Luego de ser traicionada por su mejor amiga y su prometido, Bella busca la manera de vengarse de las personas que una vez quiso como a su propia familia.
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Capítulo 14
Luego de escuchar las palabras de mi abuelo Estéfano se quedó esperando a que le diera una explicación. Mire a Gian como pidiendo su ayuda, pero al ver que este solo se mantenía en silencio dije.
— No fue nada, una mesera tiro sin querer un vaso de agua en mi ropa, pero estoy bien, no fue para tanto abuelo.
Vemos como él intenta decir algo más, pero al ver mi mirada de súplica solo dice.
– Ya veo, así que solo eso fue...
Al ver que Estéfano no insistió más con el tema, agregué.
— Muy bien creo que es el momento de que tú y yo hablemos. — Dije mirando a mi abuelo y me levante del asiento para luego caminar hacia la salida.
Al ver lo sería que me puse mi abuelo solo se levantó y caminando detrás de mí, ambos nos dirigimos hacia el jardín. Cuando llegamos volví a hablar diciendo.—Ya escuche porque hiciste lo que hiciste, y también Gian me contó lo que pasó contigo en nuestra familia. — Veo como mi abuelo solo me mira y agregó — Entiendo que tu relación con todos ellos es algo complicada, pero si vamos a empezar a tener contacto debes saber que odio las mentiras.
Veo como el anciano solo asiente y agrega.
— Lamento haberte mentido Bella, no quería que nuestra relación comenzará así...
— Y entiendo por qué lo hiciste, pero a partir de ahora quiero sinceridad.— Veo como el hombre sonríe al ver que no lo estaba apartando de mi vida y digo.— Siempre quise conocerte, así que espero que podamos recuperar el tiempo perdido abuelo.
El anciano solo asiente y acercándose a mi pregunta.
— ¿Puedo darte un abrazo?— Asiento con una sonrisa y ambos nos abrazamos por un momento.
Quería darle el beneficio de la duda a mi abuelo, tal vez era porque siempre había querido conocerlo, o porque en ese tiempo que compartimos en el hospital, pude ver que no era tan malvado como todos lo pintaban, pero aun así quería que mi abuelo estuviera en mi vida. Luego recordando todas nuestras charlas en el hospital dije seriamente aun sin separarme de sus brazos.
— Por cierto, con respecto a los traidores...
— Tranquila querida, tal vez no estuve en tu vida todos estos años, pero sé perfectamente que tú te puedes encargar de ellos sola.
Sonreí ante sus palabras y agregué.
— Gracias por entenderlo. Ahora volvamos adentro, prepararé el almuerzo. Seguramente ninguno de ustedes ha comido y me gustaría tener por fin una comida familiar.
Mi abuelo aun sin soltarme, solo asiente y rodeando mis hombros con uno de sus brazos contesta
— Muy bien, yo te ayudaré a cocinar.
— ¿Sabes cocinar? — Pregunte con una sonrisa algo burlona. Algo que mi abuelo al notarlo frunció si rostro y contestó.
— Por supuesto que sé, tal vez no sea un gran chef, pero mi comida si se deja comer. No como la de tu padre que siempre que cocinaba más de uno terminaba en urgencias...
Ambos reímos por su comentario y sin más no volvimos a encaminar hacia la casa, pero antes de llegar, de pronto las puertas se abrieron y un Marco iracundo salió de allí. Detrás de él venían Estéfano y Gian intentando calmarlo, pero este parecía no oír de razones.
— Marco espera...— Dijo mi primo queriéndolo alcanzar, pero mi hermano que estaba que lo llevaba el diablo, subió a su auto y en cuanto lo quiso arrancar este no prendió.
Vi como mi abuelo sonrió y acercándose al auto de Marco dijo.
— No iras a ninguna parte, tendremos una comida familiar. En cuanto té tranquilices entra.
Marcos bajo nuevamente del auto y furioso grito.
— ¿Qué diablos le hiciste a mi auto? — Al ver como el abuelo solo volteaba para regresar a la casa, agregó — Estéfano tus llaves...
