No siempre lo que crees que fue verdad lo era
No siempre la mujer que creíste amar te amaría
No siempre lo que tú creíste que eran leales a ti lo fueron
regrese a mi primer vida después de experimentar otra vida en otro mundo
Quieres conocer más de mi historia la del principe heredero Alexander D Angello del imperio Zafiro quédate y te contaré mi dolor y vivencias y por lo que en está vida lucharé por ser mejor y proteger a mi familia de la traición de los que nos rodean.....
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he regresado
Volví a mi primera vida...
Desperté una semana después del aniversario de la muerte de mi madre. Mi nana Margarita me dice que tuve una fiebre muy alta y que estuve inconsciente durante una semana. En esa semana, yo renací, pero tengo mis memorias de vidas pasadas. Esta vez, no voy a cometer los mismos errores. Voy a cuidar de las personas que más me han amado: mi padre, mi hermana y todos aquellos que me quieran a partir de ahora. Hasta este momento no me he convertido en un tirano y no tengo intención de hacerlo. Tengo la intención de hacer las cosas lo mejor que pueda, ya que no quiero desperdiciar esta nueva oportunidad. Voy a aprovecharla al máximo. En este momento, estoy sumido en mis pensamientos cuando escucho la puerta.
Toc, toc. 'Príncipe, ya estás despierto', me dice mi nana. Automáticamente salgo de mis pensamientos y le respondo: 'Sí, nana, puedes continuar'.
Ella entra en mi habitación y me hace una reverencia. Le digo: 'Nana, por favor, deja de hacer eso. Sabes que eres como una madre para mí'.
'No, mi príncipe, hay que respetar el protocolo', me responde ella, mientras yo simplemente pongo los ojos en blanco."
- Mi príncipe, el emperador, lo está esperando para desayunar junto con la princesa. -
- Está bien, nana, ayúdame a arreglarme para no hacer esperar a mi padre y hermana por mucho tiempo. -
Todavía no me acostumbro a que me vuelvan a ayudar a vestirme y a bañarme; se siente raro, pero poco a poco me iré acostumbrando.
¿Mm... no lo sé, solo el tiempo lo dirá?
Una vez que me vestí, mi nana me llevó hacia el comedor. Caminamos por los pasillos del castillo, y no puedo evitar sentir cuánto extrañaba este lugar, mi hogar. Bajamos las escaleras y nos encontramos con empleados que estaban ocupados en sus tareas. Al verme, inclinan la cabeza en señal de respeto y un poco de temor, ya que se dice que soy un niño algo caprichoso y problemático.
Al llegar al comedor, encuentro a mi padre en la cabecera de la mesa. Es un hombre alto, de aproximadamente uno noventa de estatura, con piel blanca y ojos dorados que, al mirarte, te hacen sentir un cosquilleo en la piel. Su cabello dorado y su buena figura, que no es excesivamente delgada, le otorgan una presencia imponente. Todo en él irradia autoridad y respeto. Me acerco a él, le hago una reverencia y lo saludo cordialmente.
" Buenos días al Sol del imperio zafiro. Que la gracia de los dioses esté contigo y la bendición de Selena te acompañe. " Mi padre me mira; veo en su mirada orgullo y, a la vez, tristeza. Se levanta de la mesa, se agacha y dice:
- Querido hijo, príncipe heredero del imperio zafiro, no es necesario que seas tan formal conmigo, tu padre y emperador. No hagas eso mientras estemos aquí dentro del castillo; simplemente llámame papá y abrazame, - dice mi padre.
