El destino es el que decide o nosotros somos los que fabricamos nuestro propio destinó.
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Sentimiento encontrado XVI
— Tano, ya basta. ¿Te quieres calmar? Por favor.
— Estoy calmado.
— Entonces deja de mover tus dedos sobre la mesa. Falta dos horas, ¿que te ocurre hijo?, ¿no quieres hacerlo? o ¿te preocupa lo que pueda pensar tú padre?, ya hablé con él y respeta la decisión que tomes.
— No es eso madre... – desde que salí a comer con mi madre, no dejaba de darle vueltas a todo.
— Pues no entiendo tú estado, no has comido nada, pasaste todo el rato jugando con la comida, moviéndola de un lado a otro, te habló y no me contestas.
— No tengo hambre, puede que esté ansioso, tiene mucho que no actuó – no puedo contarle a mi madre lo que en verdad me ocurre, ella no lo entendería, ni yo me entiendo.
— ¿Quieres que diga que ya no vas hacerlo?
— ¡No!, lo haré. No te preocupes mami, estoy bien. ¡Te lo juro! – cruzaba mis dedos bajo la mesa.
— Confío en ti Tano, al menos come algo, ¿quieres que pida algo más ligero?
— ¡Esta bien! – no puedo poner nerviosa a mi hermosa madre, ella ya había hecho mucho por mí, explicándole a mi padre el tipo de trabajo que podría llegar a realizar.
Cuando Mark habló conmigo y me contó la temática de la serie, no me asustó, más bien no le dí importancia, pensaba que no sería elegido como un actor principal, tal fue mi error, que hoy puede que sea un hecho. Tampoco fui tonto, le expliqué a mi madre y le dije todo sobre la serie, que deseaba intentarlo, podría ser una gran oportunidad para mí entrar en un mundo diferente, al principio no estaba muy convencida, nuestra familia no es tan conservadora, sabía que no es fácil ver a tu hijo besar a otro chico, vamos, esto no es real le decía.
...Si ella imaginará el transfondo de todo, no sé de qué forma me vería, no iba a preocuparme por eso en este momento...
Mi madre no sólo le preocupaba mi padre, también lo hacía por mis demás familiares, ellos de todas formas hablaran sobre mi trabajo, van a preguntar cómo había aceptado realizar algo con ese contenido, a mi edad. Mi madre jamás reconocería ante ellos, que no le importaba lo que pensaran, en el fondo si le importaba, bueno no tanto, le importaba más mi estado emocional después de realizar dicha serie. Por ello no dejaba de preguntar si estaba completamente seguro.
Ni una sola vez me arrepiento de mis decisiones, incluso cuando actúe por primera vez, mi propia familia y amigos me criticaron, nunca me ha importado lo que piensen de mí, no puedes tener contento a nadie de todas formas y eso me quedo muy claro desde que entre en esté ámbito. En mi escuela siempre me aislaba por lo mismos, sus burlas sobre ser actor a veces no eran tan graciosas, yo simplemente los ignoraba. Mis amigos de verdad eran muy pocos, esos pocos me conocían y no necesitaba explicar nada, además tenía a Mark, conocía de todo ésto, él tuvo a todos a su favor, siempre ha sido carismático y cuando alguien quería ofenderlo o hacerle una broma, podía ser peor regresando ambas cosas, por lo mismo dejaron de meterse con él.
Yo en ningún momento regrese ninguna broma, no me interesaba perder mi tiempo con gente que se creía superior. La vida da tantas vueltas, que sí tú haces algo mal a alguien por pequeño que sea, tarde o temprano todo regresa a ti.
A demás, desde que conocí al superior todo paso a segundo plano, él se convirtió en mi meta y mi única motivación, si yo me rindo por mis nervios a verlo, todo mi esfuerzo será en vano.
— ¿Mami nos vamos ya?
— Todavía no terminas la fruta...
— De verdad que no tengo apetito, no quiero dejar esperando a nadie.
— ¿Tano estás seguro? – tuve que sonreír, quería que notará que todo estába bien.
— Si mami, ya estoy emocionado por hacerlo.