Nuevamente, el viejo sin mirarlo mencionó.
— Ninguno de sus auto va a funcionar, di la orden de que los dañaran — La mirada de mis primos también se oscureció el anciano agregó — ninguno tiene permitido irse de aquí, así que no me hagan perder la paciencia y entre a la casa cuando se hayan calmado.
Tanto mi hermano como mis primos miraron furiosos al abuelo, pero ninguno dijo nada, en su mirada podía notar que ellos no le tenían miedo, pero si respeto. A diferencia de ellos yo no conocía ese lado serio de él, es por eso que al ver como los tres hombres más poderosos que yo conocía solo acataron sus órdenes sin rechistar, me había quedado más que sorprendida.
Luego de una hora ya la comida estaba servida y los seis estábamos sentados en la mesa. Mi abuelo parecía estar disfrutando de las miradas de odio de todos los presentes y yo, yo me sentía algo incómoda, es por eso que para cortar un poco el ambiente dije.
— Que bueno que por fin podamos tener una comida en familia...— Tanto mis primos como mi hermano comían en silencio, pero en sus miradas podía notar lo enojados que estaban por lo que el abuelo les había hecho a sus autos. El ruido de cubiertos era lo único que se escuchaba en la mesa hasta que de un momento a otro no puede soportarlo más y dije. — ¿Sé van a seguir comprando como niños chiquitos?
Marco dejo los cubiertos en la mesa con brusquedad y contestó.
— Bueno hermana si nos tratan como tales no esperen otra cosa.
Antes de que pudiera contestar a su respuesta, el abuelo sin dejar de comer agregó.
— Sabía que en cuanto supieras la verdad querrías ir a matar a ese viejo.
— Y es exactamente lo que planeo hacer en cuanto terminemos con esto...
— No harás tal cosa — El abuelo también dejo sus cubiertos, ahora sí, y mirando a los ojos a Marco agregó — No te dejé traicionarme para que ese hombre tuviera una muerte rápida.
Veo como mi hermano lo mira dolido, pero aun así contesta.
— Sí mi hubieras dicho la verdad...
— ¿Qué hubieras hecho? ¿Me hubieras creído? — Marco frunce su rostro e intentando hablar el abuelo agrega. — Aun si lo hubieses hecho, ¿Tú crees que ese hombre se hubiera quedado tranquilo? Él iba a encontrar otra forma de dañarnos. Por lo menos así yo pude predecir todo lo que pasaría y me prepare para el momento de contraatacar.
Veo que tanto mis primos como mi hermano y mi padre lo miran serios y es ahí donde digo.
— Es suficiente, yo no quiero saber sobre sus guerras de pandillas, de organizaciones o mafias, o como quiera que ustedes le digan. — Veo que todos me miran serios y agregó — Sé que su mundo es muy distinto al mío, pero ¿es mucho pedir que cuando tengamos estas reuniones solo hablemos de nosotros? No quiero faltarles el respeto, pero todo eso que están mencionando a mí no me importa, lo único importante para mi son las personas en esta mesa, mi familia.
El abuelo es el primero en hablar y dice.
— Entiendo hija que tu reacción al oír de todas estas rivalidades y guerras que tiene nuestra familia te resulte algo ajeno a ti por tu distancia con nuestra familia, pero esto también te incumbe. Ellos intentaron matatarte...
— Y estoy más que segura que ni tú, ni ellos, van a dejar pasar esa ofensa por alto — Dije a la ligera, pero al ver las miradas serias de todos agregué — No me lo tomen a mal, sé que ustedes tienen grandes problemas con su organización y que también indirectamente estoy involucrada en todo eso, pero... cuando Marco me encontró y me contó sobre todo su mundo, yo decidí no ser parte de él. — Mire a mi padre y dije.— Estoy feliz de la familia que me tocó, pero mi mundo no es ese, no me hagan parte de él por favor.
Veo que mi abuelo mira a mal a mi padre, pero aun así agrega.
— Entiendo y te prometo que intentaremos mantenerte lo más al margen posible.
