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El Omega Quiere Venganza

El Omega Quiere Venganza

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Posesivo / Omegaverse / ABO / Fantasía LGBT
Popularitas:36.6k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Wang Chao

Keiran muere agotado por una vida de traición y dolor, solo para despertar en el mundo del libro que su único amigo le regaló, un universo omegaverse donde comparte nombre y destino con el personaje secundario: un omega marginado, traicionado por su esposo con su hermana, igual que él fue engañado por su esposa con su hermano.

Pero esta vez, Keiran no será una víctima. Decidido a romper con el sufrimiento, tomará el control de su vida, enfrentará a quienes lo despreciaron y buscará venganza en nombre del dueño original del cuerpo. Esta vez, vivirá como siempre quiso: libre y sin miedo.

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📌 Historia BL (chico × chico) si no te gusta, no entres a leer.
📌 Omegaverse
📌 Transmigración
📌 Embarazo masculino.

NovelToon tiene autorización de Wang Chao para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 15. Cabos sueltos.

—Salí a comprar algunas cosas que me hacían falta —comenzó a narrar Keiran, su voz aún quebrada, cada palabra cargada de un temblor que resonaba en el aire—. Cuando regresaba, me di cuenta de que alguien me estaba siguiendo desde el estacionamiento.

Sus dedos temblorosos se aferraron al borde de la manta, como si necesitara algo tangible para anclarse al momento.

—Me apresuré a entrar al edificio, pero los elevadores están fuera de servicio, así que subí por las escaleras.

Keiran tragó saliva con dificultad, sus labios resecos y su garganta ardían por el esfuerzo de hablar. De repente, comenzó a sollozar con más fuerza, su respiración se hizo irregular, y parecía que iba a derrumbarse nuevamente.

Frederick lo observó por un momento, sin un ápice de emoción visible en su rostro. Finalmente, tomó el vaso de agua de la mesita y lo extendió hacia él.

—Ten —dijo con su habitual tono seco, aunque había algo en su gesto que podría interpretarse como un mínimo de consideración.

Keiran tomó el vaso con manos temblorosas y una sonrisa débil que no alcanzó sus ojos. Bebió unos sorbos con lentitud, permitiendo que el agua aliviara un poco la sequedad en su garganta, y luego continuó.

—Subí por las escaleras mirando hacia atrás para asegurarme de que no me estaban siguiendo, pero... lamentablemente, no fue así.

Su voz se quebró en esa última frase. Bajó la mirada, incapaz de sostenerla mientras el recuerdo parecía consumirlo.

—Al llegar a mi departamento, entré rápidamente, pero antes de poder cerrar la puerta, ese sujeto la empujó.

Se llevó una mano temblorosa a la frente, como si recordara el golpe que había recibido.

—Caí y me lastimé la cabeza... —su voz se hizo más baja—. Luego desgarró mi camisa y me golpeó. Intenté defenderme.

Apretó los puños con fuerza, sus nudillos poniéndose blancos, mientras mantenía la mirada fija en el suelo.

—Como pude, me lo quité de encima y... —su respiración se aceleró, y tuvo que detenerse un momento antes de continuar—. Le rompí un florero en la cabeza.

Keiran levantó la mirada hacia Frederick, buscando alguna reacción, pero el alfa permanecía inmutable, con los brazos cruzados y los ojos entrecerrados, como si analizara cada palabra.

—Él ni siquiera se inmutó. Me persiguió hasta aquí, y... así fue como llegué.

Frederick permaneció en silencio por un largo momento. Su mente calculadora revisaba cada detalle de lo que Keiran había dicho. Algo no encajaba.

Ese complejo de departamentos era suyo, y sabía perfectamente cómo estaba diseñado: cámaras de seguridad que grababan las veinticuatro horas del día, guardias bien entrenados, una entrada constantemente vigilada. Además, ¿cómo era posible que los dos elevadores estuvieran descompuestos al mismo tiempo?

Demasiadas coincidencias. Demasiados cabos sueltos.

