NUESTRO SECRETO

Al día siguiente, Emilia se despertó temprano y se vistió para la reunión con los Marshall.

Esta vez, optó por una blusa negra de mangas largas, una falda color marrón clara, medias y zapatos negros. Se maquilló y se perfumó.

Después de todo, estaba en París. Lucir bien era necesario.

Una vez lista, tomo su tableta, su celular y su bolso y bajo al comedor. Allí la estaban esperando Noah y Matteo. Quienes quedaron con la boca abierta al verla.

-Woow Megceza. Te ves espléndida. - Dijo Noah.

-Gracias Sr. Dessault -respondió ella, sentándose entre ambos hombres.

Matteo observó de manera asesina a su amigo y optó por no decir nada. Cuando todos llegaron, partieron juntos hacia la reunión. Matteo lucía preocupado. Los nervios estaban apoderándose de él y eso no era algo que solía verse muy seguido.

-Matteo, todo saldrá bien.

-Lo sé, Megceza. Estoy bien.

En ese momento un hombre mayor, pero en buena forma y muy guapo, se acercó a ellos.

-Matteo. Que alegría verte.

-Hola George. No esperaba encontrarte aquí. Que sorpresa. -Dijo Matteo, sorprendido ante aquella aparición tan repentina.

-Supe de la reunión y, ya que estaba cerca decidí pasar a ver como estabas.

-Claro. - Respondió Matteo. -Ella es mi asistente Emilia Megceza. Srta. Megceza, es el Sr. Dessault, el padre de Noah.

-Mucho gusto en conocerle Sr. Dessault.- dijo ella extendiendo la mano a modo de saludo.

-Megceza? ¿Es la hija de William Megceza?. - Preguntó George con el ceño fruncido.

-Yo... Sí, señor. Ese era el nombre de mi padre.

Matteo carraspeó.

-Matteo, crees que podrías acompañarme por aquí?. -Dijo el hombre, ignorando por completo el saludo de la chica.

-Sí. Claro. Espéreme aquí Megceza.

Emilia asintió y Matteo se alejó con ese hombre.

La chica no comprendía su actitud. ¿Cómo es que George Dessault conocía a su padre? Acaso fue su chófer cuando vivía?. Después de todo, su abuela Grace la había dicho que su padre era chófer de limusina. Quizá en algún momento de su vida trabajo para los Dessault.

-Srta Megceza?. -La voz de Matteo la saco de sus pensamientos.

-Sí, disculpe señor.

-No necesitaré de su presencia en esta reunión. Será mejor que vaya a relajarse para cuando termine la reunión.

-Pero. ¿Cómo? Me estuve preparando mucho para esto Sr. y además, Usted dijo...

-Y AHORA DIGO que vaya a relajarse y deje todo en mis manos. -Dijo Matteo.

Emilia le dio los documentos de mala gana y se marchó furiosa.

-Que demonios le sucede? Un día está bien y al otro simplemente me trata mal. Es un idiota. -Pensaba ella.

Emilia volvió a su habitación, dejó sus cosas, tomó un abrigo y volvió a salir camino hacia la terraza del hotel...

Había una enorme pileta allí y unas reposeras a su lado, además de algunas sillas y demás lugares para pasar el día. Más que un hotel, parecía una casa quinta.

...****************...

Luego de unas horas...

Noah Dessault se acercó lentamente hacia la chica.

-Sabes que Matteo te está buscando como loco?

-Solo vine aquí a despejar mi mente.

-Sabes que tiene un carácter especial. Debes disculparlo.

-Disculparlo? Un día me trata de prostituta, al otro me trata bien y ahora simplemente, sin ningún motivo me expulsa de la reunión.

-Tranquilo Noah. Yo me encargo. - Dijo Matteo, quien los estaba observando mientras se acercaba lentamente a ellos, con las manos en sus bolsillos, traía un semblante demasiado tranquilo.

Noah asintió y se retiró del sitio y Matteo se acercó a la chica.

-Emilia. No espero que entiendas mi decisión de hoy. Solo diré que lo hice para protegerte.

-Protegerme? ¿Protegerme de qué? De los hombres? ¿Quién te crees que eres Matteo? ¡No tienes derecho! Eres mi jefe. Únicamente eso. Mi jefe. No tienes derecho de decirme como manejar mi vida ni que debo hacer con ella. Trabaje mucho para esto y así porque si me quitaste la oportunidad de hacer mi trabajo.

