Mi Hermoso Vagabundo.

(Sam Warren)...

No sé cómo pude controlar mi rabia y los deseos de acabar con la vida de ese miserable hombre, qué con unos tres golpes más lo habría enviado directo al cementerio, pero me contuve y no maté a golpes a ese bastardo que quiso aprovecharse de Rocío, pero mientras lo golpeaba pensé que morir no sería el mejor castigo para él.

Porque un hombre así debe de pagar lo que les ha hecho a todas esas mujeres que trabajan en mi empresa, ya que la muerte sería un regalo para él en este momento y juro que yo mismo me encargaré de que pase muchos años en la cárcel, pero antes le haré su vida miserable para que nunca más en su puta vida vuelva a aprovecharse de una mujer indefensa como lo es Rocío.

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Después de salir volví a dejar la ropa y la máscara de Net, en mi carro para luego subir al ascensor para ir a la oficina de seguridad a borrar todas las evidencias que me pudieran inculpar cuando encuentren a ese bastardo casi muerto en esa fría bodega.

Al borrar todas las grabaciones de las cámaras del subterráneo, llamé a Sergio para pedirle los archivos de inmediato, sabiendo muy bien que él iría a la bodega a ver por qué se tardaba tanto Augusto. Y solo unos minutos más tarde llega mi secretaria aterrada, muy preocupada informándome que habían encontrado a un empleado casi muerto en la bodega del subterráneo, y que la ambulancia estaba llegando para atenderlo.

No le presté mayor importancia, haciéndome el sorprendido y seguí con mi trabajo ese día, ya qué por la noche pienso ir a visitar a Rocío al hospital como Net, puesto que ayer me dejó claro que no le gusta que su jefe la visite. Pero solo lo haré hasta que encuentre la forma de acercarme a ella, siendo quien realmente soy, pero lo único que sé, es que quiero estar cerca de ella y si siendo solo Net, puedo acercarme a ella seguiré fingiendo ser otra persona hasta que pueda revelar mi verdadera identidad sin que ella me rechace al enterarse de que mi verdadero nombre es Sam Warren.

(Rocío Martínez)...

Hoy me darán el alta media, podré volver a mi casa y por fin dejar esta cama del hospital, aunque tengo sentimientos encontrados, ya que en las últimas noches me ha visitado Net, quien se está ganando mi corazón poco a poco, puesto que ese misterioso vagabundo me ha hecho compañía en estas noches, dónde platicamos por largas horas, nos reímos a carcajadas de cualquier cosa y lo que más me gusta es que me consiente como una pequeña niña frágil con sus suaves caricias y alguno que otro beso que me da, solo cuando venda mis ojos para que no vea esa cicatriz que tanto le avergüenza. Pero que a mí no me importa porque aunque tuviera su rostro desfigurado seguiría junto a él por el simple hecho de que sé que por dentro es una hermosa persona.

Mi madre me visita a diario junto a mis hermanitas, también mi compañera de trabajo Addison quien me contó que al señor Augusto casi lo matan a golpes en la misma bodega en la que él quiso aprovecharse de mí días atrás. También me dijo que nadie sabe quién lo golpeó, la policía no encontró nada ya que ese día las cámaras de seguridad se encontraban en mantenimiento y que nadie vio nada extraño como para sospechar o culpar a alguien.

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Yo me siento bien, excepto mi pierna que se encuentra con un yeso, el que me impide moverme y caminar como yo quisiera. Si me dice el médico que con un buen reposo podré estar normal dentro de unas tres semanas para volver a mi vida y así poder volver a mi trabajo.

(16:00 p.m)

Mientras espero que el médico firme el alta médica para así poder volver a mi casa, entra a la habitación el señor Warren, saludando muy amablemente a mi madre, quien está esperando a mi lado para poder llevarme a casa en algún taxi.

(Yo me sentí incómoda ante su presencia, de alguna forma me avergüenza que un hombre tan importante y con tanto dinero pierda su tiempo viniendo a este hospital solo para saber de mi salud.)

_ Hola Rocío, el médico me informó que hoy te irás a tu casa y que en pocas semanas estarás de vuelta en la empresa _ me dice mi jefe, mientras que yo trato de sacar algunas palabras de mi boca, aunque no sé cómo responderle ante su amabilidad.

_ Si... Gracias a Dios me iré hoy a mi casa.

_ Iré por el alta médica y las llevaré a su casa _ nos dice mi jefe mientras que yo me niego con la cabeza de inmediato.

_ No es necesario señor Warren, le agradezco mucho todo lo que ha hecho por mí, pero...... _ me quedo en silencio, ya que él de inmediato me responde.

_ No te pregunté, dije que las llevaría a casa _ no pude contradecirle, y baje mi cabeza mientras él salía de la habitación para ir por el médico, mirando de reojo a mi madre, quien también en absoluto silencio empacaba mis cosas.

Al rato...

Entra la enfermera con una silla de ruedas, ella y mi madre me ayudan a sentarme para luego llevarme hasta la salida del hospital en dónde nos espera mi jefe junto a su chofer, quien es el que me carga con mucho cuidado para subirme al carro, que nos llevó hasta mi casa, sin que alguien cruzara una palabra, ya que al estar sentada justo al lado del señor Warren una energía extraña e inexplicable recorría todo mi cuerpo el cual me impedía cruzar alguna palabra con él, mientras que todos en aquel carro nos mantuvimos en un incómodo silencio durante todo el trayecto.

Al llegar a casa, el chófer es quien se baja del carro y me vuelve a cargar para dejarme en mi cama con la ayuda de mi madre quien me acomoda las almohadas para quedar semi sentada. Mientras que el señor Warren se queda esperando en el carro.

_ Hija, iré a darle las gracias a tu jefe por traernos_ me dice mi madre saliendo de mi habitación junto al amable chófer.

_ Madre, espera! le das las gracias de mi parte, por favor._ le dije a mi madre haciéndole entender que no quiero hablar con él porque para mí es más fácil que mi madre sea la que hable con mi jefe.