Tras su muerte, Martina despierta en un cuerpo que no era el suyo y en un mundo antiguo regido por la nobleza. Ella ahora es la emperatriz, Iris Dorni, una joven desdichada de una novela trágica, en la que Iris fue obligada por sus padres a casarse con el emperador y que en su noche de bodas fue obligada a consumar la unión, esto ocasiono que ella sintiera un profundo odio por el hijo que dio a luz y finalmente, Iris murió sola sin poder olvidar su desdicha.
Pero ahora, Martina conociendo la historia está dispuesta a cambiar todo, ella conoce la verdad tras los hechos, por lo que demostrara que todo lo sucedido es por culpa de sus padres y se esforzara en ser una buena madre para su hijo y así evitar que los tres tengan una vida llena de soledad, ¿podrá esta nueva Iris cambiar su destino?
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Capítulo 16
Capítulo 16
Cuando salimos por las puertas del salón del trono, mis doncellas y todos los guardias, que estaban allí presentes, nos miran asombrados. Sé que es muy raro que nos vean juntos y más tomados de la mano, pero bueno, a partir de ahora se tendrán que acostumbrar a la idea.
-Vamos muchachas, iremos a desayunar al jardín.
Les dije a mis doncellas.
-Yo iré a la cocina de inmediato, majestad, a pedir que nos lleven muchas cosas ricas para que puedan disfrutar los dos.
Dijo Clarisa y se marchó con paso apresurado después de que incline la cabeza en forma de afirmación. Nosotros tres nos fuimos rumbo al jardín. En el trayecto muchas personas nos miraban raro, pero solo los ignoramos y seguimos caminando.
Cuando llegamos, tomamos asiento en unas sillas que había en una tienda y nos miramos a los ojos.
-Eres muy linda.
Me dijo Marcos, un poco apenado.
-Gracias, tú también, eres muy guapo. Nunca había visto a un niño tan hermoso como tú.
-Yo me parezco mucho a mi papá. Eso me dicen siempre.
Dijo con confianza.
-Mmm, pues sí. Te pareces mucho a tu papá
-¿Crees que mi papá es guapo?
Su pregunta me sorprendió. Este niño es muy inteligente.
-Bueno sí. Tu papá es muy guapo.
-Puedo saber por qué antes no querías verme y ahora me protegiste de mi maestro y me invitaste a desayunar.
Me dijo mirando hacia abajo, a sus manos, las cuales estaban unidas sobre la mesa.
-Claro que sí. Te voy a contar una pequeña historia de por qué sucedió todo eso y porque me alejé de tu papá y de ti.
-¿Una historia?
Dijo emocionado.
-Sí. Todo empezó cuando me dijeron que me casaría con tu padre. Yo, en realidad, no estaba nada contenta por tener que casarme obligada. Tu padre, por el contrario, estaba muy contento con ese casamiento, él me amaba.
-¿Papi te amaba?
-Si y yo lo sabía, pero ya había alguien más en mi corazón, y no podía corresponder a sus sentimientos.
-¿Quién?
Preguntó con el ceño fruncido. Más que mi hijo parecía un padre celoso.
-Eso ya no es importante. Bueno, como te decía, nos casamos y el día de la boda alguien hizo algo muy malo. Pusieron en la copa de tu padre una sustancia, algo que hizo que él por unos momentos ya no me amara y me hizo daño.
-¿Papi te lastimó?
Preguntó Marcos sorprendido.
-Sí, pero no fue su culpa. Sin embargo, yo en ese entonces no podía pensar bien y cada vez que lo veía, me daba mucho miedo. Es por eso que me mude al otro palacio.
-¿Y por qué te alejaste de mí?
-Eso fue porque al verte, veía a tu padre en ti y también te tenía mucho miedo. Por eso, le pedí a tu padre que se quedara contigo y te cuidara.
-Papi me ha cuidado mucho.
Decía mientras asentía con la cabeza.
-Me alegra mucho que hayas sido feliz con tu padre.
Le respondí con una sonrisa.
En ese momento veo venir a Clarisa en compañía de unas tres doncellas más, así que guardamos silencio. Las muchachas traían unas charolas con muchas cosas dulces para que podamos desayunar.
Cuando la mesa estuvo servida empezamos a charlar de cosas más triviales y pasamos un agradable momento juntos. Justo cuando Marcos, se disponía a irse, le pedí un pequeño favor.
-¿Podrías guardar en secreto todo lo que hablamos?. Mañana hablaré con tu padre sobre todo lo que pasó en nuestra relación y quiero ser yo quien le diga sobre esa persona mala de la que te hable.
-Si mam.. Majestad.
Dijo Marcos muy apenado por como me llamo.
- Puedes decirme mamá\, si eso te parece bien.
Le dije con una sonrisa.
-¡Sí! ¡Guardaré el secreto mami!
Al verlo tan emocionado porque le dije que me llamara mamá, me levante de mi asiento y me acerque a él y le di un beso en su frente, mientras le decía.
-Nos vemos, mi pequeño hijo.
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