Tras morir en su mundo, Rosalía hija de un importante mafioso, toma el lugar de la villana de una historia que leyó
Ahora ella tiene que cambiar su destino, o morirá como la verdadera villana
Ella de paso tomara venganza, y también se quedará con el villano
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Fiesta de presentación
Pasado ese día, la vida en la mansión siguió normal, y Josefina y su madre fueron llevadas al palacio en presencia del emperador para ser juzgada por su falta, su padre quiso intervenir, pero este término en la calle sin trabajo.
Por lo sucedido con Verónica, a ambas mujeres se les dejará de por vida en la cárcel imperial, pues su delito era muy grave, ya que intentaron hacerle daño a una noble de alto rango como lo es la hija de los duques Duarte.
Por lo sucedido con su hija, los duques Duarte fueron al templo para reconocer a dicha niña como hija oficial, y como de costumbre allí se le hizo la prueba de paternidad a ambos, y los resultados fueron positivos.
También se le hizo prueba de magia, y por manipulación de Verónica, dicha prueba salió con que ella solo tiene magia de hielo y fuego, al igual que sus padres.
Ambos duques estaban inflados de alegría, por ese motivo hicieron una fiesta para celebrar la dicha de tener a su hija con ellos, y también la presentarían antes la sociedad.
Para que todo esté perfecto, la duquesa en persona organiza dicha fiesta, en dónde invitó a todos los nobles del imperio, y se encargó ella misma en persona de buscar la ropa de su pequeña hija.
Cuando el día llegó, todo estaba listo para la fiesta, y en eso de la 7 de la noche, los invitados llegaron al lugar con la intención de ver por sí mismo quien es la famosa hija de los duques, pues según ellos creían, ambos duques perdieron a su hija, y educaron como suya a la señorita Josefina, y como nadie tiene conocimiento de lo que pasó con ella y su familia, creen que la hija de los duques es aquella chica.
Cuando todos los invitados llegaron a la fiesta, y eso incluye a la familia real, los duques y su hija hicieron actos de presencia, seguidos de todos los niños del orfanato, quienes estaban relucientes y bien vestidos.
Todos al ver semejante cosa estaban sin palabras, y más cuando vieron al lado de los duques a la pequeña de cabellos rojos.
La emperatriz, quien se encontraba tomando una copa de vino, cuando aparece la familia Duarte, casi se ahoga con el líquido, y comenzó a toser con violencia.
Por la impresión, ella se puso pálida, ya que sus peores pesadillas se hicieron presentes nuevamente.
Incrédula por lo que ve, ella se frota los ojos y cuando vuelve a mirar, ve que no es una alucinación de su mente, por todo el vino que ha tomado, lo que significa, que aquel sirviente la engañó de mala manera.
Su cuerpo por ese descubrimiento, comenzó a temblar, y el emperador a su lado lo notó y le preguntó qué le pasaba, y ella solo se excusó con que se sentía mareada por el vino y pidió permiso para retirarse de la fiesta, cosa que él accedió, pues la mujer ya lleva varias copas de más.
En cuanto a los recién llegados, estos fueron a la presencia del emperador y su familia, ya que estos eran los más importantes allí en la fiesta, tras saludar a la familia real, se fueron de su presencia.
Los niños fueron llevados a una mesa solamente para ellos, y la familia Duarte y Verónica, se fueron a saludar al resto de nobles.
Todos estaban atentos a los movimientos que hacía la pequeña, pero ella demostró tener mucha educación.
Las personas al comparar su rostro con los de los duques, se dieron cuenta, de que ella es una linda combinación de ambos, la niña se ve elegante y digna.
Sus padres se despiden de los invitados y llevan a su hija a la mesa de postres, ya que al ser ella una niña, lo justo es que disfrute su fiesta comiendo antes del primer baile.
Por ese motivo la llevaron a la mesa de postres, pero nada más estar ahí, llegó un conde a buscar a los duques, estos eran socios de algunos de sus negocios.
Por ese motivo ellos dejaron a la niña ahí sola, quien nada más ser dejada, tomó un plato y se sirvió unos cuantos postres de su agrado, pero ni siquiera pudo comer uno, porque de un momento a otro, ella fue rodeada de jóvenes de entre 10 y 15 años.
Algunas de ellas deseaban hacerse amigas de Verónica, mientras que otras únicamente desean hacerla pasar un mal momento, esas son el club de amigas de Josefina, quienes son unas tres y no están de acuerdo, en que su buena amiga pierda la oportunidad de ser hija de los duques Duarte, por esta niña aparecida.
