Haneul lleva años lidiando con su smor no correspondido hacia Dongho, un alfa su mejor amigo. Haneul está harto de que Dongho no pueda corresponder sus sentimientos por esa relación fraternal que han desarrollado desde pequeños, así que en un esfuerzo por superar y olvidar su amor no correspondido, renuncia a su trabajo y a su amor.
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La boda
Las semanas pasaron más rápido de lo que esperaba, y antes de darme cuenta, el día de la boda de Junsu y Hyunmin había llegado. Me pasé la mayor parte de la mañana dándome vueltas nervioso en mi departamento, eligiendo la ropa con cuidado. Aunque trataba de convencerme de que iba a divertirme y que solo sería una fiesta más, algo dentro de mí sabía que iba a ser mucho más que eso. Dongho estaría ahí, y aunque llevaba tiempo evitándolo, no podía ignorar que, desde el fondo, lo estaba esperando.
Kyungsoo llegó a recogerme con una sonrisa despreocupada, como siempre. Vestía un traje impecable, y cuando lo vi, me di cuenta de que iba a llamar bastante la atención en la boda. Aunque para la mayoría éramos una pareja, yo tenía claro que no era así. Éramos amigos, pero, en el fondo, sabía que a Kyungsoo le gustaba ese juego de fingir. Algo en él disfrutaba de la confusión que provocábamos.
Al llegar a la boda, el ambiente estaba lleno de luces cálidas, risas y la típica emoción que trae consigo una celebración de este tipo. La pareja, Junsu y Hyunmin, se veía radiante, y aunque me alegraba por ellos, no podía evitar sentir una ligera punzada de nostalgia por todo lo que había perdido o nunca llegado a tener con Dongho. Lo busqué inconscientemente con la mirada entre la multitud, tratando de no parecer obvio, pero mi corazón se aceleró cuando lo vi.
Para mi sorpresa, Dongho había venido solo.
Llevaba un traje negro elegante, pero lo que más me impactó fue la seriedad en su rostro. Se veía distante, como si no estuviera completamente presente. Mis ojos se encontraron con los suyos por un breve segundo, y sentí una oleada de nervios que me recorrió el cuerpo. Traté de disimular, pero el solo hecho de verlo allí, solo y tan cerca, hizo que mi corazón comenzara a latir más rápido de lo normal.
Traté de relajarme, pero cuanto más lo intentaba, más nervioso me sentía. Sin darme cuenta, empecé a beber la champaña que me ofrecían, copa tras copa, hasta que perdí la cuenta. Kyungsoo, que estaba a mi lado, lo notó de inmediato. En algún momento me miró preocupado y, aunque intentaba seguir la conversación, podía ver que sus ojos se movían constantemente hacia mí.
-Hyung, tal vez deberías parar un poco con las copas.- Me dijo, tocando suavemente mi brazo.
-Estoy bien.- Le respondí, intentando sonar despreocupado. -Solo estoy… relajándome.-
Kyungsoo suspiró, claramente no convencido, pero no insistió más. Seguimos charlando mientras él, a diferencia de mí, apenas tocaba su bebida, pero mi cabeza estaba en otra parte. Aunque me esforzaba en concentrarme en la conversación, no podía dejar de pensar en Dongho. No sabía or qué había venido solo, por qué no lo había visto con nadie.
Entonces, cuando me volví para tomar otro sorbo de champaña, vi a Dongho acercarse. Su rostro estaba aún más serio que antes, y por alguna razón, mi estómago se encogió. Kyungsoo también lo notó y su expresión cambió de inmediato, poniéndose en alerta.
-¿Qué haces?- Me preguntó Dongho, su voz baja pero llena de irritación, mientras me miraba con el ceño fruncido. Luego, sin siquiera dirigirse a mí, giró hacia Kyungsoo. -¿Por qué lo dejas beber tanto?-
La pregunta me dejó en blanco por un segundo. Antes de que pudiera decir algo, Kyungsoo, que hasta ese momento había sido relajado, frunció el ceño y se puso más serio.
-¿Perdón?- Respondió Kyungsoo, claramente ofendido. -No soy su niñera. Haneul puede beber si quiere. No soy nadie para controlarlo.-
-¿Sabes que no maneja bien el alcoho?- Le replicó Dongho, ignorando mi presencia completamente. -No deberías dejarlo así, ¿no lo ves? Está borracho.-
Me dolió. No las palabras en sí, sino el tono. Como si Dongho estuviera más enojado con Kyungsoo que preocupado por mí. Como si todo lo que estuviera haciendo mal en ese momento fuera responsabilidad de otra persona y no de mí mismo.
-¡Estoy bien!- Interrumpí, con la voz un poco más fuerte de lo que pretendía. Sentí la mirada de Kyungsoo en mí, pero también la de Dongho, que finalmente me prestó atención. -No necesito que me cuides, Dongho.-
Los ojos de Dongho se posaron en los míos, y por un segundo, parecía que iba a decir algo más, pero en lugar de eso, simplemente exhaló, frustrado.
-Haneul, esto no es un juego.- Dijo, su voz más calmada pero aún serio.
-¿Y qué?- Lo interrumpí de nuevo, sintiendo cómo la irritación subía por mi pecho. -No puedes controlarme. No puedes aparecer cuando te conviene y decirme qué hacer.-
Sentí la mano de Kyungsoo en mi hombro, como si intentara calmarme, pero yo ya no podía controlarlo. Las palabras salían de mí sin filtro, alimentadas por la champaña y la acumulación de emociones que había guardado por semanas.
-Haneul…- Susurró Kyungsoo, tratando de bajar la tensión.
-No, Kyungsoo.- Continué, sin dejar de mirar a Dongho. -Ya basta. Estoy cansado de que se comporte como si todo estuviera bien cuando no lo está. Si le preocupa tanto lo que hago, ¿por qué no dice nada cuando realmente importa?-
El silencio que siguió fue denso, como si todo el ruido de la boda se hubiera desvanecido. Dongho simplemente me miraba, sus ojos más oscuros de lo que recordaba, pero no dijo nada.
Finalmente, Kyungsoo me dio un suave apretón en el hombro y dijo en voz baja.
-Tal vez deberíamos irnos, hyung.-
Asentí, aún sintiendo el calor de la confrontación en mi piel. Dejamos a Dongho allí, en medio de la pista, sin una palabra más. Mientras caminábamos hacia la salida, sentí que el peso de todo lo que había ocurrido me caía encima.
Dongho me detuvo de repente, tomando mi brazo con firmeza pero sin agresividad. Su expresión había cambiado; ya no estaba tan serio, pero aún había algo en sus ojos que no podía descifrar.