrimas en sus ojos. Abrazando fuerte a su amiga.
—Y para eso, ya hicimos un grupo, estaremos veinticuatro por siete pendientes de ti y tus logros— Agregó Julián, dándole un corto abrazo. Haciendo reír de nostalgia a Elisa.
—Son mis locos favoritos— confesó Elisa, feliz, de tener unos buenos amigos como ellos.
—Veinticuatro por siete estarán ellos, tu no, debes descansar, comer bien, dormir bien, te ayudarán a estar con buena energía en todo el día— explicó Anyel que todos sabían, pero ella debía practicar. Anyel se acercó y beso su frente.
—Te estaré esperando con ansias— le susurró antes de separarse del abrazo que le dio.
—Espero recibir esos mensajes de ti, o vendré a reclamarte yo misma— advirtió Elisa, sacando una sonrisa de Anyel.
—Mi niña, estaré en primera fila, cuando des tu primer concierto— Hablo Roberta, con mucha seguridad. Feliz de ver a la niña que vio crecer metida en el piano.
—Gracias por creer en mí— Elisa abrazo a Roberta.
—Y por aguantarme tanto— bromeó ella.
—Como no vamos a creer en tu talento, Eli, si eres fabulosa. Seremos los más felices en verte triunfar— Continuó Ysyuri, haciendo llorar aún más a Elisa.
La voz que indicaba la salida del vuelo de Elisa se escuchó, dejando el corazón de todos bien arrugado. Elisa camino de espalda un par de metros, despidiéndose con la mano, hasta ya no verlos más, con su corazón bien arrugado, ese nudo en la garganta que quitaba hasta su respiración, con todas esas emociones, subió al avión.
Todos estaban viendo por el gran ventanal donde se apreciaban los aviones, como el avión tomaba carrera para despegar y así regresar a casa, con el corazón arrugado, estando claros que no era un adiós para siempre, sino un hasta pronto.
El regreso a casa fue en total silencio, ninguno tenía algo que decir, solo deseaban que el tiempo pasara en cuestión de segundos y así poder ver a Elisa nuevamente. Cuatro años era muchos y el deseo de querer verla de regreso no ayudaba a que las horas pasarán rápido.
Anyel creo un video de cada momento junto a ella, enviándolo antes que despegará el avión, Elisa era un mar de lágrimas, ya ni recordaba todos esos momentos de niños, sus bromas y apoyo.
La casa de Paola estaba en silencio, sin pensarlo fue a la habitación de su hija, todo en ella, hablaba de Elisa, cada recuerdo, la manera de organizar todo y tantas cosas que extrañaría de la dueña de esa habitación.
No solo Paola estaba recordando tantas cosas, Noelia, Julián y Anyel estaban en lo mismo y eso sería por muchos días más, hasta resignarse a que no la verían por mucho tiempo.
felicidades autora .
Que hermosa amistad la de Elisa, Noelia, Julián y Anyel.