Vendida A La Mafia Rusa

Dormí de a ratos, mientras cuidaba a Ann, no podía dormir, estaba ansioso por el reporte que le pedí a Uno, la luz empezaba a iluminar la habitación, Ann seguía durmiendo así que me levanté con cuidado, parecía más tranquila, la dejé en la cama y fui a hacerle el desayuno, me encontré en la barra de la mesa unas bolsas.

Cuando mandé comprar estás cosas, empece a ver qué había dentro, eran especias, verduras, frutas y algunos productos que provenían de México, junto a las bolsas había una nota.

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(Cuatro)

Jefe, la señora compro todo esto, puse la carne en el refrigerador, pero lo demás lo deje aquí, se veía muy feliz en el supermercado, dijo que le encantaría lo que prepararía.

Mi cara fue marcada por una tristeza inmensa, mi amada Ann, había comprado todo porque pensaba cocinarme, me sentía tan mal de verla sufrir, seguí revisando las cosa y encontré un par de suéteres negro, tenían unas manos entrelazadas y eran a juego. Mi pequeña me nos compro un regalo.

La irá me invadía, como alguien fue capaz de dañarla, cuando lo descubriera me encargaría de cobrarle cada lágrima que inundó su rostro.

Empecé a cocinar crepas, hacía mucho que no las preparaba, solo esperaba que a Ann le gustarán, prepare café y de pronto con una sonrisa un poco apagada entro Ann, se me acercó y me rodeo en sus brazos.

Ann: hola, lamento haberte desvelado y que tú tuvieras que hacer el desayuno (dijo con tristeza)

Alan,: Cariño, no te disculpes, yo cuidare de ti siempre que pueda, además tú cocinaste las anteriores veces ahora me tocó a mí, solo espero que mi comida sea tan deliciosa como la que tú preparas.

Una sonrisa iluminó su rostro y mi corazón dió un salto, ojalá siempre sonriera, esperaba mantener esa sonrisa en su rostro, pero su cara demostraba que seguía afectada por lo que fuera que le pasó.

Ann: bien, seré una crítica muy especial, solo espero no intoxicarme (dijo sonriendo)

Alan: Yo te curo( dijo con una sonrisa pícara)

Ann solo por uso sonrojarse, pero apresar de verla mejor sus ojos tenían tristeza aun, pero yo me encargaría de que con amor superará esto.

Serví dos platos y nos sentamos en la barra de la cocina, la mire espectante probar mis crepas, sonrió y se levantó, tomo del refri la crema de avellanas y las fresas, las trajo a la barra y empezó a adornar su desayuno, me sorprendió, se veía delicioso, me dirigió la mirada y empezó a ponerle lo mismo al mío. Me levanté y serví dos tazas de café.

Comimos juntos y cada ocasión que surgía trataba de mimarla, esperaba que con eso se sintiera más feliz.

Cuando terminamos, fui a lavar los platos y Ann me ayudó, subimos a la habitación y le dije a mi pequeña que me iba a bañar, que me esperara en la habitación, jalo mi brazo y me dijo.

Ann: deja que me bañe contigo, tengo miedo de hacerlo sola.

Alan: segura que es lo que quieres?

Solo asintió y tomo sus cosas, nos dirigimos a la ducha de la habitación, dentro de ella empecé a desnudarme, mire la reacción de Ann por si se asustaba o tenía que salir, pero un sonrojo apareció en sus mejillas, me miro y empezó a desnudarse, quedó en ropa interior frente a mi, me pareció preciosa, la deseaba mucho pero por ahora esperaría a que ella lo quisiera.

Termine de escudarme y entre a la ducha, prepare el agua y Ann entro desnuda junto a mi, fue un momento ardiente verla a si frente a mi, empecé a enjabonar mi cuerpo y Ann el suyo, me dió la espalda y mi mirada se poso en su hombro, había un pequeño Chupetón, pero yo no lo había hecho, yo solo mordía su cuello y este estaba por la parte de atrás, ahora estaba más preocupado acaso alguien violó a Ann y si así fue, estaba seguro de que Eduardo tenía que ver.

