Keres Jabbar Elrryan tiene su primer banquete de cumpleaños como hijo menor del Emperador del Imperio Kardext. En el banquete, su padre y hermano mayor le dan dos obsequios que todo el mundo sabe, no es mas que para dejar en claro que Keres es su leal mascota.
Keres es consciente de ello y a pesar de eso acepta los dos obsequios: el título de "Conde" junto a sus deterioradas tierras y un sangriento matrimonio con la Princesa que rechazó a su hermano mayor hace algunos años, ordenando a Keres destruir todo el Reino de Elentia y capturar a la familia Real.
Claramente sabe que el matrimonio es una clase de castigo para ambos y estaba preparado para recibir el desprecio de su esposa.
Pero, ella repetir hasta el cansancio que "lo ama", está intrigado del por qué su esposa se comporta de esa manera cuando se supone debe odiarlo. Y queda más intrigado cuando todo el mundo le dice: "Tú esposa es un demonio, una villana".
«¿...? ¿...?» [Pero si mí esposa es increíblemente adorable]
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RUEDA DE LA FORTUNA
Davor estaba dentro de la habitación principal. Aquella habitación iluminada en dónde su madre, la Emperatriz de Kardext estaba sentada en una enorme y elegante silla de terciopelo. En sus manos flotaba un reloj de arena que parecía hecho de diamante por lo reluciente y hermosa que era. Cómo el cristal.
Los adornos de pequeños diamantes circulares y negros en el reloj de arena lograron que las pupilas de Davor se dilataran, como si se hubiera sorprendido de ver lo que su madre le mostraba.
«¿Qué significa esto Davor?»
Le reclamó su madre con una voz pesada y gélida. El semblante tampoco era agradable, era más que obvio que estaba sumamente enojada.
Mientras en una mano de la Emperatriz flotaba aquel peculiar reloj de arena, la Emperatriz golpeó el apoya brazo de la silla con la otra, cuestionando:
«¡¿Cómo se te ocurre usar todas?!»
«Yo..., no las usé todas...» [No lo hice]
«¿De verdad? ¿Entonces porque tus 10 diamantes se tornaron negros? ¿Te das cuenta de lo que esto significa para tú vida?, ¡¡¿Creíste que jugar con el poder que te dí era buena idea?!!»
La Emperatriz se levantó de su asiento muy enojada, agitó su mano furiosa.
«¡¡Usaste todos los giros de la rueda de la fortuna!!, ¡¡¿Lo sabes, verdad?!!, ¿Estás consciente de que ya no hay "vuelta atrás"?»
Davor se acercó a su madre y tomó el reloj de arena en sus manos, contando uno por uno los diamantes negros.
«... 9..., 10... No puede ser»
Giró para ver a su madre con una expresión que realmente delataba su incomprensión ante este suceso.
«Madre, jamás sería tan idiota como para usar todas, yo guardé el décimo, no use el décimo para nada»
La Emperatriz suavizó un poco la mirada preguntando:
«¿De verdad?»
«Te lo juro. Sé que al principio fuí impulsivo al usar las regresiones, pero al final caí en cuenta que estás tenían un límite de uso, sin mencionar el precio que eso conlleva»
Hubo un largo silencio antes de que la Emperatriz hablara sosteniendo con elegancia su delicado mentón.
«... Que extraño, ¿Estás seguro que no hiciste un mal conteo?»
«No podría equivocarme»
Davor empezó a contar con los dedos, haciendo memoria, dejando el reloj de arena flotando en el aire.
«El primer giro de la rueda de la fortuna lo usé cuando conocí a Oona, ella ya se había casado hace años con no se que príncipe. Siempre ordeno a Keres destruir el Imperio de Cromia, así me aseguro que ese príncipe muera»
Levantó el segundo dedo.
«El segundo giro...»
Su mente se llenó con un recuerdo que sólo el podía recordar.
...Una en dónde Oona parecía gritarle algo mientras se quitaba el anillo de matrimonio que al parecer compartía con Davor, ya que llevaban el mismo diseño....
...La mirada que ella le daba en ese recuerdo era de tristeza y decepción absoluta. Con las lágrimas invadiendo las mejillas de la hermosa princesa de cabello rubio y ojos rojos....
Davor se agarró la cabeza, hizo un gesto de dolor para finalmente suspirar.
«De verdad, madre, yo sólo usé 9 giros de la rueda de la fortuna. Yo guardaba el décimo giro para cualquier emergencia»
«Sí estás tan seguro, significa que algo anda mal. Pero eso no quita el hecho de que ya no hay vuelta atrás. Se usaron los diez giros, los diez diamantes están negros, ¿Entiendes, verdad?»
