En un remoto pueblo donde la niebla nunca se disipa, se encuentran vestigios de un antiguo secreto que atormenta a sus habitantes. Cuando Clara, una joven periodista, llega en busca de respuestas sobre la misteriosa desaparición de su hermana, descubre que cada residente guarda un oscuro pasado.
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Capítulo 19: La Revelación del Pasado
La calma que siguió a la confrontación con la sombra fue solo temporal. Aunque Clara y Samuel habían ganado una batalla, la guerra contra la oscuridad estaba lejos de terminar. Con el paso de los días, ambos se dedicaron a fortalecer el pueblo y educar a sus habitantes sobre la naturaleza de la luz y la sombra. Sin embargo, Clara sentía que algo más estaba por revelarse, un secreto que llevaba escondido durante demasiado tiempo.
Una mañana, mientras exploraban el bosque en busca de hierbas medicinales, Clara sintió una extraña atracción hacia un antiguo roble que se alzaba majestuoso y solitario. Había pasado muchas veces por allí, pero nunca había sentido esa urgencia. Se acercó y, al tocar su corteza rugosa, tuvo una visión fugaz: imágenes de su infancia, momentos de felicidad y de dolor, pero entrelazados con el oscuro misterio de su legado familiar.
—Clara, ¿estás bien? —preguntó Samuel, notando su estado distante.
Ella se giró hacia él, los ojos llenos de confusión.
—Hay algo aquí, Samuel. Siento que este árbol guarda secretos que necesito descubrir. Algo sobre mi familia y su conexión con el bosque.
Sin dudarlo, Samuel tomó su mano, y juntos comenzaron a investigar el área alrededor del roble. Tras unos minutos, encontraron una pequeña cueva oculta entre las raíces. La entrada estaba cubierta de hiedra, como si la naturaleza misma intentara mantener el secreto a salvo.
—¿Entramos? —preguntó Samuel, mirando a Clara.
Ella asintió, su corazón latiendo con anticipación y miedo. La cueva parecía oscura y acogedora a la vez, y Clara sabía que, al cruzar el umbral, podría encontrar respuestas que cambiarían su vida para siempre.
Al entrar, el aire se volvió fresco, y la luz del exterior se desvaneció. Las paredes estaban cubiertas de musgo y extrañas inscripciones que Clara no podía entender. Sin embargo, había algo familiar en las formas y símbolos, como si resonaran con su esencia.
—¿Qué crees que significan? —preguntó Samuel, estudiando las marcas.
—No lo sé, pero siento que debo averiguarlo. Algo me dice que aquí hay respuestas sobre por qué me convertí en guardiana y la historia de mi familia con las sombras —respondió Clara.
Mientras exploraban, Clara notó un pequeño altar en el fondo de la cueva, con un objeto brillante en el centro. Se acercó lentamente, el corazón acelerado. Era un medallón antiguo, decorado con el mismo símbolo que había visto en sus sueños, un círculo con una sombra y una luz entrelazadas. Al tocarlo, sintió una oleada de energía recorrer su cuerpo, como si el medallón la reconociera.
De repente, una voz profunda resonó en la cueva, y Clara se quedó paralizada.
—Clara Echeverría, has llegado hasta aquí por una razón. Tu linaje está entrelazado con las sombras y la luz. Debes aceptar tu destino y entender lo que significa ser la guardiana.
Los ojos de Clara se abrieron con asombro. La voz parecía provenir del medallón, que ahora brillaba intensamente. Clara sintió cómo su conexión con la sombra se intensificaba, revelando fragmentos de su historia familiar.
—Mi abuela... María Echeverría, ¿verdad? —preguntó Clara, recordando las historias que había escuchado de niña.
—Sí —respondió la voz—. María fue la última guardiana antes de ti, pero su historia fue truncada por la traición y el miedo. Ella eligió la luz, pero olvidó que la sombra también forma parte de la historia. La clave para mantener el equilibrio radica en aceptar ambas.
Clara sintió una mezcla de tristeza y determinación. Las sombras que había temido y la luz que había querido proteger eran dos mitades de un todo.
—¿Qué debo hacer? —preguntó, sintiéndose más fuerte al aceptar la verdad de su legado.
—Debes buscar a la última descendencia de los guardianes, el único que puede completar el ciclo. Él ha estado escondido entre las sombras de San Everardo. Para derrotar la oscuridad, tendrás que enfrentarte a ella y unir fuerzas.
Samuel, que había estado observando en silencio, sintió que su conexión con Clara se profundizaba. La voz continuó:
—La oscuridad que enfrentaste no fue sino una sombra del pasado. Si quieres asegurar el futuro de San Everardo, deberás encontrar a aquel que se ha mantenido oculto.
Clara miró a Samuel, la preocupación reflejada en sus ojos.
—¿Quién es? ¿Cómo lo encontraremos?
—Busca entre los que han sido marginados, los que han sido rechazados por sus miedos. Allí encontrarás la respuesta. Recuerda que no solo se trata de la luz; también deberás abrirte a la sombra que hay en ti misma.
A medida que la voz se desvanecía, el medallón dejó de brillar, y Clara lo sostuvo con fuerza. En ese instante, comprendió que su camino estaba definido, y aunque le esperaba una ardua tarea, sabía que no estaba sola.
Al salir de la cueva, Clara y Samuel se miraron, un silencio comprensivo entre ellos. Sabían que debían encontrar al último guardián, y con el medallón como guía, estarían preparados para enfrentar cualquier desafío que se presentara.
—San Everardo no solo necesita la luz —dijo Clara con determinación—. También necesita aceptar su sombra. Y juntos, encontraremos a quien nos complemente.
Con una nueva misión, Clara y Samuel regresaron al pueblo, conscientes de que su historia estaba a punto de tomar un giro inesperado. La oscuridad podía acechar en cualquier esquina, pero armados con su nuevo conocimiento y una conexión más profunda, se sentían listos para enfrentar lo que vendría, y así proteger a San Everardo de la amenaza que aún se cernía sobre ellos.