La abrace por detrás con una mirada triste y melancólica, ella me miro y sonrió levemente, se volteo y me abrazo fuertemente, para mí mala suerte está acción provocó que mi amigo se levantará y chocará sobre su vientre.

Ann me miro sonrojada y de sus labios escuché algo que pensé que tendría que esperar mucho tiempo para escuchar.

Ann: Tómame, por favor, borra mis horribles sueños en tu cuerpo.

Alan: pequeña pero tus sueños son muy traumáticos, no quiero tomarte y que sufras cuando lo haga.

Ann: como tú lo dijiste solo fue un mal sueño, tómame, borra esas horribles imágenes de mi sueño.

Yo solo asentí y la bese con dulzura, me correspondió y mientras la acariciaba ví como una lágrima bajo por su cara, me detuve en seco y la mire.

Ann: no pares, acaso no me quieres, acaso ya no te gusta mi cuerpo (dijo con tristeza)

Alan: no es eso, simplemente ví que estabas llorando y pensé que te estaba haciendo sufrir.

Ann: no, fue involuntaria, por favor ayúdame a olvidar mis pesadillas.

Yo asentí y seguí besándola, el agua seguía corriendo, la apague, acosté a Ann en el piso de la ducha, me puse sobre ella y me posicione en su entrada y le dirigí una mirada, ella solo asintió y yo me adentre en ella, varias lágrimas invadieron su cara y ella me atrajo con sus manos, me besó y me abrazo.

Ann: sigue por favor, contigo me siento muy completa.

Empecé a moverme dentro de ella y un vaivén tranquilo y delicioso, en todo momento observaba a mi pequeña, quien me dirigió una sonrisa, las embestidas fueron lentas y con amor, no quería que sufriera.

Una energía electrizante corrió de mis pies hasta mi cara, ví como el orgasmo no solo me invadió a mí si no como mi pequeña se retorcía de felicidad.

Salí de ella y terminamos de bañarnos, salimos en bata a la habitación y mientras nos cambiamos, mi teléfono sonó, era un mensaje de Uno.

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(Uno)

Jefe encontramos al hombre que hizo la llamada es un joven de una tienda de comestible, dijo que la señora le mostró la tarjeta y le dijo que era su mujer, el llamo a los guardias del Oso negro porque creyó que era su mujer, dos guardias llegaron por ella como a las 3 , las cámaras confirmaron que fue llevada en un auto, no se encontraba inconsciente cuando se subió.

Seguimos averiguando y nos llevó hasta la entrada de la casa del Oso negro, estuvo unas horas hasta que usted aparece y la saca.

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Mire en dirección a Ann, se vistio con un pants gris y parecía mas feliz, más tranquila, pero yo estaba que la sangre me hervía, algo le había hecho Eduardo y ahora estaba seguro, estuvo 4 horas en su casa, llegó caminando y salió inconsciente, ahora sí me las pagaría, era hora de enfrentarlo y tocar temas del pasado, de Ann y de nosotros.

Ann: que pasa cariño?

Alan: nada pequeña, solo quiero que conozcas a la doctora que te atendió, es doctora y psicóloga, cuéntale tus sueños y ella te ayudará.

Ann:. y tú qué harás, estás ocupado, no quiero que te vayas por mucho tiempo.

Alan: pequeña, solo iré a una junta, podremos hacer lo que desees cuando regrese.

Ella asintió, llame a la doctora y dijo que llegaría en 20 minutos, abrace a Ann y la llene de besos, parecía que estaba mejor.

Le pedí a Uno que la cuídará más que a su vida si algo le pasaba se iba a arrepentir, la bese y empecé a salir.

Ann: que Dios te cuide

Alan: adiós cariño, te amo.

En mi mente sus palabras resonaban, subí al auto y le dije al chófer, maneja a casa del Oso negro.

"Poco a poco descubrió parte de la verdad, ahora se dirige a su casa, será más que una junta una guerra, Eduardo ni siquiera se imagina. Al menos Ann parece mejorar, pues quién no en los brazos de ese Adonis"