Al oír sus palabras, me lanzo a sus brazos y sigo sus indicaciones. Ha pasado tanto tiempo desde que sentí su abrazo y, de repente, comienzo a llorar. Lloro por lo tonto que fui en mi vida anterior, por haber desperdiciado tanto tiempo que podría haber compartido y aprendido junto a un hombre ejemplar, sabio y bondadoso, que sabe ser firme cuando la situación lo requiere. Es respetado por su pueblo y temido por los imperios vecinos. Un guerrero admirado por su ejército, ese hombre es mi padre, el emperador del imperio zafiro, Fausto de Ángelo. Puedo sentir cómo se tensa por la sorpresa del abrazo, ya que no esperaba que lo hiciera. Desde que mamá murió, no permitía que se me acercara, pero al escuchar mi llanto, solo me abraza y me deja llorar. Al oído, me susurra:
"Hijo, sé que la pérdida de tu madre es muy difícil, pero debemos seguir adelante. Hay muchas personas que dependen de nosotros y también tenemos que cuidar de tu hermana. Debemos ser fuertes. Te amo, hijo, y me alegra que estés a mi lado. Me preocupaba que me pudieras odiar por no haber podido salvar a tu madre. Te prometo que hice todo lo que pude, pero su enfermedad era muy grave y lamentablemente ya no había nada que hacer. "
- Padre, te creo y te pido perdón por haber sido un mal hijo, por alejarme de ti. Te he juzgado y he comprendido que eres el emperador que gobierna un gran imperio, aunque no eres un Dios. Mi madre está junto a Selena, y desde allí nos enviará su bendición para que podamos ser una familia. Te prometo, padre, que haré todo lo posible por ser tu orgullo." (Me separo de él y lo miro a los ojos.)
En esos ojos veo mi propio reflejo.Miro el rostro de mi padre y veo que de él salen lágrimas, no de dolor, sino de alegría al ver que su niño está madurando. Ver al emperador Fausto de Angelo derramar lágrimas por las palabras que le dice su hijo de 5 años no tiene precio. Para mí, son lágrimas que demuestran lo mucho que me ama, que soy importante para él, no como me hicieron creer en mi vida pasada. Nos separamos y nos sentamos cada uno en su respectiva silla.
Al otro lado de la mesa veo a mi hermana, que está sentada en una sillita, a la izquierda de mi padre, mientras que mi nana está detrás de ella para ayudarla. Me acerco, le doy un beso en la mejilla y me sonríe. Es tan pequeña, tan inofensiva y tan hermosa. Se parece mucho a mi madre: tiene el cabello azul oscuro que parece negro, ojos azules como el cielo con destellos dorados y una piel blanca como la más fina porcelana, con mejillas sonrojadas. Es realmente una linda muñequita. Mi querida muñequita Alina de Angelo, hermosa hermana, en esta vida te protegeré (pienso para mí mismo).
Me siento en mi silla, al lado derecho de mi padre. Desayunamos entre risas, disfrutando de un momento agradable. Terminamos con la promesa de mi padre de que los tres desayunaremos juntos todos los días y también cenaremos. Mi padre se levanta, ya que debe atender asuntos del estado, y yo debo ir a mis clases. Me despido de mi hermana con un beso en la mejilla. Y de mi padre me despido con un abrazo y un beso en la mejilla, porque en esta vida no quiero alejarme del amor de mi familia. Salgo de allí directamente a encontrarme con el capitán de la guardia imperial, mi maestro en el arte de la espada y la lucha. Mientras camino por los pasillos, cada rincón de este castillo me trae recuerdos que deseo transformar, ya que a partir de hoy, crearé nuevos recuerdos...
Al llegar a la puerta trasera, me encuentro con un hermoso jardín. Atravieso el jardín y, más allá, puedo ver el cuartel donde descansan los soldados imperiales, la primera línea de defensa de la familia imperial. Continúo caminando y, en medio del bosque, está el lugar de entrenamiento, donde hay una cúpula para aquellos que nacen con magia. En mi primera vida, nunca me gustó la magia ni quise saber nada de ella, pero en esta ocasión deseo descubrir si tengo algún don mágico.
Quiero ser el mejor para poder proteger mi imperio, a mi familia y a todos aquellos que me respeten y sean leales, no solo por ser el príncipe heredero, sino por ser Alexander de Ángelo, una persona común. Deseo que no sientan miedo hacia mí, sino que me vean como un igual. Quiero que me consideren su amigo y no únicamente como el príncipe que soy. Salgo de mis pensamientos al llegar a mi destino y saludo:
—Buenos días, Capitán Salvatierra.-
- Buenos días, mi príncipe. Está listo para su entrenamiento del día de hoy.-
" Sí, capitán Salvatierra, estoy listo. Además, me gustaría presentar la prueba de magia, ya que me gustaría saber si la poseo."
