Maldita sea mi suerte, cuando todo era perfecto mi suerte cambia haciendo que mi vida se convierta en una vida llena de miseria.
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capitulo 11
A la mañana siguiente Fátima se despidió de Nadia, Julio se mostraba frío, cuando Nadia se fue Julio fue hasta el despacho a seguir trabajando a pesar de estar en silla de ruedas el demostraba una gran fortaleza, pese a todos los pronósticos él seguía investigando para solucionar su condición, no se iba a dar por vencido y aunque se mostraba fuerte por dentro estaba luchando con sus propios demonios, había días que quería terminar con su vida pero de algo estaba seguro y eso era que no les iba dar gusto a sus tíos y todo pareciera que los estaba invocando porque aparecieron en la hacienda, llegó una de las empleadas avisando de su llegada, así que salió a recibirlos.
—¿A qué debo su visita? — dijo Julio sin ninguna expresión.
—Como sabes querido sobrino después de tu repentina boda queríamos ver si cumplirás todas las cláusulas de mi padre, así que espero que no te moleste que hayamos tenido al notario, no queremos que te sientas incómodo, pero debemos verificar que tu matrimonio es auténtico y no es solo una farsa —
—Como siempre ustedes tan precavidos y claro que no es una molestia que bueno que han venido a si se darán cuenta de lo feliz que soy con mi esposa —.
Mari que había bajado a la cocina escucho todo, sabía que estaban en problemas así que sin hacer ruido subió hasta la habitación de Fátima, ella decidió a bajar mientras que Mari pasaba sus cosas a la habitación de Julio, aquellos hombres se quedaron sorprendidos a ver la hermosa jovencita, Genaro no podía creer que ella fuera la esposa de Julio pues el día de la boda se veía diferente y Romina le había contado que era una especie de monja que no despertó al interés de ningún hombre, pero ahora sí tenerla enfrente Genaro pudo ver que era una mujer hermosa de la cual cualquier hombre se posaría a sus pies, ella los saludos de forma educada mientras se acercaba a Julio el cual tomo de las manos. Fátima los invito al jardín a tomar un refrigerio ya que debían de estar cansados así le daría más tiempo a Mari para llevar las cosas hasta la habitación de Julio, sin embargo ellos querían demostrar que el matrimonio de Julio era una farsa.
—Creo que antes de comer algo deberíamos aclarar todo — dijo Melquiades.
—Esta bien, que es lo que quieren ver —
—Vamos, aquí no hay nada que ocultar — dijo Julio con gran seguridad.
—Entonces empecemos por su habitación —
Y así lo hicieron por suerte Mari, ya había trasladado todas las cosas de Fátima, los tíos de Julio esperaban encontrar algo pero no encontraron nada por lo que se quedarían un par de días en la hacienda, aunque Julio quería poner resistencia sabia que no era conveniente, pero si querían jugar con fuego iban a salir quemados.
Fátima sabía lo que significaba sabía que debía pasar la noche en la misma habitación, aunque faltaban muchas horas la angustia estaba latente. Llegada la noche Fátima y Julio Esteban en la misma habitación, Fátima agradecía que la cama fuera amplia, la vida de Julio había cambiado por completo desde que estaba en esa silla de ruedas, para ducharse había veces que era asistido por un enfermero, al igual para vestirse pero cuando se estaba abotonado la pijama le pidió al enfermero que saliera y le pidió a Fátima que lo ayudara, ella lo ayudo pero estar tan cerca de él sintió un gran deseo por besarlo y para Julio también era lo mismo sin embargo el no pudo contener ese deseo, se acercó alla, estaba a punto de besarla pero se detuvo y solo rozó sus labios, cuando Fátima sintió la cercanía de Julio cerro los ojos esperando aquel beso que no llegó, el solo había rozado sus labios.
El beso no llego a su que Fátima abrió los ojos con un gran suspiro, terminó de abotonar la pijama.
—Le puedo ayudar en algo mas señor —
—Podrías solo llamarme Julio, soy tu esposo no tu empleador—
Fátima tomo uno de sus camisones, pero al parecer todos eran muy reveladores, sabía que eso era obra de Mari pues no le había dejado ninguno de los anteriores, al ver que no había más tomo uno de color negro de satín, Fátima se metió a la ducha por primera vez sintió el deseo de tocar su intimidad, mientras con la otra mano toca a sus pechos, al darse cuenta lo que estaba haciendo se recriminó pues eso era todo lo contrario a lo que le habían enseñado las monjas, dejo de tocarse para terminar de ducharse, seco su cabello en el baño, se vio al espejo, Fátima se sentía desnuda aunque a decir verdad el camisón solo le quedaba un poco arriba de las rodillas y se dejaba ver un poco de su pecho, se cubrió con la bata del mismo color y salió al ver que Julio estaba revisando algunos pendientes en su tablet se quitó la bata para meterse a todos prisa a la cama, se cubrió con las cobijas, la reacción de Fátima le causó gracia a Julio, inmediatamente Fátima se quedó dormida pero al parecer en el trascurso de la noche se recorrió hasta donde estaba Julio el cual abrazaba con fuerza, como si se estuviera aferrado a un salvavidas, por la mañana Julio quiso liberarse del agarre lo hizo con sutileza para no despertarla pero no lo logro ya que ella también había despertado, al darse cuenta que estaba abrazando a Julio lo soltó enseguida mientras su cara se teñía de rojo.
Julio solo decía en su mente maldita sea mi suerte, como quisiera hacerla mi mujer y no puedo el deseo no es suficiente.
osea que secuestro a su nieto