Mika, la hija del temido líder de la mafia, ha vivido toda su vida bajo el yugo de su padre, quien no solo asesinó a su madre, sino que también la separó de sus hermanos para convertirla en una máquina de venganza despiadada. Su padre tiene grandes expectativas para ella: debe convertirse en la reina de la mafia y llevar su apellido a nuevas alturas, o enfrentarse a las consecuencias más terribles, que incluyen la vida de sus hermanos.
Dimitri, un joven rival que también aspira a ser rey, compite contra ella en un juego mortal donde las alianzas son efímeras y las traiciones son habituales.
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¿ROMPÍ UNA REGLA?
MIKA
Me doy vuelta y vuelvo a la cabina, miro la hora en mi teléfono y son exactamente las 4, desde que llegué no he dormido ni comido nada y estoy muy agotada y también tengo hambre, y solo podre comer y dormir cuando se despierten mis hermanos y le pida disculpas por dejarlos sufrir solos…
La maquina me lanza la tercera pelota, luego la cuarta y la quita la bateo tan duro que hace que el director se caiga con todo y silla, sin embargo no quiero detenerme pero en el momento en el que voy a batear la sexta pelota suena mi teléfono…
—Srta. mika sus hermanos han despertado incluso min-ji—me dice el sr. xu a través de la llamada.
—Bien, enseguida voy.
Mi corazón latió muy rápido al escuchar esas palabras, sinceramente no sabía cómo enfrentarme a ellos y tengo miedo de que no me perdonen.
—Uff salvado por la campana en este caso la llamada—suelto una pequeña carcajada—eso ha sido todo por nuestro pequeño juego, ¡adios!
Salgo de la cabina y me dirijo hacia el estacionamiento y justo cuando voy abrir la puerta del carro siento un gran golpe en mi cabeza que hace que me desmaye.
Minutos después siento como un agua fría impacta en mi rostro, lo que hace que despierte y solo para darme cuenta que estoy totalmente atada de pies y manos en una silla de madera muy antigua que al parecer es eléctrica o algo así.
A mi alrededor hay muchos hombres, sin embargo mi vista está un poco borrosa por el golpe y no puedo distinguir sus caras.
—Mika watterson una de las alfas del trébol, la mafia más temida del mundo—dice un hombre con vaso de vidrio en la mano con licor que está enfrente de mi.
—¿Quien eres?—digo con voz suave y un poco débil.
En ese momento mi vista mejora y puedo ver la cara del hombre sin embargo no lo conozco, mira a mi alrededor y veo a alguien conocido en un rincón de la habitación…
—¿ximen? si que tienes agallas viejo—suelto una carcajada un poco fuerte que paró inmediatamente cuando siento una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo, seguido de un dolor inmenso pero después de unos 10 segundos para.
—¡TU!!, te atreviste a lastimar a mi hijo ¿y no pagar por ello?... Denle otra descarga—dice sin dejar de mirarme.
Pronto siento la descarga eléctrica de nuevo pero esta vez más fuerte, tanto asi que me hace sangrar por la nariz, se detiene y…
—Ya veo, trabajas para dmitri ¿cierto?—me responde con un “si”—haci que haces lo que quieres por que piensas que el te protejera de mi padre por ser un alfa… lamento decirte que estás equivocado idiota, el no podra salvarte de mi padre—digo con dificultad sin embargo no puedo evitar reir aun que sea un poco por su idiotez, pero estoy tan debil que siento que voy a desmayarme…
Sin importar que no puedo morir aqui, aun tengo que pedirles perdón a mis hermanos, recibí otra descarga eléctrica y esta vez sí siento que voy a desmayarme, pero antes de cerrar los ojos veo al borroso moviéndose y gritos por todos lados, no pude saber que era ya que me desmaye del dolor.
Me levanto de golpe y miro a mi alrededor y estoy en un hospital, me siento, vuelvo a enfocar mi vista y veo a un hombre guapo con el pelo desordenado, lleva un traje clásico de tres pieza negro que realza su figura atletica parado al frente de la enorme ventana de cristal.
