Todos amamos de distintas maneras.
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Capítulo 13
Al día siguiente Luna durmió un poco más de lo habitual, no tenía clases y era su día de descanso en el café, lo cual agradecía, porque necesitaba un respiro. Necesitaba que su mente descansara un poco.
Trató de permanecer el mayor tiempo posible en su cama, pero, cuando se cansó de estar acostada, se vistió rápidamente y se reunió con sus padres y hermanos en la cocina. Su madre preparaba con entusiasmo un gran pastel de cumpleaños y su padre envolvía con dificultad lo que parecía ser una caja de regalo.
—Hola ¿Qué es todo esto?—Preguntó la chica, dejando escapar una risa nerviosa, estaba casi segura de que no había olvidado el cumpleaños de ninguno de los presentes.
—Es el cumpleaños del tío. —Respondió uno de sus hermanos, mientras el otro se había unido a su padre para tratar de envolver el regalo.
—Te avisé el otro día que hoy iríamos a su casa. —Soltó su madre, sin quitarle la vista al pastel. —Asi que, deberías estar lista lo antes posible, almorzaremos con ellos.
—Preferiria no ir. —Pidió Luna. —Estoy un poco cansada la verdad.
—Imposible, iremos todos juntos, una salida en familia. —Comenzó diciendo su padre. —Nunca hacemos nada juntos.
Luna miró en dirección a su madre, en busca de ayuda, pero esta la ignoró por completo, y, como sabia que no iban a cambiar de opinión, no se molestó en insistir, solo se quedó tirada en el sillón hasta que se hiciera la hora de ir.
Al llegar a la casa de su tío, Luna se sintió abrumada por la cantidad de familiares que habían asistido, incluso la cantidad de gente que no conocía era aún mas grande.
Después de un sin fin de saludos y abrazos, Luna se dirigió al sótano de la casa para esconderse de toda la gente que estaba en el lugar, al menos un rato. Su primo, al parecer había tenido la misma idea que ella.
—Hola, Luni ¿Cómo estás?— Preguntó, a penas la vió entrar, ofreciéndole una lata de refresco, la cual ella aceptó con gusto.
—Estoy bien, gracias ¿Y tú?— Respondió Luna.—No sabía que estabas aquí.
Él se encogió de hombros.—Bien, escondiéndome de toda esa gente al igual que tú.
Luna asintió con la cabeza. —Te entiendo, hay tanta gente ahí afuera, pensé que solo vendríamos nosotros.
El sonrió. — Sabes cómo es mi madre, a ella le gusta ser el centro de atención, no iba a permitir que mi padre quisiera algo mas tranquilo.
Luna se sentó en un pequeño sillón, y aunque sabía que no debía, no pudo evitar preguntar. —¿Sabes algo de Christopher?
Su primo pareció confundirse un poco con su pregunta.
—¿Te refieres a mi amigo?—Preguntó, intrigado. —¿Por qué quieres saber de él?
—Ah no, es que él suele ir al café. —Luna sonrió nerviosa. —Pero estos últimos días no lo he visto, creí que tal vez le había pasado algo, solo era curiosidad.
—Esta bien, que yo sepa. —Él no confiaba mucho en la respuesta que Luna le había dado. —Tal vez más tarde lo vea ¿Segura que solo preguntas porque no ha ido a tu trabajo?
Luna se sintió un poco incómoda. —Si, solo lo veo cuando va a el café, y me sorprendió que no vaya estos últimos días, nada más.
Su primo, la miró con curiosidad.— Ahora dime la verdad. —Comenzó diciendo. —¿Acaso pasó algo entre ustedes dos?
Luna se encogió de hombros. —No, nada importante la verdad, ni nada de lo que tenga ganas de hablar ahora.
Él suspiró. —Luna, no te ilusiones demasiado, Christopher no es el tipo de hombre que se compromete fácilmente. —La miró con pena, y ella odió que lo hiciera.—Me temo que te van a romper el corazón.
Luna sintió como que sus palabras fueron un golpe en el estómago. —¿Por qué dices eso? ¿Crees que no estoy a la altura de alguien como él?
Su primo se inclinó hacia ella. —Lo quiero decir es, que él tiene una reputación, Luna, no es el tipo de hombre que busca relaciones serias. —Pensó por un momento sus palabras. —No me mal entiendas, de hecho creo que tú eres demasiado para él.
Luna se sintió decepcionada. — Supongo que tú lo conoces mejor que yo. —El nudo en su estómago crecía. —Pero no sé dónde sacas que soy mucho para él.
—Trata de mantenerte alejada del él, lo digo por tu bien. —Quiso continuar hablando, pero ella lo interrumpió.
—En serio te agradezco, pero ni tú, ni nadie me va a decir que tengo que hacer con mi vida. — Se paró del sillón en el que estaba y se acercó a las escaleras. —Agradezco tus intenciones, pero ya decidiré yo que hacer.
—No te lo tomes tan mal. —Se defendió el chico. —Mi única intención es protegerte.
—¿Protegerme? ¿De qué? —Luna soltó una carcajada. —No necesito que nadie me proteja, dejemos esta conversación aquí nomas, de todas maneras entre Christopher y yo, no pasó, ni va a pasar nada.
Su primo asintió, no iba a discutir más con ella, ya sabía cómo eran las chicas enamoradas, y estaba seguro de que su prima lo estaba. Conocía a Christopher muy bien, el solía causar ese efecto en las chicas, pero no podía evitar sentirse mal por su prima, estaba seguro de que su corazón iba a partirse.