Leyes de la Mafia... Todo O Nada.

Elena:

Tuve que preguntar a muchas personas para saber donde me pudiera estar esperando Dimitri, creo que él si podía llamarme la atención por hacerlo esperar demasiado, pero era mejor poner a esa loca desquiciada en su lugar, además de disfrutar ver su cara, eso si me había hecho el día.

TOC!! TOC!!

Dimitri: Adelante.

Abrí la puerta mirando hacia el centro, Dimitri estaba en la portátil escribiendo, levantó la mirada, sonrió haciendo seña que entrara, cerré la puerta llegando hasta quedar frente a él, me senté acomodando mi trasero en el asiento, dejó de escribir en la portátil, abrió un cajón sacando unas carpetas, eran demasiadas, rasqué un poco la cabeza, esperaba que no fuera que me tenga que aprender todo eso, en este momento no quería hacerlo, sacó de ultimo una carpeta negra, extendió su mano entregándomela, la tomé viendo esa letra dorada perfecta, entreabrí reconociendo a la primera esa letra, pasé mis dedos por encima de ellas, era la misma letra de la tarjeta de las rosas. Levanté la mirada hacia él, fue él quien me mandó el arreglo floral entonces, sonreí agradecida, no le había dado las gracias pensando que pudo ser Gino.

Ese día en mis pensamientos solo estaba la manera que tuvo que investigar mucho para dar con mi flor preferida que era la orquídea negra, pero con esto me quedó en claro que mi información solo aquel que pasará arduas horas en la noche desvelándose pudiera saberla.

Abrí la carpeta mirando una tarjeta con la misma letra, incluso era la misma tarjeta en tamaño y forma de la que había recibido.

Elena: Gracias.

Sonrió asintiendo con la cabeza, me observaba con mucha atención.

Elena: Tienes una letra tan perfecta.

Dimitri: No es mi letra.

Elena: Ahh, no… ¿De quien es?

Dimitri: De Guido, con su conocimiento, pudo crear esas tarjetas y esas hojas autos destructibles una vez leído el contenido.

Me quedé sin poder articular palabra, entonces… entonces el detalle de la orquídea negra y ese gran mensaje era del mismo Guido. Negué con la cabeza ligeramente, no lo podía creer, es más me era difícil, demasiado difícil que Guido pudiera tener esos detalles, al menos conmigo.

Dimitri: ¿sucede algo?

Mis ojos se iban llenando de lagrimas, negué con la cabeza sonriendo, levanté la mirada hacia Dimitri, se puso de pie rodeando la mesa, reposó su cuerpo en la mesa sin apartar la mirada de mi.

Dimitri: Sé que estas muy vulnerable.

Elena: No, no es eso, es.. Es que me encanta el detalle de estas hojas y de estas tarjetas, todo es perfecto en la manera que están hechas. Como para dar un detalle exquisito.

Dimitri: Vaya, casualidad o no, pero fueron las mismas palabras que usó Guido, no tal asi pero sus palabras “Para un detalle especial, para una persona excepcional”

Aparté de inmediato la lagrima que caía por mi mejilla.

Elena: Dijiste auto destructible. ¿Por qué?

Dimitri: el mensaje que a veces queremos enviar, muchas veces pueden ser rastreables, es más las usamos hasta el momento solo con Bastian y con cualquiera que se encuentre en la fiscalía, no nos puedes volver a vincular con la ley.

Elena: ¿Pueden ser algunas que no se auto destruibles?

Dimitri: si, solo cuando las enviamos con mensajes, les ponemos un aditamento especial.

Levanté una hoja viendo una cantidad exorbitante, pasé la mirada hacia Dimitri, mis preguntas eran demasiadas, aun no tenía muy en cuenta de por que no podía trabajar en la fiscalía haciendo lo que ya sabía que tenía que hacer.

Dimitri: Es tu contrato y tu paga que recibirás mensual al estar aquí. Tienes que firmarlo.

Elena: Pusiste que trabajaré legalmente en el hospital.

Dimitri: No voy a poner que trabajar para la Mafia, Elena, eres una mujer muy inteligente, con respecto a Natalie, ella está advertida, le guste o no eres su superior.

Asentí con la cabeza mordiendo el labio inferior, ¿así que su superior?

Elena: ¿Puedo darles ordenes?

Dimitri: mmm (mirada seria) Si, pero con todo lo que tenga que ver con trabajo.

Elena: Claro, cuenta con ello.