Veo como Marco intenta decir algo, pero se lo guarda y al ver que la discusión se vuelve a acabar. Gian mira a todos en la mesa y dice.
— Yo si tengo una pregunta, ¿Está será nuestra normalidad a partir de ahora? ¿Pero como haremos eso si tú te piensas ir Bella?
Veo como mi padre lo mira enojado y yo al ver las miradas qué se dirigieron hacia mi, quería que me tragara la tierra.
—¿Cómo que te irás?
Dicen al mismo tiempo mi hermano junto con mi abuelo.
— Sí, bueno iba a contárselos cuando ya estuviera todo listo.— Digo mirando mal a Gian y este solo sonríe en forma de disculpa — Voy a volver a mi trabajo, quiero seguir con mi carrera y...
— No puedes— Dice mi abuelo rotundo y mirándome seriamente agrega — No ahora.
Miró mal al anciano y Contestando seriamente yo también digo
— No fue pregunta. No voy a perder más tiempo de mi vida. Estuve dos años en coma y mi vida cambió por completo, desde que desperté me siento perdida, necesito volver a mi vida. Quiero retomar mi sueño de ser diseñadora...
— Estoy desacuerdo con el viejo, estamos en una situación muy delicada como para que tú reaparezcas y seas el blanco visible de nuestra familia...
— No estoy desacuerdo con eso... Además, ustedes pueden acompañarme. Mi padre y Gian ya dijeron que ellos podían ir conmigo. –Veo como mi hermano mira mal a Gian y mi abuelo a mi padre y agregó — También me gustaría que tu abuelo puedas ir conmigo. Tal vez mi mundo no sea tan interesante como el de ustedes, pero si me gustaría que cuando logré cumplir mis sueños ustedes estén a mi lado.
Veo como los ojos del anciano se suavizan y luego de un suspiro contesta.
— Está bien, pero yo iré contigo, y vas a prometerme que no te volverás a escapar de nuestra seguridad.
Sonreí al ver que había conseguido lo que quería y asintiendo conteste.
— Lo que tú digas, muy bien, preparen todo, que mientras más rápido comience mejor. — Pronto veo la hora y al ver que la tarde había pasado volando digo.— Carajo, miren la hora que es... — me levanté de mi asiento y besando a mi abuelo y a mi padre en su mejilla dije.– Lamento no poderme quedar más tiempo con ustedes, pero tengo que prepararme para mí cita. A las ocho vienen por mi, así que tengo el tiempo justo.
Sin más me fui con dirección a mi habitación y en la mesa quedaron todos serios, pero en su rostro se podía ver su curiosidad.
Narrador omnisciente.
Cuando Bella se marchó la mirada de todos se dirigió hacia Gian y este levantando sus manos dijo.
— No me miren a mi, yo no sé nada.
Estéfano al conocer perfectamente a su hermano tomó su hombro y preguntó.
— Hermano ¿Quieres que te haga daño?
— Habla muchacho...— Dijo el mayor de los Mussicardi seriamente, a lo que el menor de ellos suspirando contestó.
— El empresario Vladímir Salvatore vendrá por ella.
— ¿Nuestro socio? — Dijo Marco, con su rostro fruncido. —¿Cómo conoce a Bella?
— No lo sé, hoy lo encontramos por casualidad en el restaurante y allí concretaron la cita...
— ¿Seguro que no sabes nada más? — Dijo Estéfano mirando serio a su hermano y este volviendo a levantar sus manos agregó.
— Eso es todo lo que sé, a mí también me pareció extraño que ellos se conozcan, pero el señor Salvatore es el hermano de una vieja amiga de Bella.
— Ya veo... — Dijo el abuelo para luego mirar seriamente a su hijo y agregar.— Francisco creo que ahora es momento de hablar. Debo decirte algo que es necesario que sepas.
El padre de Bella solo se levantó de su asiento y mirando a su padre contestó.
— Muy bien, pasemos a mi despacho...
que buen humor autora mis felicitaciones me hizo reír un montón