Ecos De Eos

La calma después de la batalla se sentía efímera. Aunque Zarkoc había sido derrotado, el aire en la base de la resistencia seguía cargado de tensión. La marca en el pecho de Axel, aún dolorida, era un recordatorio constante del poder que había desatado y de las repercusiones que enfrentaría por usarlo. Pero sabía que quedarse quietos no era una opción.

Después de días de deliberación y recuperación, la resistencia tomó una decisión. Era hora de buscar respuestas. El origen de la chispa Karioli, y de su conexión con Zarkoc, debía ser descubierto, y el único lugar donde podrían obtener esa información era el lugar donde todo comenzó: el sitio donde había caído el cometa Eos.

"¿Estamos seguros de esto?" preguntó Camila mientras caminaba al lado de Axel. El viento frío cortaba el aire mientras avanzaban hacia el transporte que los llevaría a las afueras de Solis.

"Es lo único que tenemos," respondió Axel, apretando los puños. "Si queremos entender por qué Zarkoc está tan obsesionado con la chispa, tenemos que ir al origen. Tal vez encontremos algo que nos ayude a controlarla."

Kai, con su usual energía, ya estaba en el transporte, ajustando los últimos detalles para la travesía. "Listo para partir," dijo, con una sonrisa confiada. "Espero que este viaje nos dé respuestas. He escuchado rumores sobre el cráter del cometa... dicen que las rocas aún emiten un brillo extraño por las noches."

"Si eso es cierto, podríamos estar acercándonos a algo mucho más grande de lo que pensamos," agregó Lucas, su mirada pensativa mientras se subía al vehículo.

Lía y Maho se unieron al grupo, con el equipo técnico necesario para la expedición. "Estamos listos. No será un viaje fácil, pero tenemos que hacerlo," dijo Maho con determinación. Lía asintió a su lado, revisando mapas holográficos de la zona que habían recuperado de las primeras investigaciones sobre el cometa.

La base quedó atrás mientras el transporte avanzaba por terrenos difíciles. El paisaje cambiaba a medida que se acercaban al lugar donde había caído el cometa Eos, y el ambiente parecía cada vez más inquietante. El cráter donde el cometa impactó era conocido por haber alterado la tierra a su alrededor, y algunos decían que el aire mismo parecía diferente.

Axel se sentía nervioso, pero también impulsado por la curiosidad. Algo en su interior, quizás la chispa Karioli, le susurraba que estaba en el camino correcto. Sabía que enfrentarse a lo desconocido era peligroso, pero también que no podían ignorarlo más.

Cuando finalmente llegaron al borde del cráter, todos descendieron del transporte en silencio. El lugar irradiaba una energía extraña, palpable, como si la tierra aún vibrara con la fuerza del impacto. Al mirar dentro del cráter, vieron las rocas negras que brillaban débilmente, emitiendo una luz suave pero constante.

"Este es el lugar," dijo Axel, respirando hondo. "Aquí es donde todo comenzó."

El grupo se acercó cautelosamente, sintiendo el aire volverse más denso a medida que se adentraban en el cráter. La chispa Karioli dentro de Axel comenzó a reaccionar, pulsando al mismo ritmo que las rocas que los rodeaban.

"Esto no es normal," murmuró Camila, mirando a su alrededor. "Es como si algo... estuviera vivo aquí."

Axel sintió que la chispa Karioli vibraba aún más fuerte. Algo en este lugar estaba profundamente conectado con su poder, pero también con Zarkoc. Sentía que había respuestas ocultas en el cráter, esperando ser desenterradas. Pero también sabía que esas respuestas podrían cambiar todo lo que habían conocido hasta ahora.

"Vamos a descubrirlo," dijo Axel, avanzando hacia el centro del cráter, mientras una sensación de inquietud y expectativa crecía en el aire.