Dimitri: Por otra parte, donde estemos nosotros, irás. Tu trabajo no solo concierne en los pedimentos, eso lo sabes, eres nuestra representante legal de cada uno de nuestros negocios, solo no acudirías a las entregas o donde tengamos que ir con personas que pueden poner en peligro tu vida, por otra parte… si es que lo quieres, pero me gustaría que aprendieras a usar las armas.

Elena: ¿Cómo para que?

Respiró profundamente apartándose de la mesa, sostuvo el respaldo de la silla sentándose frente a mi, me miraba con una profundidad, dejando en claro por que la Willuki estaba perdidamente enamorada de este hombre, solo en verlo te incomodaba eróticamente, ya que mi mente me hacía imaginar la perfección de hacer el amor con él o hasta con el Daemon, amantes de los placeres, amantes de la vida y amantes de sus propias mujeres.

Dimitri: No siempre podremos estar en cada segundo cerca de ti. Es cierto que he dispuesto a Guido para estar todo el tiempo junto a ti, pero también tiene otras obligaciones y no siempre podrá acudir a tu llamado…

Rodé los ojos cruzando la pierna. Junté mis manos en forma de súplica, reía tan divino, que moría por un hombre como él.

Elena: Pliiisss, por fis por fis… ¿puede ser otro?

Negó con la cabeza divertidamente. Tomó los reposeros de mi silla haciendo que se acercara a la de él, nuestras rodillas chocaron un poco, pero quedaron juntas sin hacerme daño. Sostuvo mi barbilla haciendo que lo mirara.

Dimitri: ¿Tan mal te cae Guido?

Moría que decir que si, pero tampoco es que me cayera mal, antes podía verlo y hasta morbosearlo como todos, pero demostró ser un patán intolerable, pero… ammm, había cosas que hacia para no odiarlo, como el detalle de las rosas, eran acciones con sentimientos encontradas con él.

Elena: así que se diga caerme, caerme mal, no, pero es muy arrogante, egocentrico, petulante, egoísta, testarudo, me molesta mucho. Se cree más que todos.

Me soltó reposando su espalda en el respaldo del asiento una de sus manos con el repose rosando sus labios suavemente, que lindo se veía.

Dimitri: Hasta ahora eres la única que me ha dicho eso. Sinceramente Guido es un buen hombre, que como todos tiene un carácter de los mis demonios, pero es bueno Elena, fue el mismo Bastian que pidió que fuera él quien te cuidara.

Elena: ¿En verdad?

Dimitri: Si, te diré algo que Bastian sabe, Guido ha pasado por muchas cosas, lo sabes, Beida que lo marcó para toda su vida, el amor de Dina que muy a su manera y a su forma de ellos dos terminaron casados amándose, no sé si pudo olvidar a Beida o no, pero nunca se lo ocultó a Dina, aun así se llevaban creo que hasta mejor que todos nosotros con sus esposas, Guido… es una persona que lo tiene todo para hacer feliz a quien desee, solo que en este momento hasta donde sé, no le ha llegado la persona correcta que lo haga despertar a lo que realmente puede demostrar.

Elena: allí tiene a su noviecita Natalie.

Dimitri: Natalie no es su novia, digamos que hay personas que hacen el amor por necesidades, Guido nunca ha formalizado con nadie, dudo que lo haga.

Eso era muy cierto, conocía esa parte de patán de Guido, usar a las mujeres para su propia conveniencia, pero claro como era hombre pues nadie lo vería mal, ni ellos, tampoco lo juzgo, pero al menos lo tiene controlado la Natalie, que tanta falta les hace.

Elena: Ni modo, tendré que aceptar que me cuide entonces.

Asintió con la cabeza, no me quedaba de otra y ya lo tenía establecido Dimitri, pero aquí el problema entonces no sería tanto el Guido, pero si la tontuela que tiene a su lado.

Dimitri: Guido sabrá que está para ti, mientras tú lo permitas. Ahora Elena. Es muy importante que leas toda esa información.

(Escuchen: Voxifera, Era)

Señaló la mesa donde estaban las carpetas, suspiré al mirar que eran demasiadas, no me quedaba de otra más que empezar para estar al tanto de todo lo que sucedía.

Dimitri: Me dijo Guido que ya sabes de Terzo Simone.

Elena: Leí el informe que me dio.

Dimitri: Bien, ahora quiero que me escuches y entiendas una cosa.

Pasé lentamente mi mirada hacia él, ahora cambiaba el tono de voz de una manera que ahora estaba hablando con Dimitri el Mafioso, ya no con el encantador Dimitri que me volvía loca.