-MEGCEZA. No espero que lo comprendas. Soy tu jefe. Mi decisión fue que no asistirías a esa reunión y tu función era obedecer.

-Bien. Entonces solo llámame cuando me necesites.

Y la chica se marchó furiosa, dejando a Matteo sumido en sus pensamientos.

*******************

Unas horas antes de la reunión...

Matteo se despertó de golpe ante los toquidos de la puerta, se puso un short y abrió la puerta.

-Matteo. No creerás lo que sucede.

-Cálmate Noah, son las 5 de la mañana.

-Lo sé Matteo. Papá está aquí.

-Eh? ¿Que dices?

-Lo que oyes!

-Pero que diablos hace aquí?

-Yo no lo sé. Recibí una llamada suya informándome que estará presente en la reunión de los Marshall.

-Demonios. -Dijo Matteo. Debía pensar en algo. Cuando George sepa que su asistente es la hija de William Megceza, pegaría el grito en el cielo. Además, él sabía bien que la presencia de George en la reunión era nada más y nada menos para ver si él era capaz de llevar adelante la compañía.

Matteo se vistió y bajo junto con Noah para desayunar. Ambos siguieron hablando sobre la presencia de George Dessault en la reunión. Pero entonces, su conversación fue interrumpida por la presencia de nada más y nada menos que Emilia Megceza. Lucia preciosa. Ambos amigos quedaron hipnotizados por la joven.

Noah hizo un comentario acerca de su belleza y Matteo hervía de rabia ante el comentario de su amigo, pero optó por callarse, habían problemas peores.

Cuando todos llegaron, partieron hacia la sala de juntas. Matteo estaba preocupado por lo que habían hablado con Noah. En ese momento, la visita inesperada decidió mostrarse: George Dessault.

Saludo a su sobrino y conoció a Emilia. Matteo sintió que su tío se incomodó al oír el apellido de la joven. Sin embargo, sabía que este momento llegaría.

El hombre pidió hablar con él y Matteo lo siguió. Ya sabía que le esperaba un gran discurso... y no se equivocaba...

-Megceza? ¿Es en serio Matteo?

-Yo no lo sabía George. No sabía quien era.

-Pero ahora lo sabes. -Dijo George enfurecido.

-Lo sé. Sé que es ella, pero no puedo…

-QUE NO PUEDES? Interrumpe George. Matteo, es la hija de los asesinos de tus padres.

-Yo lo sé George, pero que quieres que le diga? No puedo despedirla porque sea hija de su padre... Yo solo… Estoy planeando mi venganza.

-Bien. Entonces pídele que se vaya de la reunión. No la necesitas ahí.

-Pero tío, no puedo hacer eso.

-Lo harás Matteo. Debes alejarte de esa muchacha. Hazme caso. Si no le dices tú, le diré yo.

-Yo... Está bien.

Matteo se giró para irse y pensaba en la conversación. Sabía que su decisión enojaría mucho a la chica. No se equivocaba. La chica se enfureció y le entregó las cosas con desdén antes de irse. Matteo la observo hasta que desapareció a su habitación. Él sabía que ella no lo comprendería. Pero lo hacía por su bien. En este momento, Matteo no sabía que tanto debería confiar en el padre de su mejor amigo. Era demasiado extraña la actitud para con la chica.

****************

Cuando termino la reunión...

Matteo subió a la terraza del hotel buscando a su asistente. Sin embargo, se quedó parado escuchando parte de la conversación de su amigo con ella.

-Sabes que tiene un carácter especial. Debes disculparlo.

-Disculparlo? Un día me trata de prostituta, al otro me trata bien y ahora simplemente, sin ningún motivo me expulsa de la reunión.

Vaya que está furiosa, pensó Matteo y se decidió a interrumpir. Noah se retiró del lugar y Matteo se acercó a la chica. Decidió que debería hablar con ella luego de como había terminado todo entre ellos.

Sin embargo, la chica no aceptó sus excusas. Decidió que lo mejor era dejar todo como estaba. Las palabras sobraban. Solamente se levantó y se marchó furiosa.

Matteo se quedó sumido en sus pensamientos. ¿Cómo le digo lo que paso con nuestros padres? ¿Y cómo sé que ella no lo sabe? ¿Como acercarme a ella?..

Son tantas preguntas sin respuestas. Solo estoy seguro de una cosa... Me estoy enamorando de Emilia Megceza.