Su mandíbula se tensó mientras observaba al omega, quien ahora se abrazaba a sí mismo bajo la manta. No confiaba en absoluto en su historia. Desde que alcanzó la mayoría de edad, Frederick había conocido a personas que intentaban acercarse a él con excusas elaboradas, todas buscando el mismo objetivo: casarse con él o, peor aún, quedar embarazadas "por accidente". Este caso no parecía diferente, al menos no hasta que pudiera corroborar lo ocurrido.

—Investigaré qué pasó con los elevadores y cómo esa persona logró entrar aquí —dijo finalmente, su tono frío y autoritario.

Keiran asintió, sus ojos aún húmedos por las lágrimas. Se recostó lentamente en el sofá, ajustando la manta a su alrededor. Parecía una imagen de vulnerabilidad, pero Frederick no dejó que eso nublara su juicio.

—El médico llegará en unos minutos —añadió antes de ponerse de pie.

Cuando Frederick pasó frente al sofá, sintió un ligero tirón en el albornoz. Miró hacia abajo y vio la mano del omega aferrándose con suavidad a la tela.

—Muchas gracias... —murmuró Keiran, su voz apenas un susurro.

Frederick lo miró por un momento, pero no respondió. Simplemente asintió con la cabeza y continuó hacia la cocina, llevando consigo el vaso vacío y la copa de vino que había dejado olvidada en la mesita.

Mientras lavaba el vaso, sus pensamientos continuaban girando en torno al omega. Había algo extraño en todo aquello. No podía negarlo. Sin embargo, no tenía intención de precipitarse en sus conclusiones. Todo a su debido tiempo.

En el sofá, Keiran observaba a Frederick desde detrás de la manta, su mirada oculta pero calculadora. El dolor en su cuerpo era real, pero su mente estaba tan afilada como siempre. Consiguió avanzar en su plan perfectamente. Ahora solo quedaba esperar y seguir jugando sus cartas.

...****************...

Veinte minutos después, el timbre del departamento sonó de nuevo, esta vez con un tono más calmado. Keiran, que había permanecido acurrucado en el sofá, se incorporó ligeramente, observando cómo Frederick se levantaba con la misma parsimonia que siempre lo caracterizaba.

Al abrir la puerta, apareció un hombre alto con una expresión relajada y una sonrisa amistosa que contrastaba con el ambiente tenso de la sala. Sin embargo, su mirada rápidamente cambió al posarse sobre Keiran, quien seguía envuelto en la manta, con los ojos enrojecidos y el rostro marcado por los golpes.

—¿Qué carajos hiciste? —preguntó con incredulidad, girando hacia Frederick con una mirada acusadora.

El alfa lo ignoró, ocupando un sillón vacío sin perder su habitual compostura.

—No le hice nada —respondió con frialdad, cruzando las piernas mientras mantenía la mirada fija en su amigo—. Hubo una situación en el edificio. No preguntes más y haz tu trabajo.

El recién llegado soltó un suspiro, rodando los ojos mientras murmuraba:

—Tan antipático como siempre.

Sin esperar una invitación, se acercó al omega y se arrodilló frente a él, colocando ambas manos sobre sus rodillas con un toque gentil.

—Hey, tranquilo —dijo suavemente mientras movía los mechones largos y despeinados del omega detrás de sus orejas. El contacto hizo que Keiran se sobresaltara, su cuerpo tensándose de inmediato.

Cael retrocedió un poco, intentando mostrar que no representaba una amenaza.

—Mi nombre es Cael, y voy a curarte, ¿de acuerdo?

Keiran no respondió de inmediato. Sus ojos brillantes buscaron instintivamente la figura de Frederick, como si esperara algún tipo de aprobación de él. Frederick, sentado con la misma impasibilidad de siempre, asintió levemente. Sólo entonces el omega permitió que la tensión en sus hombros disminuyera, aflojando el agarre de la manta que lo cubría.

Cuando Keiran dejó caer la manta, el alcance de su estado quedó completamente al descubierto. Los moretones manchaban su piel pálida como sombras oscuras. Algunas heridas menores aún mostraban rastros de sangre seca, mientras que su camisa desgarrada colgaba como un jirón sobre su cuerpo delgado.

Cael lo examinó con detenimiento, su expresión cambiando de profesional a una mezcla de ternura y preocupación.

