El Dolor De Una Partida

Cristina, agradezco mucho su atención, pero realmente yo no tomo bebidas alcohólicas y temo que me pueda caer mal - dijo Adhara con la más grande sinceridad.

- No te preocupes por eso querida, estas con tu esposo, él te cuidará, además solo es un trago, ven prueba del que estoy tomando yo y dime si te gusta - respondió alegremente Cristina.

Después de haber probado la bebida, Adhara permitió que le dieran una a ella, la cual tomo despacio por sugerencia de Alejandro.

- El momento era muy agradable, hablaban de las locuras que hicieron Alejandro y sus amigos en la universidad y todos reían a carcajadas, por primera vez desde que se enteró de la enfermedad de su padre Adhara había vuelto a reír.

Alejandro detallaba cada gesto y cada sonrisa de Adhara, descubriendo que le gustaba mucho verla sonreír ya que se le formaban unos huequitos hermosos en sus mejillas.

- Alejandro me acompañas a buscar unos pasa bocas a la cocina por favor - dijo Cristina.

- Claro que sí, vamos - Adhara se quedó conversando con Esteban mientras Alejandro y Cristina se alejaban.

- Quiero que me digas que hiciste con mi amigo! - dijo Cristina a Alejandro en forma amenazante.

- De que hablas cris - pregunto Alejandro confundido.

Tú no eres el Alejandro que conozco, que paso con el original?

- A que te refieres?

- El Alejandro que yo conozco estuviera devorando a esa chica.

Alejandro soltó un gran suspiro, entendiendo de lo que hablaba su amiga.

- No es así de fácil, ella no es como las otras chicas con las que he estado, además es el tesoro mas grande de don José, el cual me pidió que cuidara, si me acerco a ella como hombre, la puedo lastimar y no quiero eso, seria fallarle al hombre al que tanto le debo.

- Precisamente porque no es como las demás y aparte es tu esposa es que debes tratar de conquistarla, por dios Alejandro! Esa niña es hermosísima con muchas más cualidades, cualquier hombre desearía estar en tu lugar y creeme que no la trataría de "señorita" - sentencio Cristina mientras hacía señas de comillas con sus dedos.

- Si tu no la conquistas, vendrá otro y si lo hará.

Alejandro de solo imaginarlo se llenó de ira.

- Eso no va a pasar, ella es mi esposa - dijo un poco molesto.

Tu esposa? Pero porque tu lo dices, porque ni un anillo haz tenido la decencia de colocar en su dedo - dijo cristiana fulminándolo con la mirada.

- Como pueden los hombres evitar acercarse a ella si la ven sin argolla de matrimonio? Para todos sería una soltera muy bella.

- Es solo un matrimonio por contrato Cris- dijo el chico desanimado.

- Por ahora, pero esta en tus manos cambiarlo a un matrimonio de verdad a menos que la quieras ver con otro hombre - dijo Cristina pasando por su lado para volver a la terraza con los pasa bocas en una bandeja.

Alejandro la seguía y meditando en las palabras de su amiga, de solo imaginarla en brazos de otro hombre sentía que se evaporaba su sangre del enojo.

Pasadas unas horas, Alejandro y Adhara se disponían a marcharse a la mansión ya que el alcohol estaba haciendo efecto en Adhara.

- Muchas gracias por todo, fue una linda cena - se despidió Adhara.

- Nada que agradecer querida, el gusto fue todo nuestro, eres bienvenida a esta casa cuando desees - mencionó Cristina.

- Gracias por la cena, la próxima correrá por cuenta nuestra - dijo Alejandro.

Alejandro ayudó a Adhara a subir al auto porque se le dificultaba coordinar los movimientos, Adhara estaba prácticamente ebria.

- Son personas muy agradables sus amigos - mencionó la chica mientras iban de camino a casa.

- Son los mejores.

- Que bueno es poder compartir con los amigos y personas que uno quiere - dijo Adhara después de colocar su rostro triste, yo quisiera compartir también con alguien muy especial.

Ante las palabras de Adhara, Alejandro cayó en cuenta, en que quizás ella estaba enamorada de alguien en él extrajeron y con su pensamiento en la cabeza, apretó fuerte de decirle lo que realmente el volante del auto, pero no se atrevió a preguntarle aunque tenia la certeza de que nunca nadie la había besado.

Poco tiempo después llegaron a la mansión, Alejandro nuevamente tomo a Adhara para ayudarla a subir hasta su habitación, estando dentro Adhara quiso estar por un momento en el balcón para tomar un poco de aire.

- Señorita, le puedo preguntar algo?

- Si, por supuesto!

- Dejo usted algún amor en el extranjero?

No, nunca he tenido novio, nunca me he enamorado - dijo Adhara mirándolo a los ojos, pero si me gusta alguien, remato.

- Esas palabras hicieron volver loco a Alejandro, quien la tomó por la cintura y sin previo aviso la beso, tomando control absoluto de ella, permitiéndose sumergirse completamente en ese beso que le llenaba el alma de diferentes sensaciones.

Después de quedar sin aliento Alejandro la miro y le pregunto.

- Quien mas ha besado a mi esposa? - le pregunto rozando sus labios con los de el.

- Nadie mas que mi esposo - respondió la chica con un tono de voz dulce, quien de inmediato fue arremetida por otro beso, pero esta vez más cargado de lujuria y desespero.

Adhara sentía miles de sensaciones y sin pensarlo se le colgó del cuello a Alejandro profundizando mas el beso como si eso se pudiera.

Las manos de Alejandro comenzaron a recorrer la espalda de la chica, sumergido en un mar de excitación.

Entre más se intensificaba el beso más provoca sensaciones en los dos, quienes no querían parar.

Pero la conciencia y la razón de Alejandro le gritaban que no debía aprovecharle del estado la joven, por lo que Alejandro se separo de ella y se marcho dejándole un pequeño beso en la frente y saliendo de la habitación con prisa, pues sabia que demoraba un minuto más hay no se podría controlar.