- Me alegra escuchar eso, príncipe. Informaré al emperador para que envíe la solicitud al templo y así se realice la prueba a Su Alteza, el Príncipe. *Asiento con la cabeza*. -
Así iniciamos mi entrenamiento, el cual estoy tomando muy en serio. A diferencia de mi vida anterior, cuando comencé a entrenar a los 10 años, pero de mala gana, esta vez he decidido empezar desde ahora a preparar mi cuerpo para poder proteger a los que amo. Pasamos toda la mañana con Él explicándome las posturas y lo que debo hacer al llegar al campo de entrenamiento. También me informa que debo escoger uno o dos caballeros. Para que estén a mi servicio en mi primera vida, nunca lo hice, ya que no tenía a nadie. No me gustaba que alguien me siguiera los pasos, pero en esta vida lo haré. Tengo que aprender a confiar en los demás y a ganarme la confianza de las personas de mi imperio.
'Capitán Salvatierra', pronunció, llamando su atención.
-:Por favor, llévame a buscar a mis escoltas,- solicité. Él simplemente me miró y respondió:
" Sígame, príncipe. Lo llevaré al lugar donde se encuentran todos, para que pueda seleccionar entre los soldados aquellos que lo acompañarán a partir de hoy. "
Caminamos durante unos cinco minutos más, y veo que se aproxima el general de las tropas imperiales, Joset Vásquez, un hombre de distinción con siete estrellas. Tiene el cabello alto y negro, ojos oscuros y piel trigueña. Me mira y me saluda:
-Saludos al pequeño sol del imperio, príncipe heredero de Zafiro. Que la bendición de Selena y de los dioses te acompañen. con una reverencia. -
- -Que la bendición de Selena esté contigo para que siga guiando a nuestro ejército imperial. Me inclino también. -
Le informo a lo que hemos ido, y él solo asiente con la cabeza. Nos pide 5 minutos para reunir a sus hombres, a lo que solo le digo que sí. Veo que comienzan a llegar soldados, que se forman frente a nosotros. Qué orgullo ver a las tropas que nos protegen, ver rostros que pelearon conmigo en las guerras. Hubo otros que perdieron la vida debido a mi intolerancia por querer concluir rápidamente, pero esta vez me aseguraré de proteger a todos, dice el general de las tropas, sacándome de mis pensamientos.
¡Soldados del imperio de zafiro, fuerza imperial, ofrezcan sus respetos a su alteza, el príncipe heredero!
Todos entonan en una sola voz.
-Que la bendición de Selena y los dioses protejan y guíen el camino de su Alteza, el príncipe heredero del Imperio Zafiro. Sus soldados imperiales le envían un cordial saludo y juran lealtad a su Alteza en su reinado como príncipe heredero y como futuro sol del Imperio Zafiro.-
¡Quedé sorprendido cuando recibí ese saludo de las tropas imperiales! Me llenó de orgullo y les respondí con gratitud.
"Buenos días, mis fieles soldados de las tropas imperiales. Soy Alexander de Ángelo, príncipe heredero del Imperio Zafiro, hijo del emperador Fausto de Ángelo. Les prometo protegerlos y estar a la altura de sus expectativas para guiarlos y convertir este imperio en el más fuerte y el mejor lugar para sus familias, así como para todos aquellos que deseen vivir en paz y alegría. Les prometo que estaré a su lado en las batallas que puedan surgir en el futuro, y ruego a la diosa Selena que no tengamos ninguna. Prometo respetar a cada uno de ustedes como los valientes guerreros que son; sin su apoyo, no estaríamos aquí hoy, viviendo felices y en armonía. Gracias por brindarnos su protección. Que la luz de Selena los bendiga y los proteja, soldados de zafiro. Me inclino sobre una rodilla frente a las tropas imperiales, me levanto y contemplo con alegría los rostros que me rodean. De mis tropas, mis futuros compañeros de lucha...