Arenas De Pasión

Aún con su padre herido, Zaid avanzaba con determinación por el desierto rumbo a Marambit. El viaje era arduo, y la preocupación por la condición de Akram pesaba en su corazón. Estaban a dos días de la frontera cuando escucharon las explosiones.

El sonido retumbó por el desierto, un eco ominoso que llenó el aire de tensión. El ejército de Marambit, bajo las órdenes de Sharif, estaba llevando a cabo un bombardeo masivo sobre Jaddara, un despliegue de milicia sin precedentes en la región. La fuerza y magnitud de los ataques eran visibles incluso a la distancia, con columnas de humo elevándose hacia el cielo.

—¡Debemos resguardarnos! —gritó Ahmed, levantando la voz por encima del rugido de las explosiones.

Zaid asintió, mirando a su alrededor en busca de un lugar donde pudieran encontrar refugio. Finalmente, divisó una serie de cuevas naturales en una formación rocosa cercana. —¡Por allí! —señaló, guiando a su padre y a Ahmed hacia la relativa seguridad de las rocas.

Llegaron a las cuevas justo a tiempo, antes de que otra serie de explosiones sacudiera el suelo bajo sus pies. Zaid ayudó a su padre a descender del caballo y a instalarse en una pequeña cueva, protegiéndolo del viento y la arena.

—Padre, necesitamos revisar tu herida —dijo Zaid, con voz firme pero llena de preocupación.

Akram asintió débilmente, dejándose caer con cuidado sobre una manta que Ahmed había extendido en el suelo rocoso. Ahmed, siempre preparado, sacó un pequeño botiquín de su mochila y comenzó a tratar la herida de Akram con manos hábiles y rápidas.

—La herida no es mortal, pero debemos llegar a Marambit lo antes posible para un tratamiento adecuado —dijo Ahmed, limpiando y vendando la herida con cuidado.

Akram, aunque débil, miró a su hijo con ojos llenos de determinación.

—Zaid, debes continuar. La situación en Jaddara es crítica. Yo solo te retrasare, dejame aqui dijo Akram.

— Por supuesto que no padre, dejarte atrás no es una opción.

—Debes hacerlo. El ejército se replegara si el ejército de Marambit lo supera. Nos atraparon a los dos, si tú logras llegar a donde esté el ejército de Marambit todo será más fácil.

Zaid apretó la mandíbula, su mente llenándose de resoluciones. —Padre, no te dejaré aquí solo. Pero entiendo la urgencia. Vamos a seguir adelante y asegurarnos de que lleguemos ambos a Marambit.

Las horas pasaron mientras el bombardeo continuaba en la distancia, cada explosión recordándoles la gravedad de la situación. Finalmente, cuando el ruido comenzó a disminuir, Ahmed asomó la cabeza fuera de la cueva, observando el horizonte.

—Parece que el bombardeo ha cesado por ahora. Es el momento de movernos —dijo, volviendo a la cueva.

Zaid ayudó a su padre a ponerse de pie, asegurándose de que la venda estuviera bien sujeta. Con Ahmed a su lado, comenzaron de nuevo su marcha hacia Marambit, avanzando con cautela y rapidez.

El camino era difícil y cada paso parecía un desafío, pero la determinación de Zaid y la guía de Ahmed los mantenían en movimiento. Finalmente, después de un largo y agotador viaje, el ejército de Marambit aparecio en el horizonte.

—¡Allí están, padre!, el ejército de Marambit —dijo Zaid, con una mezcla de alivio y esperanza en su voz.

Al acercarse, fueron rodeados por miembros del ejército, quienes rápidamente les apuntaron con sus armas obligándolos a ponerse de rodillas.

— Soy el Rey Hassan les ordenó bajen sus armas.

Los soldados impresionados obedecieron.

— ¡ El Rey está herido necesita atención médica de inmediato!.

Sharif se encontraba junto a Kardal en la capital de Marambit cuando recibió la información

Akram fue trasladado a la clínica de la guarnición para recibir tratamiento, mientras llegaba un helicóptero a buscarlo para trasladarlo a un hospital, a su lado Zaid y Ahmed se encontraban.

Sharif voló rápidamente hacia la frontera, sabía que Akram estaba herido. Como primera medida ordenó que el hospital fuera asegurado y los pocos pacientes que había fueran trasladados, aún no quería que la información de que Akram estaba en Marambit.

En cuanto llegaron al hospital su padre fue ingresado al quirofano, Zaid caminaba de un lado a otro. Pasaron tres horas cuando finalmente Akram se encontraba fuera de peligro y fue trasladado a una habitación.

Sharif llegó al hospital, rápidamente fue escoltado a donde se encontraba Akram.

—Zaid, me alegra verlos a salvo —dijo Sharif, con una mirada grave pero aliviada, estrechando la mano de su cuñado. — Ahmed ha hecho un buen trabajo.

—Solo he cumplido con mi deber, dijo Ahmed.

— ¿ Dónde está mi hermana y Aziza?, sabemos que Vadhir la está buscando.

— Mucho me temo que lo que dice el príncipe es cierto, yo mismo escuché la orden del Príncipe Vadhir.

Sharif frunció el ceño.— Burhan esta en guerra, por precaución las saque de la región, no te preocupes, a no ser que use al ejército jamás podrá acercarse a ellas, las custodian hombres del ejército de Marambit y Jaddara. Así como custodia privada,no hay manera de que ponga un pie en ese lugar sin que yo lo sepa. ¿Qué ha dicho el médico?, me gustaría trasladar a tu padre a la capital por precaución...

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Katherine viajó a Londres acompañada de Rashad, quería ver a sus sobrinas y Rashad aprovecharía el viaje para ver a Jalil sabía que se encontraba en Londres cuidando a sus hermanas y cuñada…