Mi Querido Mafioso

Ambos miraron a Samantha al mismo tiempo, ella no entendía nada de lo que estaba pasando allí.

Ella miró sus dos manos tomadas, Douglas la soltó, sin embargo, Adam fingió demencia en ese momento.

 - ¿Qué está pasando aquí? - cuestionó a ambos.

 - ¿No te acuerdas? Te desmayaste en el hotel y te llevé al hospital - dijo él, aun sujetándole la mano-.

 - Me has dado un susto de muerte - dijo también Pedro en segundo plano-.

 - Más tarde volveré a examinarte, tengo otros pacientes que atender - dijo Douglas y se dirigió hacia la puerta.

 Samantha no quería decir nada delante de Pedro, ya era suficiente con estar metida en este lío, no necesitaba arrastrar a su amiga, así que trató de despachar a Adam.

 - Ya estoy bien, no hace falta que te quedes aquí, creo que tienes muchas cosas que hacer.

 Realmente tenía muchas cosas de las que ocuparse, pero primero quería asegurarse de que ella estaba realmente bien.

 - Tengo mucho que hacer, pronto estaré de servicio, así que por favor cuida bien de tu novia y hazle de comer algo, volveré más tarde, te quiero - dijo Pedro, saliendo de allí sonriendo.

 Le encantaba causar problemas, lástima que no pudiera quedarse a ver el resultado de lo que pasaría después de lo que dijo.

 Después de que Pedro se fue, los dos se quedaron en silencio, pero Samantha lo miró levantando una de sus cejas, él seguía tomándola de la mano y ella esperaba una explicación sobre lo que había escuchado.

 Adam le soltó la mano y se sentó en la cama, dándole la explicación que ella quería oír.

 - Él no quería dejar que me quedara aquí, por eso dijo que era tu novio, lo siento si te ofendí de alguna manera -se disculpó con ella.

 - No me has ofendido - respondió ella mirando hacia otro lado.

 Adam notó que Samantha parecía triste y quiso saber más sobre ella y el doctor.

 - ¿Sigue habiendo algo entre Douglas y tú?

 - ¿Qué? ¿Por qué me preguntas eso? - le preguntó extrañado.

- Vi cómo parecía preocuparse por ti y lo mucho que le molestaba mi presencia.

 - Si de verdad le importara, no me habría dejado en ridículo cuando me engañó, debió de molestarle que por fin siguiera adelante y me buscara otro novio -dijo ella, sonando molesta.

 Adam sintió un enorme deseo de provocar a Samantha, ella causaba ese efecto en él, porque tenía un aire de inocencia e ingenuidad, que era raro de ver en su mundo.

 Colocó sus manos, una a cada lado del cuerpo de Samantha, acercando su cuerpo al de ella, sabía que su cercanía causaba efectos en ella y eran estos efectos los que quería ver.

 El corazón de Samantha se aceleró más, siempre se ponía así cuando Adam estaba tan cerca de ella, separó un poco los labios, observando aquel rostro tan cerca del suyo.

 - ¿Qué te impide seguir adelante? - le preguntó Adam.

 Ella siguió mirándolo a los ojos y volvió a hacerse esa pregunta, ¿qué era lo que realmente le impedía seguir adelante con su vida, como ya lo había hecho Douglas? Era una buena pregunta que ni ella misma sabía responder.

 Samantha incluso abrió la boca para darle una respuesta a Adam, aunque no fuera la que él esperaba, pero la puerta volvió a abrirse, interrumpiéndolos a ambos.

 Adam solo volteó la cabeza, al ver que se trataba nuevamente de Douglas, trabó la mandíbula en ese momento, definitivamente ese hombre ya lo estaba molestando y más le valía salir de ahí, o terminaría haciendo alguna estupidez con ese hombre.

 Antes de irse, Adam se aseguró de burlarse un poco más de ella, llevó una de sus manos a su rostro y agregó.

 - Creo que será mejor que me vaya, hasta luego mi pequeña -habló y deslizó su mano por la cara de ella.

 Adam se levantó, le dedicó una sonrisa y se dio la vuelta para marcharse, al pasar junto a Douglas, su sonrisa desapareció, dando paso a una verdadera mirada asesina, que hizo que el otro tragara en seco.

