One Night In Dubai

"Iría contigo, pero tu seguridad estará temporalmente a cargo de Boby," explicó Alex.

En vez de aclarar las palabras de Alex, Kaylin solo se encontró más confundida.

Justo cuando Alex estaba a punto de dar más detalles, la señorita Cleopatra intervino, silenciándolo.

"Alex tiene otras cosas que atender allí."

"¿Qué cosas?" preguntó Kaylin a Alex.

"Claramente, asuntos que conciernen a su negocio personal," intervino Cleopatra de nuevo, una sonrisa traviesa jugando en sus labios mientras provocaba deliberadamente a su cuñado.

"Vamos, decidamos," Kaylin decidió, prefiriendo la acción sobre su creciente confusión y se dirigió hacia el auto después de saludar a Rex.

Después de que su dama se subió al auto, Alex y Boby hicieron lo mismo. Durante el viaje al aeropuerto, nadie pronunció una palabra. Cada uno estaba absorto en sus pensamientos, y Kaylin más que nadie.

Se preguntaba qué asuntos personales podría tener Alex en Dubái que confiaría su seguridad a otra persona. Le molestaba saber esto solo en el día de su partida.

La molestia no era porque Alex no fuera su protector en Dubái, de hecho, se sentía aliviada. Podría explorar su relación con Mario libremente sin el escrutinio de su ex.

Lo que molestaba a Kaylin era la divulgación de última hora de esta información vital. Si hubiera sabido antes, le habría pedido a Kenan que no asignara protección adicional, seguramente Mario se encargaría de ella.

Perdida en sus silenciosas quejas, Kaylin no se había dado cuenta de que habían llegado.

"Señorita, hemos llegado," comentó Alex, abriendo la puerta del auto para ella.

Recuperando la compostura, Kaylin salió del auto y vio a Mario cerca, saludándola. Se apresuró hacia él y chocó violentamente con alguien que se dirigía en dirección opuesta, casi cayendo de no ser por el rápido agarre de Alex en su cintura.

"¿Estás bien?" Alex preguntó, sus rostros ahora peligrosamente cerca.

Kaylin guardó silencio, su mirada fija en los ojos de su ex amante, que inexplicablemente aún aceleraban sus latidos. Sus ojos bajaron atrevidamente para posarse en los labios de Alex, que ella había conocido íntimamente.

"Oh Dios, ¿puedo besar esos tentadores labios?" pensó, sus propios labios avanzando sin darse cuenta.

Al darse cuenta de esto, Alex se quedó inmóvil, desconcertado por las acciones de Kaylin.

"Kay, ¿estás bien?" Mario preguntó con preocupación, corriendo hacia ellos.

Tanto Kaylin como Alex se retiraron al instante, dándose cuenta de su proximidad, especialmente Kaylin, que retrocedió varios pasos, maldiciendo internamente su locura por casi besar a Alex frente a su cita.

"Estoy bien," Kaylin logró una sonrisa forzada, evitando la mirada de Mario por vergüenza. "Ojalá no haya visto lo que estuve a punto de hacer."

"¡Vamonos!" Mario extendió su mano.

Ansiosamente, Kaylin aceptó, su corazón lleno de la romántica gesto de Mario. Esperaba con ansias su tiempo en Dubái, lejos de cualquier indiscreción provocada por Alex.

Mientras tanto, Alex permanecía inmóvil, mirando a Kaylin mientras se alejaba.

"¿Qué pasa, señor?" Boby preguntó, viendo a su jefe plantado en el lugar.

"Nada, ¡vamos!" Alex ordenó firmemente.

Con una expresión desconcertada, Boby lo siguió rápidamente, su mente nublada por la atmósfera de tensión no hablada en el auto, preguntándose sobre la obvia frialdad entre el señor Alexander y la señorita Kaylin.