—¿Dmitri?—dije sobándome la cabeza que me duele como un carajo.
—¡Chiquita! despertaste—dice volviéndose a mí con una sonrisa la cual me deja algo extrañada.
«Necesito ver a mis hermanos»
Con esfuerzo me incorporo, pero de repente pierdo el equilibrio, al verme en un movimiento rápido dmitri trata de sujetarme por el brazo pero es inutil y ambos caemos en camilla, con el encima de mi…
La habitación se llena de un silencio tenso. Siento como mi corazón late con fuerza en mi pecho mientras lo observo desde abajo, su mirada es intensa, sus ojos grises reflejan una mezcla de preocupación, deseo y familiaridad sin embargo me hace preguntarme.
¿Qué es lo que le preocupa? y ¿por qué siento que esto ya lo he vivido antes como un dejavu?...Puedo sentir el calor de su cuerpo sobre el mío, nuestras respiraciones se aceleran mientras sigo viendo su intensa mirada buscando respuestas en sus ojos…
—¿Qué esperas para levantarte?—digo con un tono frío rompiendo el momento.
El se levanta de inmediato
—Fuistes muy despistada, te centraste mucho en tu pequeña venganza que no notaste que dos camionetas e incluso yo te seguimos…¿Que hubiera pasado si yo no hubiera estado allí para salvarte?.
Me levanto de la cama y recojo mis botas que yacen al lado de un sillón de la habitación y me siento en él para ponerme las botas trenzadas mientras él sigue mis movimientos con sus ojos.
—¿Por qué te importa lo que me pase?, que yo sepa siempre me hacías la vida difícil en el cuartel con tu pinche amiguita de mierda, ahora salgo del cuartel, me besas, te haces el coqueto y ¿ahora el héroe?, ¿a qué te juegas?—digo sin apartar mi mirada de la de él, con un tono frío y amenazante.
Suelta una pequeña carcajada suave acercándose a mí, se inclina posicionando su antebrazo en el brazo del sillón…
—Que sea la última vez que me hablas de esa forma, no me gusta para nada—me susurra al oído con voz un poco ronca.
—Pues soporta porque lo seguiré haciendo—susurro en su oído con voz suave.
—Eres simplemente imposible—se endereza—Rompistes las reglas y tendrás que enfrentar las consecuencias de ello.
Termino de ponerme las botas y me levanto.
—¿Cuál regla se supone que rompí?.
—No me digas…¿Aún no lees las reglas?—dice en un tono burlón.
— Solo me se las que nos dijeran n en el cuartel sobre el poder que debemos asumir al ser alfas y algunas ventajas que tenemos y para el resto...He estado ocupada… ya ¿me dirás o no?.
—Umm, regla número 25… Si un alfa de la organización causa la muerte de hombres pertenecientes a otro alfa, el alfa afectado tiene el derecho de solicitar una compensación. El otro líder estará obligado a cumplir con esta solicitud, sin importar su naturaleza. En caso de que no lo haga, enfrentará la severa consecuencia de perder la vida de un familiar cercano.—dice moviéndose de un lado a otro con las manos detrás de él.
—Técnicamente tú mataste a ximen y a su padre.—digo sonriendo a medio lado.
—No hablo de ellos—dice moviéndose al sillón sentándose en él, mientras que yo sigo sus movimientos con mis ojos.
—No he matado a nadie aun—digo frunciendo las cejas extrañada por lo que dijo.
—¿Te olvidaste de los 3 vigilantes que mataste con tu arma?, trabajaban para mí.
—ahh—abro la boca indicando que ya me acordé—¿ y qué hacían tus trabajadores allí?.
—Eso no te incumbe chiquita—me guiña un ojo—¿quieres que te diga lo que quiero que hagas para mi?—dice alzando una ceja.
—¿Qué es lo que quieres?—pregunto con mucha curiosidad.
—Casate conmigo.