—¿Puedes quitarte la camisa?

Keiran dudó un momento, pero finalmente asintió. Con movimientos lentos, se desabotonó lo que quedaba de su prenda, deslizándola con cuidado por sus hombros magullados hasta que cayó al sofá. Su torso quedó expuesto, dejando a la vista un mapa de hematomas en el abdomen y las costillas.

Cael inhaló profundamente, tratando de contener cualquier comentario. Se limitó a sacar un hisopo y sumergirlo en desinfectante antes de acercarse al omega.

—Esto puede doler un poco —advirtió, aunque su tono ya era mucho más suave de lo habitual.

El contacto inicial del desinfectante sobre las heridas arrancó un leve quejido de los labios de Keiran, quien arrugó las cejas y desvió la mirada. Cada toque parecía causar una reacción, desde un ligero estremecimiento hasta una mueca de dolor.

Cael se detuvo un momento, observando al omega. Estaba acostumbrado a tratar a alfas que podían soportar procedimientos mucho más bruscos, pero la fragilidad evidente de Keiran lo llevó a ser más delicado.

—Lo siento, intentaré ser más cuidadoso —dijo con una pequeña sonrisa que buscaba transmitir tranquilidad.

El omega asintió débilmente, aunque seguía evitando el contacto visual.

Mientras trabajaba, Cael no pudo evitar mirar de reojo a Frederick, quien observaba la escena en completo silencio. Era imposible no notar la tensión sutil en su postura. Aunque su rostro permanecía imperturbable, había algo en la forma en que sus ojos analizaban cada movimiento de Cael que parecía una advertencia muda.

El ambiente en la sala estaba cargado, no solo por las heridas visibles de Keiran, sino por una sensación subyacente de desconfianza y vulnerabilidad que ninguno de los tres estaba dispuesto a verbalizar.

Cael continuó limpiando con cuidado, el eco de los quejidos del omega resonando en el aire. Mientras lo hacía, no pudo evitar preguntarse qué más se ocultaba tras esas heridas, tanto físicas como emocionales.

—Listo, ya casi termino —murmuró finalmente, en un intento de romper la atmósfera opresiva que se había formado en el departamento.

Keiran asintió nuevamente, su cuerpo relajándose un poco más con cada palabra de Cael, aunque aún buscaba a Frederick con la mirada, como si esperara alguna reacción que nunca llegaba.

...****************...

Tengo un meme que lo explica

1
Juliana Fernandez
me encanta esta historia ❤️😍por favor actuliza escritora 🥹🥹voy a estar esperando me engancho tu historia te felicito 😘
Topy71 🇦🇷
Ni entiendo porque no lo vomito, total en la habitación estaban solo el y su padre
Kelly Castro
muy bueno
Daaaq
Me encanta como está avanzando la Historia 🫶🏻
Gladys Zapata
Me gusta mucho la trama
Patricia Margarita Charris Martinez
Excelente
Diosa David Torres
Bueno creo que nuestro bello Alfa y Omega serán un 100%☺️☺️
Diosa David Torres
Según ellos 🤣🤣🤣🤣y ya están bien enamorados 🥰❤️🤣🤣🤣🤣
Diosa David Torres
🤣🤣🤣🤣🤣me encanta cuando están juntos 🤣🤣❤️🥰
Diosa David Torres
Vaya muy detallista nuestro Alfa nada que hacer muere por su Omega 😁😁😁😁
Andrea Osorio
Excelente
Gladys Zapata
jajajajajaja pobre idiota
Erika Garcia
ese alfa está como me lo recetó el doctor/Chuckle/
Topy71 🇦🇷
Ayyyy noooo, almenos termino de leer el libro? 😱
Topy71 🇦🇷
Maldita psicópata 😡
Gladys Zapata
eso vamos Keiran tu puedes
Gladys Zapata
bellos
Nidia Mojica
Esto se pondrá buenisimo y mas cuando sepan con quién se va a casar.
Nidia Mojica
Me agrada Austin.
Nidia Mojica
Encuentra un aliado dentro de casa, esa Margaret y la Shelby sorpresota se llevaron.
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