Las manos de Davor formaron un puño, asintiendo.
«Sí, por supuesto que lo entiendo: esta es la vida definitiva»
La Emperatriz se volvió a sentar en su silla mientras se sostenía la frente con una evidente irritación.
«Haaa. Había tantas cosas que pudiste hacer, tenías mucho que escoger y todo lo gastaste en solo tener a esa mujercita»
«Mi madre no es la mejor para regañarme, hiciste lo mismo con el hombre con el que te obsesionaste»
«Oh, sí~. Cariño»
La Emperatriz dio un aplauso y desde dentro de una casita para perro salió un joven hombre desnudo que se arrastró hasta los pies de la Emperatriz.
Ella acarició la cabeza del hombre desnudo a sus pies.
«Pero yo si lo obtuve para mí sola. Davor, cielo, trataré de verificar si hubo algún fallo con el conteo de giros, así que, ahora sólo concéntrate, ya no hay oportunidad para fallos. Si pierdes, ya no podrás volver a empezar ¿Entiendes?»
«Sí, madre»
***
Esa misma noche, Keres se había ido del campamento y dejó a Oona con su ejército. Después de todo, estaba seguro que su medio hermano no volvería tan pronto.
Ahora mismo, después de cabalgar desde la mañana, había llegado a una gran y ruidosa ciudad. Las calles llenas de gente alegre, faroles adornando e iluminando dichas calles. Era un lugar hermoso y al ver tantos puestos de comida y baratijas su cabeza pensó inmediatamente en su esposa.
Soltó un cálido aliento.
«A ella seguro le gustaría venir aquí»
Se bajó de su corcel y empezó a caminar jalando las riendas. Intuitivamente se detuvo en un puesto dónde vendían todo tipo de cuchillos y dagas.
[Sería bueno que Oona tuviera algo con lo que cuidarse]
Empezó a mirar la mercancía, todo era de buena calidad y de un magnífico diseño, pero simplemente...
[Quiero que sea algo oculto y que pueda llevar siempre consigo]
El vendedor lo vio durante dos horas parado en su tienda, se cansó y preguntó:
«Caballero, ¿Qué es lo que está buscando?»
Keres levantó la mirada, y aún así el vendedor no pudo distinguir del todo su rostro debido a la capucha que cubría la cabeza.
«¿Es a mí?»
«Pues no hay otro tipo manoseando mis cuchillos y dagas desde hace dos horas, me espantas a los clientes, ¿Qué es lo que quieres?, te puedo dar sugerencias si me lo dices»
«Pues, estoy buscando un cuchillo o daga decente que se pueda ocultar o camuflar»
El vendedor se agarró el bigote pensativo y antes de hacer la sugerencia, arqueó la ceja y preguntó:
«¿Traes suficiente dinero?»
«Sí»
«Bien. Entonces, te recomiendo estas de aquí»
Keres pudo ver los 5 cuchillos de peligroso filo, con peculiares diseños de mangos. Empezó a revisarlos con cuidado mientras él vendedor hablaba.
«Son pequeños y fáciles de esconder, tranquilamente pueden esconderlo en mangas, o pantalón, son prácticos y letales»
«Hmm»
«¿Por qué esa cara? ¿No te convencen?»
«No es eso, son buenos y prácticos. Es sólo que, quiero el cuchillo para regalársela a mi esposa»
«¡!»
«Necesito que sea un cuchillo que una dama pueda ocultar. Temo que le pase algo si la dejo sola demasiado tiempo, es demasiado frágil y me preocupa»
El hombre afiló la mirada.
«¿De verdad es solo para que se defienda su esposa?»
«¿Estás insinuando algo?»
El vendedor dio la vuelta un instante y de inmediato puso una maceta con flores blancas delante de su cliente y exigió:
«Dime otra vez para que quieres darle un arma peligrosa a tu esposa»
«¿Debo hacerlo?»
«¡Sí!»
Keres suspiró cansado para responder.
«Para que mí esposa pueda defenderse»
Las flores blancas empezaron a iluminarse de una manera hermosa y mágica, lo que hizo que los ojos celestes de Keres se dilataran ante tan hermoso resplandor.
Entre tanto, el vendedor sonrió y rebeló una encantadora caja de Ébano, esa madera negra llamó por completo la atención de Keres.
Y cuando el vendedor abrió la caja, Keres enterneció la mirada...
«Es perfecta»
Murmuró.
y morí de ternura con Keres eligiendo un arma xa su frágil mujer 🤗🤭🤭