— Entonces, que esperamos... – ella sonrió también, dándome su mano para que la ayudará a levantarse de la mesa y saliéramos del lugar.
El carro de mi madre más que un carro parecía un zapato, es horroroso, ella lo ama, mi padre y yo no hemos logrado convencerla para que lo cambié, es tan terca que le encanta llevar la contraria en todo, todavía no entiendo cómo mis padres se llevan tan bien, son tan diferentes, tengo parte de los dos, la terquedad de mi hermosa madre y el semblante serio de mi padre.
Entramos al edificio y nos dirigimos a la sala, esperaríamos a que me llamarán, todavía quedaba media hora, al entrar Mark y su agente estaban ahí y que bueno. ¡El idiota me mintió! Dijo que no vería al superior.
Al verme sonrió, lo hizo aldrede.
— ¡Listo Peke! - esta estrella pérdida me la pagará, sí no fuera por qué tengo a mi madre a lado, esa sonrisa en su cara, hubiera desaparecido.
— Yo siento que está muy nervioso Maki, pero él insiste qué no... – esa tendencia a decir todo lo que piensa, no la puede contener y siempre termina delatando a su pobre hijo,
¡O sea yo!
— ¿Nervioso? por qué Peke, no es nada de otro mundo.. - ¡Yo lo mato!
— Maki... – mi tono de advertencia no le pasó desapercibido poniéndose de trás de su agente.
— ¿Peke? – estaba a punto de ir trás él, cuando la puerta se abrió.
— ¿Perth Tanapon? Puedes venir conmigo, por favor...
— ¡Suerte Querido!
— Suerte Peke... – ya habrá tiempo para cobrarme.
Al cruzar la puerta ya no había regresó o me decidía a entrar o me daba la vuelta para huir.
— Puedes entra, te están esperando. – mi acompañante me dejó en la puerta, le agradecí y me dejo solo.
Ni jugando fútbol en un día caluroso había transpirando tanto como en este momento.
Algunos podrían llamarlo pánico escénico, algo parecido no me ha pasado, no me causa ningún miedo el hecho de interpretar un papel en frente de varias personas, lo que está llenándome de pánico, es una persona en particular al otro lado de la puerta.
Lo que dijo Maki puede que sea cierto y no me reconoce, de esa forma yo puedo empezar a conocerlo de verdad, no cómo el niño que se enamoró, todavía carezco de edad suficiente para considerarme mayor, pero mi forma de pensar y actuar han cambiado.
Mi miedo a verlo, no radica en saber que decirle o en comportarme como un tonto frente a él, ya no soy el mismo chico tímido que se quedaba en silencio en su presencia.
Más bien, lo que me asusta, es que mis espectativas sean tan grandes y puede que la realidad me golpeé, descubriendo a una persona totalmente diferente a quién idialicé por tanto tiempo.
Mi mano estaba en el pomo de la puerta, veía como apretaba con fuerza la manija. Por última vez llene mis fosas nasales con aire y entre.
En seguida voltearon a verme sonriéndo, todo se veía igual a hace unas horas, lo único diferente fue el número de personas en la sala.
No pude evitar buscarlo con la mirada, no pudo a ver cambiado tanto o ¿si?...
— ¡Perth! Llegas pronto, que bien, a sí podrán tomarse su tiempo para conocerse, antes de que interpreten las líneas que les asigné, es algo pequeño pero necesito verlos en acción.
— ¡Mm! – no sabía que decir, sonreía por inercia, lo busque, no lo vi por ningún lado, bueno los que estaban dentro eran demasiados mayores y por lo que recuerdo, él era mayor pero no tanto.
— Saint también ya llegó, está en el sanitario, si gustas puedes ir también, para que después no tengan ninguna interrupción... – negué con la cabeza, sí lo encontraba a solas, eso no me ayudaría, prefería estar en terreno seguro.
— ¡Ahh perfecto! Ahí viene – Estába a espaldas de la puerta. Cuándo dijo esas palabras, quería voltear, mis pies quedaron clavados en su lugar, lo único que pude hacer fue tragar y contener el aire.
— Saint, acércate, este chico aquí, será tu compañero, ven a conocerlo por favor.
