Que es lo que está dispuesta a hacer una madre por sus hijos?
La respuesta es fácil, todo, absolutamente todo.
Alma, una mujer fuerte y trabajadora dedicada a la ayuda psicológica de niños desea con todo su corazón ser madre, tristemente para ella es imposible.
Un día conoce a un pequeño muy singular, un bebé de apenas un año de vida, con una mirada diferente, intimidante, una mirada que a ella la enamora.
Por culpa del origen del niño ellos son separados, y ahí volvemos al inicio, de que será capaz Alma para volver a ver a su hijo, su amado hijo?...
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capitulo 16
Estoy cansado!! -
Esteban entraba a la habitación de Alma, era por la noche y llegó tirándose en la cama
- Cómo te va en los otros reinos? -
- Mal, muy mal, después que Mazikeen se molestara conmigo por no cumplir su tonto capricho me ha tocado trabajar sin descanso -
Con una sonrisa de culpa, Alma responde - me imagino, jamás pensé que te pediría bañarla a ojos abiertos -
- No lo pidió, lo exigió!!, es una tontería que fuera yo quien la asistiera en eso, lo hice lo mejor posible y aun así se molestó cuando me negué a realizarlo de la forma que ella pedía!!-
- Dejemos esto - decía Alma apenada - me duele ver qué pases todo esto por mi culpa, dejemos todo y regresemos -
- NO - respondió contundente - estamos cerca, muy cerca de que se cumplan los dos meses, no dejaremos que gane, ahora más que nunca aguantaré, lo soportaremos - voltea y la mira a los ojos, tiene una mirada llena de determinación, valor y cariño
- Gracias, no sé cómo, pero recompensaré cada acción que haces, lo prometo -
- Solo quiero verte feliz, y si ver a tu hijo lo hace, esa será mi recompensa -
- Aquí estás cucaracha!!! - entra Mazi azotando la puerta molesta - te esperan en el reino de Asmodeo, las tangas de las bailarinas no se lavan solas!! -
- Ya terminó el día!! - dice molesto aún en la cama
- Y??, nadie dijo que descansarías al terminar el día -
- Yo voy - responde Alma poniéndose de pie
- NO!! - gritan Esteban y Mazi al mismo tiempo, él se levanta de un brinco
- Ya voy -
- No quieres que tu amiga vea a todos esos lindos bailarines que salen sin ropa? - le dice Mazi burlona - tal vez es lo que Alma necesita, ver unos buenos cuerpos meneandose al ritmo de la música y déjame decirte que todos están muuuy bien dotados-
- Basta, Mazi - responde Esteban molesto - vámonos, o acaso tú te perderás ese buen espectáculo? -
- Tienes razón, vámos - observa a Alma - quiero la cama lista para dos personas, no, mejor para tres - se da la vuelta y camina, Esteban suspira y la sigue
- Hasta mañana -
- Hasta mañana Esteban, suerte -...
Dos semanas más pasaron, Esteban se quedó en el reino de Belcebú, el príncipe de la Gula, se lo pasaba lavando platos, lozas y vasijas, ya no visitaba a Alma por las noches, trataba de ocultar las ampollas en sus manos, las cuales con los días se convirtieron en callos. Alma por su parte se lo pasó de lo más tranquilo, Mazi estaba muy ocupada, solo la veía por más mañanas y las noches, en ocasiones no se presentaba ni para comer, eso le daba a Alma mucho tiempo para pensar, bien es dicho que una mente desocupada solo piensa calamidades, eso hacía que los ánimos de Alma cambiaran, su cabeza se llenaba de malos pensamientos y arrepentimiento.
Un día por la mañana, Alma se presentó como siempre en la habitación de Mazi para preparar su baño, viendo lo que jamás pensó ver, Esteban dormido en la cama, con su camisa abierta dejando ver su bien trabajado torso, se veía un camino de besos hechos con labial en toda su blanca piel, desde la oreja, bajando por el cuello y llegando hasta la orilla de sus pantalones. Un par de lágrimas resbalaron por las mejillas de Alma, su guía, su compañero, su amigo tenía marcas de haber caído en la tentación del infierno, su corazón dolía, tocó su pecho por la sensación que provocaba, le falló, no se lo perdonaría nunca
La puerta del baño se abrió, Mazi salía de ahí con el cabello aún goteando, su cuerpo cubierto solo con una diminuta toalla enrollada
- Que tienes? - le pregunto al ver su rostro
Alma pasó de la tristeza al enojo, apuntó al cuerpo de Esteban, Mazi volteó, lo vio y sonrió de esa forma tan de ella que en esos momentos molestó aún más a Alma
- Aha es eso, el pobre se desmayó de tanto trabajo, le tocó cargar los bultos de comida para organizar la bodega del tío Belcebú, lo hizo toda la noche, hasta prácticamente desfallecer, me llamaron hace una hora y lo traje aquí - levantó los hombros restando importancia
- Y eso? - siguió apuntando su torso
- No pude resistirme, será muy gracioso ver su reacción cuando despierte -
- Me quedaré a cuidarlo - arrastró un sillón a lado de la cama, se quedó ahí, con su rostro molesto
- Y mi desayuno? - Alma voltea a verla con el ceño fruncido y una mirada que mata, Mazi solo voltea la cabeza y chasque la lengua
- Ash, está bien, quédate, más tarde hablaré con los dos -
Después de arreglarse, la princesa salió dejando la puerta un poco abierta, Alma suspiro, tomó la mano de Esteban dándose cuenta de la condición de ellas, las miró y evaluó; no pudo resistir y comenzó a sollozar
- Lo siento, de verdad lo siento, es demasiado ya no continuaremos, cuando despiertes nos iremos, te llevaré de vuelta al cielo y cuidaré de ti -
Mazi escuchó todo, tocó su pecho sintiendo algo que jamás había sentido
- Qué mierda? -
Tres horas pasaron cuando Esteban despertó, Alma ya había limpiado su cuerpo, acomodó su ropa y había puesto una manta sobre él
- Alma? - ella de inmediato se acercó
- Aquí estoy, como te sientes? -
- Como si me hubiera aplastado algo, me duele todo el cuerpo -
- Es por todo el esfuerzo, tu cuerpo está muy cansado, no debiste trabajar así -
- Así que así se siente - decía sonriendo
- Eres un tonto, te esforzaste demasiado -
- Ya no me regañes - seguía diciendo entre sonrisas
- No es gracioso Esteban, te pudo pasar algo peor, pero esto se acabó, regresaremos ya lo he decidido -
- No, Alma estamos a nada de conseguirlo - intentó sentarse entre quejidos, pero Alma no lo dejó, puso una mano en su hombro obligando a permanecer acostado
- Porfavor, ya fue suficiente, mírate ya no puedo permitir que sigas así - de nuevo los ojos de Alma se cristalizaron, su voz también comenzó a temblar - regresaremos Esteban, en el cielo veremos la forma de saber de mi hijo, quiero regresar -
- Alma - Esteban levantó la mano, a punto de acariciar su mejilla, el sonido de la puerta abriendo lo detuvo
- Veo que ya despertaste, y justo a tiempo - Mazi entro, se le veía diferente, su semblante mostraba seriedad - lo encontré...