—Típico de los sin clases como tú, ir a comer a la mesa de postres, y perderse su propia fiesta— dice una de aquellas jóvenes de nombre Carlota Báez, hija del conde Báez.
Tras ser interrumpida de esa manera, Verónica sintió molestias, pues pretendía comerse sus postres en paz, pero parece que eso no será posible, ella no pensaba responderle a esa imprudente que hablo, ya que lo que dijo no es de su agrado, por seguridad, ella deja el plato en la mesa, no vaya a ser, que esa que habló le dañe sus postres.
Ella de manera silenciosa se dio la vuelta, solo para ver a un grupo de niñas caprichosas, vestidas con vestidos exactamente llenos de moños y en diferentes tonos de rosas. Al mirar un poco más, ve que tres de esas jóvenes, la ven feo, como si ella le hubiera hecho algo malo.
Carlota al ver que Verónica no le respondió, volvió a hablar.
—Tu estúpida niña, estoy hablando contigo, se nota que no tienes nada de educación, no sé de dónde has salido, pero será mejor que regreses por dónde mismo llegaste. El puesto de la hija de los duques Duarte, le pertenece a la señorita Josefina— dice aquella chica con fastidio.
Al escuchar semejante cosa, Verónica sonríe con burla, ya que se hace a una idea de la situación.
—¿Hablas de la criada que está en la cárcel por hacerme daño?— pregunta la niña y se comienza a reír, las demás niñas al ver como se ríe aquella pequeña, también se ríen, y eso hace que Carlota se enoje mucho, pues como aún no se da a conocer lo que pasó con Josefina y su familia, ella cree que esa chiquilla está hablando mentiras y solo se está burlando.
—Tu campesina, no tienes que hablar mentiras para llamar nuestra atención — dice la joven, y Verónica nada más la ve con cara de burla.
—Bueno, lo es o no, no es asunto tuyo, y en cuanto a que esa criada sea la señorita Duarte, eso no pasará nunca, puesto que, algunas personas no están destinadas a ser de la nobleza, y otros simplemente nacieron en ella, pero son menos que unos plebeyos — dice la niña y las amigas de Josefina se sintieron humilladas, una de ella, quien lleva por nombre Madeline Arias, se enojó mucho y se lanzó encima de Verónica, con la intención de tomarla del cabello, pero cuando lo intentó, ella fue rápida y se apartó, y la joven cayó en la mesa de postres, haciendo un sonido fuerte, Verónica con plan de hacer un buen show, finge estar asustada.
Tras caer aquella joven comenzó a llorar, llamando así la atención de los allí presentes, los duques fueron a ver lo que pasaba, ya que en esa dirección se encontraba su hija.
Cuando llegaron, encontraron el desastre.
—¿Qué está pasando aquí?—preguntó la duquesa y Verónica fue a ella y empezó a llorar, lo que dejó sin habla a todas las niñas.
—Mamá, me quiero ir de casa, no soy digna de ser su hija— dice ella llorando, y las demás niñas miran con desaprobación a Carlota, quien no entiende qué pasaba.
La duquesa al escuchar la palabra de su hija se enojó mucho y pidió una explicación.
—¿Quién se atreve a hacer llorar a mi hija? — dice la mujer y el duque tenía una cara aterradora, allí ya estaban reunidos los invitados.
—Madre, aquella señorita dice que la doncella Josefina es quien debe de ser hija de la familia Duarte, y que yo debo de irme por dónde mismo vine, dice también que soy una campesina — llora la niña y todos allí presentes dejaron salir un jadeo de sorpresa, pues solo un tonto insulta de ese modo a la hija de la familia Duarte.
—¿Cuáles de estas niñas dijeron semejante barbaridad?— pregunta el duque con enojo, y la niña señala en dirección a Carlota.
Todas al ver eso, se alejan de ella y la dejan sola con la otra amiga de Josefina. Esta lleva por nombre Noemí Contreras, hija del barón Contreras.
Cuando la duquesa vio quién ofendió a su hija, se puso roja del coraje.
Ella de manera delicada dejó a la niña en brazos de su padre, y fue a la joven que ofendió a su pequeña, y le dio dos bofetadas, lo cual hizo que la muchacha dejara salir un grito fuerte. Sus padres al ver eso, casi se desmayan, ya que de seguro sus negocios por culpa de esa tonta, se irán a la ruina