— ¡Claro! – Escuché su voz, no pude reconocerla... ¿por qué no puedo reconocerla?
No me moví ni un milímetro, esperé a que se aproximará.
Un chico alto y castaño llegó a lado del director, mordiéndose el labio, cuando sus ojos se encontraron con los míos... No tengo palabras para explicarles el dolor... No creó que sea correcto llamar dolor a una presión que sentía en medio de mi pecho, no dolía pero podía sentir golpeando fuerte, mi corazón no es el responsable de esa sensación, pues puedo sentir su rápido palpitar desde antes de entrar, entonces ¿que es ésto?.
Sentía que mis ojos no estaban viendo a la persona de mis sueños, es alguien totalmente diferente de quién imaginé, estaba tan triste...
De pronto el sonrió... ¡¡ES ÉL!!...
Esa sonrisa es única, jamás olvidaría una sonrisa tan hermosa.
— ¡Hola! - mi forma de corresponder a sus palabras fue asentir con la cabeza y sonreí mecánicamente.
— Bueno chicos, quiero que platiquen un momento, antes de desarrollar su escena, por favor. Tienen 20 minutos – el director se fue y yo quería correr tras él, suena estúpido, estaba aterrado. La única forma de no salir corriendo fue “verlo sin verlo” puede sonar confuso y no ser entendible lo que digo, pero funciona.
— ¿Me escuchas? – él movía sus manos captando mi atención.
— ¡Oh lo siento! ¿qué decías?– me sonrió. [no hagas eso por favor]
— Te decía, ¿cuál es tu nombre?
— Perth Tanapon
— ¡Ahh! – abría la boca, todo lo expresaba con gestos, es tan lindo y yo tan... Yo.
— ¡Tú eres Saint!
— ¡Exacto! ¿Estudiaste la parte que nos toca interpretar? creó que sería bueno que habláramos un poco de nuestros gustos, de esa forma podríamos conocernos más y lograr que se note mejor nuestra escena... – en difinitiva, sí no lo hubiera reconocido por su sonrisa, con ésto, hubiera logrado reconocerlo, por qué ¡vaya que habla! — ¿Entonces? que piensas, sería buena idea ¿no?
¡Mm! – que más podía decir, él ya lo había dicho todo.
— ¿No hablas mucho verdad? – [cariño no dejas que diga nada]
— Entendí perfecto lo que dijiste, tienes razón en todo, tú dime qué hacer y lo haré, por mi no hay problema. – ahí está esa sonrisa de nuevo, esta vez sus ojos estaban sonriendo también, parece que le gusta llevar el control y al ceder tan fácil lo puso contento.
— ¡Bien! Me agradas, eres muy lindo. – ¿Lindo? acaso no existen espejos en su casa.
— No me pega eso de lindo, gracias de todas formas por el cumplido.
— Pues cuéntame...
— ¿Qué te cuento?
— No dijiste que habías entendido todo lo que dije...
— ¡Ahh! Mis gusto.., Er.., am.., estaba esperando que empezarás primero a contarme y después lo hacía igual pero como prefieras.
— Soy muy simple, práctico varios deportes... Básquetbol, ciclismo y un poco de atletismo, me encanta acampar, amo la música, también cantó y soy muy bueno bailando... – le faltó decir que le apasionaba hablar y a mi me apasiona escucharlo... ¡Mmmm! — Y eso es todo... Te toca. – no pude evitar rascar mi cabeza, que le digo, tal vez lo que le dije la primera vez... [me gustas] es muy pronto para eso, se lo diré pero hoy no, ese pensamiento me hizo reír.
— ¿De que te ríes?
— ¡Oh nada! Está procesando lo que me contaste, para darme una idea clara de ti – movía mis manos sin control, entiendan, tener a tú ídolo de frente y comportarte normal es una tarea difícil para cualquiera.
— Cuéntame anda...
— Realmente no hay mucho que contar, me gusta los vídeo juegos, el fútbol, la música, cantó, no sé, sí lo hago también am... Me gusta tocar guitarra ... ,Básicamente es todo... – [ahh... Y me gustas tú] eso lo pensé y al pensarlo mordí mi labio, cuando lo miré él veía mis labios.