Dimitri: Terzo Simone ya debe saber quien es quien legaliza nuestra dro..ga, ahora más que nada que la nueva producción está empezando a distribuirse.

Elena: Por los cargamentos robados ¿cierto?

Dimitri: Si, él los tiene. Pero esa distribución solo es prueba y error.

Elena: ¿Cómo?

Dimitri: Esa producción no tiene el aditamento que poseen la nuestra, solo es muestra, sin el aditamento especial, no se pude lograr que se haga la fusión para la dro..ga de primera. Hablo de las células madres con Zolgensma (aditamento inventado para la novela)

Reposé mi mano en mi pecho sabiendo que es un medicamento super ilegal por lo muy caro de conseguir. Negué con la cabeza.

Elena: Pero… ¿por que?

Dimitri: Sé que no es normal que lo escuches, pero hoy en día hemos descubierto que las células madres regeneran los órganos y curan, pero que hacen pérdida de glóbulos rojos que hasta en eso los hace codependientes. Elena, queremos la dro…ga más pura donde no les haga daño a las personas. Pero que puedan disfrutar siempre de su consumo.

Me puse de pie empujando la silla, negué con la cabeza.

Elena: DRO…GA ES DRO..GA, DAÑA… no he hecho los pedimentos para legalizar dro..ga.

Dimitri: ¿Pues que pensabas de que se trataban lo que realizas el pedimento? SIEMPRE HA SIDO DRO..GA.

Elena: NOO, USTEDES ME DIJERON QUE ERA PARA MEDICINA QUE QUERÍAN HACERLA LEGAL.

Levantó una ceja, abrí los labios, entrecerrando los ojos, no, no… eso no era posible.

Dimitri: SIEMPRE FUE DRO..GA, BASTIAN ESTABA AL TANTO, POR ESO TE PUSO A TI PARA QUE SEAS LA INDICADA DE HACER LOS PEDIMENTOS. LO SEGUIRÁS HACIENDO, POR QUE QUIERO REVOLUCIONAR HASTA EL MEDICAMENTO DE MI HOSPITAL, POR ESO TE DI DE ALTA EN EL HOSPITAL.

No podía creerlo, mientras pensaba que todos los pedimentos que había realizado eran para el hospital, que es cierto que allí entraba su dro..ga como medicamento, pero nunca hablamos de la Zolgensma. Un químico de aditamento tan difícil de encontrar, pero siendo Dimitri y Daemon claro que tendrían que dar con el punto base donde se encuentra para obtenerla.

Se puso de pie acercándose a mi, miró hacia la carpeta la dejó sobre la mesa abriendo, me entregó un lapicero, miré hacia el documento.

Dimitri: Firmalo. Debes estar de acuerdo. Conociendote, no quiero que me digas que me llegará una notificación para una demanda.

Sostuve el lapicero riendo, estos hombres no tenían remedio, me acerqué dejando el lapicero sobre la hoja.

Elena: ¿Qué pasa si no lo firmo?

Dimitri: Saco mi arma y te apunto a la cabeza.

Miré a Dimitri de reojo, su mano la pasó hacia atrás tomando su arma, apuntándome justamente como lo había dicho. Tragué saliva al sentir la boquilla del arma en mi cabeza.

Elena: no… no lo harías.

Dimitri: (susurrando) No me pongas a prueba.

Elena: Confío en ustedes.

Dimitri: (susurrando) Eres la ley ante nosotros, ninguno de nosotros confiamos en ti. La ley es la ley y no aplica en la mafia.

Me incorporé sin firmar, giré quedando frente a Dimitri, mis piernas me estaban temblando, ¿estará hablando en serio?

PUM!!!!!

Cerré los ojos parpadeando viendo que había disparo hacia la pared, volvió a poner el arma frente a mi sobre mi frente.

Dimitri: No estoy jugando. Aquí tienes el poder para mandarnos a todos a prisión. FIRMA.

Quitó el seguro del arma, caminó hacia mi alrededor dando un ligero golpe en mi cabeza con el arma, no me dolió pero era advertencia que tenía que firmar. Me removí tomando de nuevo el lapicero. Empecé a firmarlo. Terminé dejando sobre la mesa el lapicero, di la media vuelta mirando a Dimitri que tenía otro color de ojos, cerró los ojos volviendo abrirlos, bajó el arma sin apartar la mirada.

Les invito a unirse en el instagram de las novelas: Lucymomhistorias

Elena

Dimitri