Lena, una joven que siempre ha sentido que es diferente, sin saber por qué. En la noche de su vigésimo primer cumpleaños, su vida da un giro inesperado cuando descubre que es la Luna destinada del alfa de la manada más poderosa de la región, un hombre llamado Aiden, conocido por su ferocidad y liderazgo implacable.Aiden, marcado por una profecía ancestral, ha esperado años para encontrar a su Luna, la única persona capaz de calmar la bestia dentro de él y traer equilibrio a su vida. Sin embargo, Lena no está dispuesta a aceptar su destino fácilmente. Mientras lucha por comprender y aceptar el vínculo que la une a Aiden, descubre que su conexión va mucho más allá del amor: está vinculada a un oscuro secreto que podría destruirlos a ambos.En medio de luchas internas, conflictos con otras manadas, y una amenaza que podría desencadenar una guerra, Lena debe decidir si está dispuesta a aceptar la marca del Alfa y el destino que le ha sido impuesto, o seguir su propio destino
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Capítulo 16 El Despertar de la Marca
La luna llena brillaba intensamente en el cielo, bañando el bosque en un resplandor plateado.
Lena observaba la luna desde la ventana de su cabaña, perdida en sus pensamientos. La revelación del oscuro pasado de Aidan aún pesaba en su mente, pero, en los días que habían pasado desde su confesión, había llegado a una conclusión: su amor por Aidan era más fuerte que cualquier sombra del pasado.
Sabía que él era un hombre complejo, lleno de cicatrices y secretos, pero también sabía que él la amaba con una intensidad que nunca antes había experimentado.
De repente, sintió un extraño calor en su piel. Lena miró hacia abajo y vio cómo una marca comenzaba a formarse en su muñeca.
Era como si la luna misma estuviera proyectando su luz sobre ella, dejando una huella indeleble en su piel.
La marca era compleja, una serie de intrincados patrones que se entrelazaban en un diseño que parecía casi antiguo, lleno de poder y misterio.
El dolor de la marca era agudo pero soportable, y Lena se dio cuenta de que no era solo una quemadura o una herida.
Esto era algo más, algo profundamente conectado con su alma y su destino. Sabía, sin necesidad de palabras, que esta marca era un símbolo, un sello de su vínculo con Aidan, pero también algo más profundo, algo que la ataba a un destino que aún no comprendía del todo.
Aidan llegó en ese momento, entrando en la cabaña con un aire de preocupación.
Sus ojos dorados se posaron inmediatamente en Lena y la marca, y Lena vio cómo su expresión cambiaba de preocupación a asombro y luego a una seriedad cargada de significado.
—Lena... —su voz era un susurro lleno de reverencia—, esa es la Marca del Alfa.
Nunca antes había visto una aparecer de esta manera. Esto... esto significa que tú eres más que mi Luna.
Eres la guía, el faro de nuestra manada. Tu destino está sellado, Lena, y será más grande de lo que cualquiera de nosotros podría haber imaginado.
Lena sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. La responsabilidad que Aidan describía parecía inmensa, pero no sentía miedo. No cuando Aidan estaba a su lado.
La conexión entre ellos se había fortalecido desde su confesión, y ahora, con esta marca, sentía que su unión estaba más allá de lo físico, era espiritual, una fuerza que ambos apenas comenzaban a entender.
LA HISTORIA DE LA MARCA
Lena pasó los siguientes días intentando comprender el significado de la marca. Se sumergió en antiguos textos de la manada, buscando respuestas, pero lo que encontró solo aumentó su confusión.
Aidan la apoyaba en cada paso, pero incluso él estaba sorprendido por la aparición de la marca.
La historia de la Marca del Alfa era algo que se había perdido en las leyendas, una reliquia de un tiempo antiguo cuando los alfas y sus lunas gobernaban no solo con fuerza, sino con sabiduría y una conexión con las fuerzas más profundas del mundo.
Una noche, Aidan la llevó a un lugar especial, un claro en el bosque que estaba rodeado de viejos robles. En el centro del claro había un círculo de piedras, cada una grabada con runas antiguas.
—Este lugar es sagrado para nuestra manada —explicó Aidan mientras se sentaban en el centro del círculo—. Aquí es donde los primeros alfas recibieron sus marcas, donde se sellaron los destinos de los líderes más poderosos.
La marca que llevas en tu muñeca, Lena, te conecta con ese linaje. Pero hay algo más... algo que ni siquiera yo entiendo por completo.
Lena escuchó en silencio, sintiendo el peso de sus palabras. Las runas en las piedras comenzaron a brillar tenuemente, como si respondieran a la presencia de la marca en su piel.
El aire se llenó de una energía antigua, palpable, que hizo que Lena sintiera que algo más grande que ella misma estaba despertando.
—Hay una leyenda —continuó Aidan—, sobre una Luna que recibiría una marca que la conectaría no solo con su Alfa, sino con el espíritu de la manada en su totalidad.