— ¡Oh me gusta!... Tus gustos, al parecer somos muy similares, creó que nos vamos a llevar muy bien, ¿no piensas lo mismo? – [¡Espero más que bien!] ¡Tano cálmate! me rreprendo.
— ¡Mm! – moví mi cabeza junto a mi respuesta.
— Hombre de pocas palabras – se burlaba de mí — Te parece que ensayemos la escena, ya quedan sólo diez minutos.
— Te sigo... – hice todo lo que me pedía.
Llegó el momento de actuar, el director se acercó a nosotros.
— Bueno chicos los dos han pasado la primera audición, quiero verlos a los dos interactuar, interpretando una pequeña escena... ¿Cada uno ya saben el papel que interpretará y la escena que harán verdad?
~Si~ – ambos lo confirmamos.
— ¡Excelente!
Cuando llegó el momento de interpretar nuestro papel, no sólo les gustó, nos aplaudieron, según el director, sé notaba la química que teníamos a cuadro y eso lo tenía más que satisfecho.
Saint me empujó con su brazo, guiñando un ojo en mi dirección, estaba contento de lograrlo, yo también pero no por los mismos motivos, le sonreí como respuesta y agradecimos a todos.
— Muy bien Saint y Perth, para cambiar un poco las cosas jugaremos un poco... ¿Conocen el jugo de miradas? pues bien, quiero que se pongan uno frente al otro... – a estas alturas ya nada me sorprende, los viejos juegos de lograr conección entre los actores no cambia.
— ¡¡Ahh!! Pero esta vez necesito que se separen cinco pasos y gradualmente avanzarán un paso, conforme les digamos, en este juego no importa los parpadeos. Lo importante, es no apartar la mirada aunque estén muy cerca. ¿Lo entiende? – acaba de cambiar las reglas de juego y no sé, sí podré lograrlo.
Saint fue el primero en caminar los cinco pasos, lo imite. Desde esta distancia podía verlo completo, es un hombre hermoso, no existe otra palabra que lo describa a la perfección, todo en él es hermoso y yo no encajo en ese tipo de belleza, ni volviendo a nacer.
Él es una estrella imposible de alcanzar, en cuanto lo vi, mi mundo de ilusión se vino abajo, yo me enamore de un superior totalmente diferente, alguien a quién yo podría intentar conquistar, éste hombre que tengo frente a mí, tiene una mirada coqueta y amistosa, con algo escrito en el fondo de ella, que dice: “imposible para ti”.
— Un pasó.. – escuchaba al director, cada vez la distancia entre los dos se hacía más corta, en ningún momento aparte la mirada y él tampoco, podía notarlo nervioso.
La única forma que encontré para calmar mis nervios fue ponerme serio, casi molestó, mi semblante no es el mejor en este momento, sí quería lograrlo, tenía que hacerlo. Saint y yo estamos a nada de distancia, podía sentir su respiración en mi frente, notaba como parpadeaba muchas veces y sus orejas me decían hasta que grado de nerviosismo se encontraba, no pude evitar sonreír, él movió sus ojos cómo asombrado pero enseguida lo oculto.
— ¡¡Chicos!! Lo lograron. ¿Saint? qué pasa contigo, eres el mayor y éste pequeño te puso nervioso...
— ¡Vamos Pi! De verdad va hacer de esa forma conmigo – se notaba lo abochornado que se sentía.
— ¿Me equivocó?
— Perth, dile a Saint cuántos años tienes... – en serio tengo que decir mi edad, podría decirle que en unos meses cumplo un año más...
— Dieciséis
— ¿Cómo?
— Te vas a comer a un niño...
— ¡Pi por favor!
— Bueno en realidad es al revés, dejemoslo como está, no vamos a entrar en detalles – todos en la sala se rieron, yo no entendí muy bien eso de comer, solo me reí y en cuanto lo hice el superior me miro molesto.
Sonriéndo es una hermosura, molesto es supremo.
— Basta de bromas, visto que la química es de lo mejor, no me queda más que decir felicidades, los espero el lunes. – Todos aplaudieron, yo no podía creerlo en este momento es una realidad.
La diferencia es que mis esperanzas no son las mismas de antes, él es alguien que no me mirá cómo yo lo espero.
