Apariencia de Ángel tenía ella, una mujer que se vio obligada a casarse con un hombre que no conocía , mejor dicho que no conoce durante los tres primeros años de dicho matrimonio , acostumbrada a su soledad en aquella mansión un día de la nada se ve obligada a actuar como toda una señora ante su regreso . El era tan frío con una apariencia de demonio que nadie podía llegar a pensar que en su vida existiera lugar para la familia o el amor pero todo cambia cuando se ve en la obligación de cumplir su papel dentro de aquel matrimonio y la conoce a ella .
¿ Podrá existir entre ellos más que una unión por obligación ?
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capitulo 11
Anna acababa de salir de sus primeras clases, pero aún le esperaba otra después de la comida. Al entrar al concurrido cafetín junto a Lauren, una presencia inesperada captó su atención: Spencer. Instintivamente, Anna trató de evadirlo, temerosa de un encuentro incómodo. Sin embargo, él la divisó y avanzó hacia ella con una sonrisa cargada de intenciones ocultas.
—¡Hola, Anna! —saludó Spencer, observándola con descaro de pies a cabeza.
—¿Qué quieres? —respondió Anna con voz fría y tajante.
—Solo quería saludarte —replicó él, manteniendo esa sonrisa maliciosa.
Anna rodó los ojos, decidida a continuar su camino, pero antes de que pudiera dar un paso más, Spencer la prendió del brazo con fuerza, obligándola a detenerse.
—¿Por qué tanta prisa? —preguntó con un tono cargado de arrogancia.
—¿Qué diablos quieres? —rebatió ella, sin esconder el enfado.
—Quería saber de ti... Hoy escuché que has llegado nada menos que junto a Axel Al Jaramane.
—¿Y eso a ti qué te importa?
—No me digas que eres la nueva conquista de él... —susurró con burla.
—No es asunto tuyo, así que suéltame, estoy apurada.
Spencer soltó una carcajada sibilina.
—Claro, lo entiendo... Ya te vendiste al mejor postor.
Anna sintió que la rabia la invadía y escupió con firmeza:
__¿Pero qué demonios estás diciendo, Spencer? No sabes nada y no te permito faltarme al respeto. Sé que solo estas dolido porque te he rechazado.
El joven apretó aún más su brazo, haciendo que el dolor la recorriera como una descarga eléctrica.
—No te atrevas a repetir eso, Anna, o te arrepentirás.
Con esfuerzo, Anna intentó liberarse.
—¡Suelta! Me estás lastimando.
En ese instante, dos hombres vestidos completamente de negro irrumpieron con rapidez y precisión. Uno de ellos derribó a Spencer con un certero puñetazo, mientras el otro se colocó frente a Anna, protegiéndola como un escudo.
—¿Está bien, señora? —preguntó el que había neutralizado a Spencer, con respeto y atención.
Anna, aún recuperándose, apenas pudo susurrar:
—Sí, estoy bien.
Los hombres escoltaron a Spencer fuera de la cafetería. Minutos después, regresaron y permanecieron cerca de Anna y Lauren, quienes se habían sentado en una mesa apartada.
—¿Qué ha sido eso, amiga? —preguntó Lauren, con los ojos abiertos en señal de sorpresa y preocupación
—Axel insistió en que tuviera seguridad personal. Yo no quería, pero él fue tajante.
—No me sorprende que cuentes con seguridad, Anna. Parece que aún desconoces la enorme influencia que tiene tu esposo en este país.
Anna tragó saliva, evidenciando su desorientación.
—Sé que su familia es poderosa, pero desconozco gran parte de su vida.
—Solo concédete esa tranquilidad: eres la esposa del dueño de casi el ochenta por ciento de la economía del país.
Anna parpadeó, sintiéndose ajena a ese mundo tan lejano a su realidad.
—¿De qué me hablas? —preguntó, sorprendida.
—Tu esposo no es solo el hijo del dueño de la red hotelera más grande del país, sino que es un verdadero magnate de sangre árabe.
—¿Hablas en serio? —exclamó Anna, con los ojos como platos.
—Muy en serio. Si tienes dudas, busca en Internet; todo sobre la familia Al Jaramane está ahí.
La noticia dejó a Anna muda. Sin fuerzas para probar bocado, salió del cafetín rumbo a su última clase.
Mientras caminaba hacia el estacionamiento, un reluciente Mercedes Benz negro se detuvo a su lado. No era difícil reconocer quién conducía: Axel. Bajó del auto con una presencia imponente y avanzó hacia ella con pasos firmes y decididos.
—¿Qué ha sucedido? —preguntó con una voz cargada de preocupación.
Anna lo miró fijamente, buscando la calma en medio del torbellino de emociones.
—No ha sido nada, Axel.
Él torció el gesto y la invitó con un gesto imperioso:
—Sube, hablaremos en casa.
Uno de sus guardaespaldas abrió la puerta para que Anna entrara al coche.
—¿Por qué has venido a buscarme? Los de seguridad podrían haberme llevado.
—Te dije que te recogería, ¿lo habías olvidado? —respondió Axel con un tono cortante, dejando claro que no estaba de buen humor.
Luego de lo que dijo su padre, Axel se dirigió a la casa de su madre. Ella estaba visiblemente deteriorada; los signos de preocupación y angustia reflejaban en su mirada agotada el peso de múltiples tormentas emocionales.
Al verlo, ella se levantó de inmediato y, sin decir palabra, se abrazó a su hijo, dejando caer las lágrimas en silencio sobre su pecho.
Axel la sostuvo con ternura, permaneciendo junto a ella hasta que uno de sus guardias le informó del mal momento que Anna había vivido. Se despidió de su madre y se encaminó a buscar a su esposa.
Al llegar a la casa, Anna descendió con rapidez del auto y se internó en ella sin hacer comentarios. Eddi la saludó cortésmente en el camino, pero ella ignoró el saludo y fue directamente a su habitación, donde encendió su tableta y comenzó a navegar por la red buscando cualquier información sobre la familia Al Jaramane.
Un artículo atrajo poderosamente su atención: la fotografía de portada mostraba a la familia de su esposo, pero justamente en el rostro de Axel había un sticker que lo ocultaba.
"La familia Al Jaramane continúa siendo la más influyente del país, gracias a su líder: el menor de los herederos, Axel Al Jaramane, quien ha demostrado un talento innato para los negocios, superando a su padre con una ventaja significativa, habiendo creado por sí mismo la empresa que ha impulsado la economía nacional, ganándose el título de gran magnate árabe."
Maravillosos lectores, espero que las mejoras que estoy haciendo sean de su agrado.
🌹
El título de la historia debería ser,
"Alcohólica por inmadura".
Tener todo a manos llenas, no siempre es bueno. 🤔😒🤨🇨🇴