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Raíces Cruzadas (LGBT)

Raíces Cruzadas (LGBT)

Status: En proceso
Genre:Escuela / Romance / Completas / Centrado emocionalmente
Popularitas:1k
Nilai: 5
nombre de autor: Joél Caceres

En un mundo donde las familias toman formas diversas, León se enfrenta a los desafíos y recompensas de crecer en un hogar que rompe con las normas tradicionales. Mientras navega la relación con su novia Clara, León descubre que no solo está construyendo su propia identidad, sino también reconciliando las influencias de un padre bisexual, un padrastro con quien compartió momentos cruciales, y una madre que ha sido un pilar de fortaleza.

Las raíces de su historia no solo se hunden en su familia inmediata, sino que también se entrelazan con las de Clara y su mundo, revelando tensiones, aprendizajes y momentos de unión entre dos realidades aparentemente opuestas. León deberá balancear la autenticidad con las expectativas externas, mientras ambos jóvenes enfrentan el peso de los prejuicios y el poder del amor.

NovelToon tiene autorización de Joél Caceres para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La caída

Daniel siempre había sido un hombre fuerte y determinado. Su vida estaba definida por la rutina, la disciplina y el sentido del propósito que encontraba en su trabajo. Pero cuando la jubilación llegó, todo aquello que daba sentido a su día a día desapareció de repente. Lo que otros llamaban descanso, él lo percibía como un abismo oscuro. Con cada día que pasaba, el vacío se hacía más evidente.

Alex, su pareja, notó el cambio de inmediato. Las conversaciones que antes fluían con calidez comenzaron a llenarse de silencios incómodos. Daniel pasaba largas horas mirando por la ventana o encerrado en el despacho que ya no usaba, negándose incluso a salir con Alex, a quien comenzó a tratar con frialdad. Al principio, Alex intentó ser paciente, ofreciéndole apoyo y comprensión. "Esto es temporal", se decía a sí mismo, pero la actitud de Daniel empeoraba con cada intento.

Una tarde, tras un silencio especialmente tenso, Daniel rompió su mutismo con una frase que dejó a Alex sin palabras:

—Tú destruiste mi familia.

Alex, desconcertado, trató de responder, pero Daniel no le dio oportunidad. En su mente nublada por la depresión, había encontrado en Alex un blanco para su frustración y su sentimiento de inutilidad. No importaba que la acusación careciera de fundamento; Daniel estaba dispuesto a usar cualquier argumento, incluso inventar que Alex lo había engañado, con tal de empujarle lejos.

—No necesito que estés aquí fingiendo que te importa. Ya no me sirvo para nada, y tú lo sabes.

Alex sintió cómo esas palabras le desgarraban. Amaba a Daniel, pero lidiar con la mezcla de ira y autocompasión que lo consumía era una tarea abrumadora. Sabía que esas palabras no venían del Daniel que conocía, sino de alguien atrapado en el sufrimiento. Aun así, el rechazo constante comenzó a desgastarlo emocionalmente.

León veía el esfuerzo que la pareja de su padre hacía por ayudar, pero también cómo era rechazado una y otra vez. Las discusiones entre ellos eran cada vez más frecuentes, y León no sabía cómo intervenir. Aunque no lo decía en voz alta, admiraba a Alex por mantenerse cerca, incluso cuando Daniel parecía hacer todo lo posible por empujarlo lejos.

Mientras tanto, León, el hijo de Daniel, vivía su propia batalla. Aunque no compartía el mismo hogar con su padre, las llamadas de emergencia se volvieron habituales. Daniel, incapaz de enfrentar su dolor de otra manera, empezó a refugiarse en el alcohol. León lo encontraba a menudo tambaleándose, con botellas vacías a su alrededor, y terminaba llevándolo al hospital.

León sentía un nudo constante en el estómago. El hombre que alguna vez admiró como su modelo a seguir estaba cayendo en picada, y él no sabía cómo ayudarlo. Intentó en varias ocasiones hablar con Alex, pero la tensión entre Daniel y su pareja parecía un muro insuperable. León estaba solo en esto.

También lidiaba con su propia culpa. Sentía que no estaba haciendo lo suficiente para salvar a su padre, pero al mismo tiempo, se preguntaba si era su responsabilidad. La ira y la impotencia lo acompañaban constantemente. Había días en los que quería gritarle a su padre, sacudirlo y decirle que dejara de actuar como si nadie lo quisiera. Pero sabía que el dolor de Daniel era más profundo de lo que él podía entender.

Para complicar más las cosas, León también cargaba con las heridas de su reciente ruptura con Clara. Ambos habían terminado. Clara interpretó el silencio de León como una señal de que él se había dado por vencido, y León pensó lo mismo de ella. Ahora, cada vez que León consideraba llamarla, se detenía, convencido de que ya no había nada que salvar.

Este cúmulo de emociones no resueltas y responsabilidades inesperadas lo sumía en una sensación de agotamiento constante. Entre los reproches de su padre, las constantes visitas al hospital y la soledad que sentía tras la separación de Clara, León comenzaba a preguntarse cuánto más podría soportar.

Una noche, mientras conducía de regreso a casa después de otra visita al hospital, León se permitió llorar en silencio. Las lágrimas se mezclaban con la frustración, el agotamiento y la tristeza acumulados. En ese momento, se dio cuenta de que no podía seguir manejando todo por su cuenta. Por más que quisiera ser fuerte, estaba al borde de derrumbarse. Pero, ¿a quién podía recurrir? Clara ya no estaba, Alex tenía su propia lucha, y Daniel… Daniel ni siquiera parecía querer salvarse a sí mismo.

León detuvo el auto en un estacionamiento vacío, apoyó la cabeza en el volante y respiró profundamente. Sabía que debía tomar una decisión pronto: buscar ayuda para su padre o aceptar que, a pesar de sus esfuerzos, Daniel solo podría cambiar si él mismo lo decidía.

Rebeca se enteró de todo desde lejos, evitando involucrarse directamente. No era por falta de interés, sino porque sabía que su presencia solo complicaría las cosas. La distancia no hacía más fácil ver cómo se desmoronaba la familia que alguna vez compartieron.

En las noches, Rebeca solía sentarse junto a la ventana con una taza de té, dejando que los pensamientos sobre Daniel y León la invadieran. Sabía que Daniel estaba perdido en su propio dolor, y no podía evitar sentirse culpable, aunque sabía que no era responsable. “Tal vez si hubiera hecho algo diferente…”, pensaba a menudo, pero enseguida desechaba la idea. Había intentado salvar su matrimonio durante años, pero había llegado un punto en que entendió que no podía salvar a alguien que no quería ser salvado.

Lo que más le dolía, sin embargo, era pensar en León. Sabía que su hijo cargaba con más de lo que debía, y que estaba atrapado entre la lealtad hacia su padre y su propio deseo de construir una vida plena. Desde la distancia, podía ver cómo la relación con Clara había terminado. Rebeca deseaba poder ayudar, pero no encontraba el modo de hacerlo sin que pareciera una intromisión.

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Milagros Mármol
Supongo que falta el Epílogo por qué dice fin pero luego dice continuará
Juan Silvestre Fernando Ramirez: Hola, el final era demasiado perfecto para todos, vamos a introducir algo de caos jaja.
Juan Silvestre Fernando Ramirez: muchas gracias, se me pasó poner que está completa
total 2 replies
Juan Silvestre Fernando Ramirez
Muchas gracias, cualquier sugerencia será bienvenida :)
Aki
Esto es un tesoro 🌟
Juan Silvestre Fernando Ramirez: gracias, cualquier sugerencia será bienvenida.
total 1 replies
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