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No entiendo nada, por qué éste niño está poniéndome nervioso. Desde que lo vi de frente en el inprovisionado escenario, me pareció tan tierno y dulce, ahora parece que me equivoqué en esa afirmación, me mira con desdén y algo que podría interpretar cómo enojó, mide una cabeza menos que yo y tiene el coraje de verme con superioridad, quería regresar la misma mirada hasta que sonrió, eso me tomó por sorpresa, puedo jurar que esa sonrisa debe ser causante de varios corazones rotos, es traviesa y sensualmente mortal. En cuánto Pi dijo su edad, no salía de mi asombro, es un crío.
Un crío muy maduro, ya dije sexy. Creó que no.
Había leído el libro y sabia las características de quién sería mí pareja, imaginaba alguien diferente a él, para empezar, feo no es, a mi me parece... ¿Qué estoy pensando?, no debo considerarlo de ninguna manera, él es un actor igual a mí y eso es lo único que debe importarme.
Pi dijo que nos vería el lunes, vi como bajaba del escenario y por inercia lo seguí, deteniendolo.
— Oye Perth, ¿puedo llamarte de esa forma?... – él no me miraba, busque lo que él estaba mirando... ¡¡Diablos!! Mi mano sujetaba la suya sin querer. Esto no está bien. Lo solté y me aleje un paso.
— Puedes llamarme como gustes... – Desde antes noté que es muy condescendiente conmigo, eso me provocaba querer contradecirlo y no entendía el por qué.
— Nong Perth – noté como le molestó el apelativo de menor, entonces sólo quiere darme por mi lado.
— Sí P'Saint – quiere regresarme la pelota de la misma forma.
— ¿Qué tal si nos quedamos con Saint y Perth solamente...
¡Kru! – está jugando conmigo.
¡Nong! – derrepente sonrió y no pude reprimir el sentimiento de hacer lo mismo.
¿Que deseas Saint? – [a ti] Lo miré sorprendido y no por él, sinó por mí, esos pensamientos no eran propios de mí.
Volví a alejarme un paso más, estaba en un campo minado y sí continuaba por ese camino en cualquier momento algo podría explotar y no quería que ese algo, fuera mi corazón.
— Nada en sí, nos vemos el lunes entonces... Perth – el me miro extraño, juntando sus cejas por unos minutos, cómo sí lo que dije, no lo creyera del todo, después sonrió por última vez y salió.
Me quedé en el mismo lugar rascando mi frente, algo pasó aquí y no tengo idea de que fue exactamente.
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Cerré la puerta tras de mí, de no ser por mi madre y Mark que están en frente, me hubiera tirado al suelo.
En cuanto me tomó de la mano me congelé, me dije, sabe quién soy.
Pero al escuchar lo que decía me decepcioné, no me recuerda, por qué lo haría, de todas formas.
Sólo contesté a lo que preguntaba, conforme contestaba se ponía más insistente, buscando que lo contradiga... ¿por qué?. Deseaba salir de ahí y él no terminaba de decir lo que quería, se lo pregunté directamente, ví en sus ojos un brillo de asombro por lo que dije, con él, los por qué, no me abandonan, es una incógnita que me gustaría desifrar pero me dejará hacerlo o simplemente está siendo amable conmigo.
Tengo miedo de crearme expectativas otra vez, en una guerra que siento estoy perdiendo antes de empezar. Nunca he abandonado ninguna meta que me he propuesto y él es una tan grande, qué en todo este tiempo, no me cuestione si valía la pena seguir esforzándome. La sonrisa que tiene logra que no me rinda a pesar de mis múltiples puntos carentes en mi persona...
Cuando te enamoras quieres lograr ser alguien que la otra persona se sienta orgullosa, en mi caso, no quise darme cuenta las diferencias que tengo junto a él, no sólo hablo de la edad, hay muchas y tan visibles, que me duele darme cuenta de ello tan tarde.
Una voz dentro de mí, me grita que no me rinda y lo siga intentando, aún que todo esté en mi contra, haré mi mejor esfuerzo para que el superior pueda mirarme cómo siempre lo he deseado.
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