 Tras salir de la habitación, Adam seguía mirando aquella puerta, la incomodidad de dejar a Samantha a solas con aquel hombre había vuelto y no le gustaba nada lo que estaba sintiendo.

 Adam caminó hacia el vestíbulo, Caio se puso de pie en cuanto lo vio y al acercarse a él, fue directo a hablar.

 - Manda a Michael a que averigüe todo lo que pueda sobre el doctor, no me tragué a ese tipo.

 Caio asintió, no iba a decir nada, pero estaba pensando que en realidad se trataba de celos y comenzó a preguntarse si realmente Adam estaba tan molesto por Samantha, ni siquiera estaba hablando de Sabrina, que lo había traicionado hace tan poco.

 - ¿Ha vuelto ya Marcos? Necesito sus servicios.

 - Sí, me llamó, ya está en tu casa, ¿qué necesitas que haga? - preguntó Caio, pero ya sabía la respuesta.

 - La orden es que vigile a Samantha, Oliver ya sabe de ella, podría querer hacer algo en su contra, haz que la siga y no interfieras en su vida o rutina, a menos que sea necesario y deja a alguien más vigilando su casa - dio las órdenes.

 Mientras Adam salía del hospital, dando órdenes a Caio sobre la protección de Samantha, en la habitación, el ambiente entre ella y Douglas no era nada bueno.

 - ¿Por qué has vuelto? Ya estoy bien -dijo ella mientras se metía en la cama-.

 - Las cosas entre ustedes dos, ¿son realmente serias? - le preguntó Douglas.

 - No tengo por qué responder a tu pregunta sobre con quién salgo o no, tú ya estás con otra, ¿recuerdas? - le cortó ella.

 Douglas se acercó más a ella, hablándole de una manera muy dulce y suave.

 - ¿Aún hay alguna posibilidad entre nosotros dos?

 Samantha se sorprendió mucho con esa pregunta, no tenía idea de qué lo había hecho cambiar de opinión, durante meses esperó ansiosa escuchar esas palabras, pero cuando las escuchó, no tuvieron el efecto que ella esperaba.

 - ¿Qué te hizo cambiar de opinión sobre nosotros? - Quería entender qué había pasado realmente.

 - Te echaba de menos y cuando te vi enfrentarte así a Iván, vi que esa era la Samantha que siempre quise tener de mi lado, una mujer valiente e intrépida que impone su autoridad.

 Samantha estaba consternada por la declaración de Douglas, tenía esa actitud, en un momento de impulsividad, corrió el riesgo de ser agredida por Iván y no entendía cómo él podía decir que así la quería y que esa era una condición para que volvieran a estar juntos.

 - ¿Así que esperas que actúe de esa manera como condición para que estemos juntos? - mostró su indignación en su voz.

 - Sí, porque es una mujer con esas actitudes la que me conviene, no alguien tan pasiva y tranquila, por lo demás, me gusta todo de ti.

 Escuchar eso fue frustrante, pero no decepcionante, ella había esperado algo así de él, siempre se trataba de lo que él quería y necesitaba, nunca se trataba de lo que ella pudiera querer.

 - No sé qué pensar Douglas, ahora mismo no puedo decirte nada, necesito pensar bien qué hacer -respondió con firmeza.

 No pudo ocultar su sorpresa, en su cabeza imaginaba que ella no dudaría en decir que sí, pues sabía que Samantha siempre había estado loca por él.

 - Puede que te haya cogido por sorpresa, así que piénsatelo bien y luego me das una respuesta.

 Douglas se acercó y trató de besarla, pero Samantha volteó el rostro, sabía que aún estaba saliendo y no era propio de ella hacer eso, no pagaría por lo que Cibeles le había hecho.

Frunció el ceño ante su negativa, realmente algo había cambiado en ella, decidió no insistir más en ese momento, sin embargo, creía que ella no se negaría.

 Douglas le acarició el cabello y salió de la habitación, ella apoyó su cabeza en la almohada y suspiró, básicamente ese roce y esa propuesta, era todo lo que ella deseaba antes, pero cuando sucedió, ya no sentía lo que imaginaba que sentiría, sabía que algo había cambiado, no sabía qué era, ni por qué razón, necesitaría un tiempo para poner todo en orden en su cabeza y en su corazón.