El poderoso y despiadado CEO Daemon Rivadeneira, obligado por su familia, lanza un concurso para encontrar una esposa.
Muchas jóvenes de todo el país se suman a esta competencia. Quién ganará el corazón de nuestro despiadado CEO?
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Capítulo 16
Daemon se encontraba en el jardín esperando a Nicole. Después ambos se subieron a un carrito de golf que los llevó hasta los establos. Durante todo el trayecto fueron grabados por los camarógrafos.
Escogieron un caballo cada uno y Daemon le enseñó a Nicole lo básico para que aprendiera a montar. Nicole aprendía muy rápido y comenzaron a andar por la orilla de la playa.
Después de 10 minutos de montar en el caballo, Daemon le indicó a los camarógrafos que ya podían irse.
- En esta ocasión los despachaste muy pronto. - dijo Nicole sorprendida.
- Sí, es que quiero mostrarte algo. - dijo Daemon.
Él se bajó de su caballo y se lo dió a un joven que los seguía.
- Qué haces? Me bajo yo también de mi caballo? - preguntó Nicole.
- No, ambos vamos a usar el tuyo. Voy a subir. - dijo el hombre de mirada fría.
Daemon se subió detrás de Nicole al caballo y tomó las riendas. Sus brazos la rodeaban. Ella se sentía un poco incómoda con la cercanía de Daemon, pero no dijo nada.
Daemon comenzó a aumentar la velocidad del caballo, pero no seguía por la playa, si no que dió una vuelta a la derecha y continuaron montando 5 minutos más.
- Ya llegamos- anunció Daemon y bajó la velocidad del caballo.
Había mucha vegetación todo alrededor. Cuando pasaron unos árboles Nicole alcanzó a ver una hermosa cascada, completamente rodeada de vegetación.
- Wow, esto es hermoso. Este lugar es tuyo? - Nicole estaba asombrada con lo que sus ojos veían.
- Sí, es parte de las tierras de la familia. - dijo Daemon bajandose del caballo y después le dió la mano a Nicole para ayudarla a bajar.
- Gracias. - dijo ella, estaba muy cerca del cuerpo de Daemon.
Su corazón estaba como loco desde que Daemon se subió al caballo con ella. Ella se volteó y comenzó a caminar para poner distancia entre ellos.
Llegó a la orilla del lago y se agachó para tocar el agua. Estaba muy fresca y ese era un día muy caluroso y más después de haber montado en el caballo.
Cuando menos se dió cuenta. Fue salpicada de agua por Daemon, que sin decir nada, dió un clavado en el lago, echando mucha agua fuera.
- Traes traje de baño? Le pedí a tu asistente que trajeras uno. - preguntó Daemon.
Ahora ya le hacía sentido a Nicole tanta insistencia de Paula con el traje de baño.
- Si traigo. Pero no creo que sea buena idea. - dijo ella apenada.
- No importa lo que pienses, métete al agua. - Dijo Daemon, parecía más una orden que una petición.
- Está bien. Pero podrías darte la vuelta? - dijo la chica apenada.
Daemon le dió risa tal petición. Pero lo hizo y se dio media vuelta.
Nicole se quitó la ropa mojada y la puso al sol a secarse, encima de un tocón. Y rápido se metió al agua.
El agua tan fresca le devolvió la energía después de haber sufrido tanto calor en el trayecto.
- Ven. - dijo Daemon y tomó de la mano a Nicole para llevarla hacia la cascada.
El agua caía a torrentes encima de ellos. Pero Daemon continuaba avanzando. Hasta que llegaron al otro lado de la cascada, dónde se abría paso una pequeña cueva no muy profunda.
Daemon puso una pequeña linterna de su caro reloj para iluminar el camino, pero seguía sosteniendo la mano de Nicole.
- No sé si tengamos oportunidad de volver aquí otra vez. Pero si voy a pedir tu mano, es una tradición familiar que debes concier este lugar. - dijo Daemon.
- Como dices? Una tradición familiar? Daemon no creo que sea buena idea esto. No quiero interferir con las tradiciones de tu familia y más porque no nos llegaremos a casar . - contestó Nicole.
- Nicole, si no te muestro esto, mi abuelo jamás creerá que realmente quiero que tú seas la elegida. - le dijo Daemon y volvió a caminar hasta que llegaron a una pared dónde había unas pinturas rupestres.
- Wow, esto es fascinante. - dijo Nicole acercándose a las pinturas rupestres.
- Es una linda historia de hecho. Habla sobre una pareja de enamorados que decidieron vivir su vida juntos. Pero unos días antes de la boda, el dios del Inframundo secuestró a la chica para hacerla una de sus amantes. Comenzó una gran guerra y la chica se suicidó para no ser usada por el dios y detener la guerra. La leyenda habla sobre que en el futuro ambos amantes reencarnarán se volverán a encontrar y terminarán con esa guerra. - contó Daemon.
- Es una bella historia. Gracias por contármela. Entonces cada pareja de tu familia viene aquí y cuentan la historia como una forma de compromiso? - dijo Nicole sonriente.
- Sí, se que es un poco cursi. Pero es la tradición. Cuando conozcas a mi abuelo, el te preguntará acerca de este lugar. Es como una prueba, por eso debes conocerlo - dijo Daemon.
- Entiendo. Perdona, no había caído en la cuenta de que en algún momento tendría que conocer a tu familia. - Nicole respiró hondo.
- Por el momento no te preocupes por ellos. Aún falta para que lleguemos a ese punto. Ven, vamos afuera. - Daemon volvió a guiar a Nicole fuera de la cueva hasta la cascada y ambos nadaron hacia la orilla.
Los dos salieron del lago y se dirigieron donde se encontraba su ropa y empezaron a vestirse. Nicole dió una última mirada a Daemon.
El hombre tenía un cuerpo escultural. Parecía cincelado por los mismos dioses griegos. Empezó a pensar qué se sentiría perderse en esos brazo y fundirse en ese cuerpo. Después se dió cuenta de lo que estaba haciendo y desecho rápidamente esos pensamientos de su cabeza. Pero que tal si....?
-Debemos volver a la mansión. Mi siguiente cita será pronto y aún debo prepararme. - interrumpió Daemon los pensamientos de la chica.
- Ehhh, si claro, tienes razón. Voy a apurarme. - dijo Nicole volviendo en sí de nuevo.
Nicole rápido se vistió y trató de arreglar su cabello mojado. Lo bueno es que tenía una trenza y no se había despeinado mucho.
Ambos se subieron al caballo y emprendieron de nuevo el viaje hacia la mansión. Dejaron el caballo en los establos y el chico que se había llevado el caballo antes, los regresó a la mansión en el carrito de golf donde venían.
Durante todo el camino estuvieron bastante callados. Cuando llegaron a los jardines de la mansión, Daemon tomó la mano de Nicole y se la besó.
- Nos veremos pronto. - dijo Daemon y le guiñó un ojo. Después se dió la media vuelta y se fue.
Nicole estaba derritiéndose por dentro. No sabía que demonios le pasaba. Respiró profundo y se dirigió a su habitación para darse un baño y cambiarse de ropa.