El Temible Alfa Y Su Mate

Lina

Después de que el desastre había terminado subí a mi habitación como si nada, creo que Mateo no estaba muy seguro de qué decirme y por eso me había pedido que regresar a la habitación habían traído un vestido de color blanco muy hermoso para mí.

Hoy no solo sería la presentación sino también la ceremonia lo que me colocaba mucho más nerviosa.

Había presenciado una vez una ceremonia de luna hoy sería luna llena por lo tanto era el momento perfecto para hacerlo porque debajo de la luna yo prometía estar para Mateo como su luna y prometía estar para la manada como una luna fuerte y que pudiera brindarles amor y protección.

El deber de las lunas era justamente eso dar lo que el alfa no podía dar, el alfa brindaba fortaleza y coraje y la Luna amor era como la tranquilidad que las manadas solían necesitar.

Deseaba con toda mi alma que estas personas me recibieran ellos, aunque no tenían la última decisión también tenían un pequeño paso en este ritual ellos decidían si aceptarme o rechazarme por el momento eso no quería decir que no pudiera estar con Mate, solo que tenía que ganarme al pueblo antes de volver a hacer la ceremonia.

Esperaba que ellos no pensaran de la misma manera que pensaban las personas que habían venido.

Tomé un baño en aquella enorme bañera que estaba en mi baño personalizado supongo que como era una habitación conjunta la habían hecho lo suficientemente grande para que en algún momento Mateo y yo nos metiéramos aquí.

Mientras tenía los ojos cerrados no pude evitar imaginarme esa situación, aquí acostado con mi mate completamente desnudos listos para entregarnos el uno al otro. Me pregunto si Mateo en algún momento estará listo para hacerme suya o pasará mucho tiempo para que eso pase.

Sé que yo debería ser la nerviosa, pero no lo estoy creo que estoy preparada desde el primer segundo en que lo conocí y ahora que he visto y he escuchado cómo me defiende y cómo se pone cuando hablan negativamente de mí, estoy más que preparada.

Abrí los ojos y me asusté al ver a Mateo ahí mirándome fijamente.

— ¿Qué haces?— le pregunté mientras trataba de que las espumas taparan mi desnudez

—Iba pasando a mi despacho cuando percibí un aroma exquisito— sus ojos miel me miraban intensamente ¿Qué quería decir él con aroma exquisito?

— Bueno puedes ir a tu despacho hacer lo que ibas a hacer mientras me dejas bañarme para poder estar preparada para la presentación y la ceremonia— le dije tranquilamente, en su rostro se pintó una pequeña sonrisa de lado.

— ¿Y en qué pensabas mientras tenías los ojos cerrados?— me preguntó sin dejar de mirarme cosa que me puso muy nerviosa debo admitir.

¿Tenía que decirle que estaba pensando en el junto a mí completamente desnudo y preparado para entregarnos? ¡Obvio no!

— Nada solo pensaba en cómo tenía que reaccionar y comportarme esta noche— le dije tratando de sonar completamente sincera aunque era evidente que no lo estaba haciendo, pero no le iba a decir lo que estaba pensando no quería sonar desesperada.

El soltó una carcajada antes de tocar con su dedo índice mi nariz.

— Pequeña mentirosilla— se levantó del filo de la bañera me miró desde arriba se veía tan imponente y tan sexy. — No olvides que puedo percibir tus emociones, puedo percibir lo deseosa que estás.

Sentí como mis mejillas se pintaban rápidamente de rojo sintiéndome completamente avergonzada como pude olvidar aquel detalle.

Claro que estaba deseosa y claro que se lo había manifestado un par de veces pero siempre nos interrumpían o él se iba y ya estaba cansada de verme tonta hace poco literalmente le había rogado que me marcara y me sentía avergonzada no quería volver a hacerlo y no iba a volver a decirle nada de eso.

— Seguramente el deseo que sientes es tuyo— quise golpear mi cabeza muchas veces contra la pared por decir aquella estupidez, pero sinceramente había sido lo único que se me había ocurrido decir.

El volvió a inclinarse quedando muy cerca de mí una vez más moví mis manos tratando de que las espumas taparon mis senos y no dejaran ver mi parte íntima aunque por lo cerca que él estaba solo alcanzaba a ver mis ojos.

— Claro que estoy deseoso mi pequeña humana, — Aquello había sonado tan posesivo y a la vez tan sensual y me había encantado por primera vez que me dijesen humana, todo si, si era SUYO— Claro que deseo hacerte mía una y mil veces— mi piel se erizó por completo y pude ver que el lo notó cuando su sonrisa se hizo mucho más grande— Y lo haré, definitivamente lo haré en su momento a su tiempo, ya he esperado tanto por ti que quiero hacerlo especial— me dio un pequeño beso y luego salió de la habitación dejándome con el corazón latiendo de forma desenfrenada y con ganas de agarrarlo y besarlo.

Me dejé caer en aquella enorme bañera mojando mi cabello por completo pero sinceramente no me importa ¿así que esto sienten los lobos cuando se enamoran? ¿o esto es lo que sienten los humanos?.

Me levanté y luego de un rato salí de la bañera tomé una toalla de color blanca que se encontraba esperando por mí, cubrí mi cuerpo me sequé un poco coloqué otra en mi cabello y tomé el secador para así poder secarlo y salir con mi cabello completamente seco ya que el evento era de noche no quería estar mojada después de todo era humano y tenía que cuidarme como tal no quería resfriarme y enfermarme.

Una vez estuve lista salí del cuarto de baño y me dirigí hacia el clóset para poder escoger unos zapatos adecuados para el vestido tomé unos tacones blancos que siento que me vería bastante extraña puesto que mi cabello es blanco y estaría vestida de blanco, pero para la ceremonia tenía que estar vestida de ese color porque representaba la pureza de la diosa luna que me otorgaba hacer la luna de la manada.