Se decía que cuando esa marca apareciera, el destino de la manada cambiaría para siempre. Se enfrentarían a grandes desafíos, pero también se abrirían nuevas posibilidades, nuevos poderes.
Lena miró su marca, sintiendo cómo el calor de su conexión con Aidan la envolvía. Pero más allá de eso, sentía la presencia de algo más grande, un poder antiguo que comenzaba a despertar dentro de ella.
—Aidan, esto... esto es mucho más grande de lo que imaginábamos —murmuró Lena, sin apartar la vista de su muñeca—.
Pero estoy lista para enfrentarlo, siempre y cuando estés a mi lado.
Aidan la miró con una intensidad que la hizo estremecer. Se acercó a ella, tomando su mano y besando suavemente la marca en su muñeca.
—Siempre estaré a tu lado, Lena. No importa lo que venga, enfrentaremos esto juntos.
Con el paso de los días, Lena comenzó a notar cambios en sí misma. Su percepción del mundo a su alrededor se intensificó.
Podía sentir las emociones de los miembros de la manada con mayor claridad, casi como si sus pensamientos resonaran en su propia mente.
Además, su fuerza y agilidad se incrementaron, y a menudo se encontraba reaccionando instintivamente a situaciones antes de que su mente pudiera procesarlas.
Estos cambios no pasaron desapercibidos para la manada. Los miembros comenzaron a mirarla con una mezcla de respeto y temor.
Lena sabía que estaban sintiendo el poder de la marca, pero también sabía que su presencia desataba incertidumbre entre ellos.
No era fácil aceptar lo desconocido, especialmente cuando el destino de todos estaba en juego.
Un día, mientras entrenaba con Aidan, ocurrió algo que confirmó sus sospechas. Estaban en el claro, practicando técnicas de combate cuerpo a cuerpo.
Aidan la empujó, con la intención de hacerla perder el equilibrio, pero antes de que pudiera tocar el suelo, Lena sintió una fuerza elevarla, como si el aire mismo la hubiera levantado.
Se enderezó, aterrizando suavemente en el suelo, sin una sola herida.
Aidan la miró con asombro, sus ojos dorados brillando de emoción y orgullo.
—Lena, eso... eso no fue solo habilidad. Fue la marca. Estás comenzando a acceder a un poder que únicamente existía en las leyendas.
Un poder que está destinado a proteger a la manada. Lena estaba impactada.
Sabía que la marca la hacía diferente, pero no había imaginado que sería tan poderosa.
Aun así, con este poder venía una gran responsabilidad, y no estaba segura de estar preparada para llevar esa carga.
—Aidan, ¿y si no soy lo suficientemente fuerte para manejar esto?
—preguntó, sintiendo el peso de su destino.Aidan se acercó a ella, tomando su rostro entre sus manos y mirándola con la seriedad que solo él podía mostrar.
—Eres más fuerte de lo que crees, Lena. Y no tienes que cargar con esto sola. Estamos juntos en esto, y confío en que encontrarás la manera de manejar este poder. La manada te necesita, y yo también.
Lena asintió, sintiendo cómo su confianza crecía gracias a las palabras de Aidan.
Sabía que él creía en ella, y eso la impulsaba a creer en sí misma.
La tensión en la manada aumentó a medida que se extendían los rumores sobre una misteriosa marca que tenía Lena.
Los miembros del concilio, los ancianos que asesoraban a Aidan, comenzaron a hacer preguntas.
Algunos estaban preocupados, otros intrigados, y unos pocos veían la marca como una amenaza a su poder.
Finalmente, Aidan decidió convocar a una reunión del concilio para abordar las crecientes preocupaciones.
Lena sabía que era el momento de enfrentar a los líderes de la manada, y aunque el miedo la acechaba, estaba decidida a mostrarles que estaba a la altura de su nuevo rol.
El concilio se reunió en la gran sala de la casa principal, un edificio antiguo que había servido como el corazón de la manada durante generaciones.
Los miembros del concilio, hombres y mujeres ancianos con vasto conocimiento y experiencia, la miraron con expresiones indescifrables mientras Aidan entraba.
El líder del concilio, un hombre de cabello plateado, fue el primero en hablar.
—Aidan, hemos escuchado sobre la marca que ha aparecido en Lena —dijo, su voz grave resonando en la sala—.
Sabemos lo que puede significar y lo que implica. Pero también sabemos que este poder puede ser peligroso si no se maneja correctamente.
Necesitamos asegurarnos de que Lena esté preparada para lo que viene.
aidan sintió la presión de todos miradas sobre el, pero no vaciló.
Sabía que este era su momento difícil.
—Entiendo sus preocupaciones señores —comenzó, su voz firme y autoritaria—.
Sé que la marca que trae Lena consigo es una gran responsabilidad, pero también traera nuevas oportunidad de guiar a la manada hacia un futuro más fuerte.
Lena no pretende saberlo todo, pero esta dispuesta a aprender y a hacer lo necesario para proteger a nuestra manada