EN OTRA VIDA

DYLAN SALVATORE

Quería abrir los ojos, moverme, pero no podía. Me sentía como en un vacío existencial, como muerto en vida. No sabía cuánto tiempo había pasado.

— ¿Cómo pudo pasar esto, Estela que hiciste?— era la voz de mi mamá.

— Yo no hice nada, suegra, él tomó el cuchillo y se quiso suicidar delante de mí. Hice lo que pude para detenerlo. Él me odia. Le juro que no hice nada.— escuché la voz de Estela y como ella lloraba.

Podía escucharlas, quería hablar y decirle que ella es una mentirosa. Quería restregar en la cara que por su maldita decisión hoy estaba postrado en la cama de un hospital. Soy infeliz por culpa de ella.

— Doctor, él va a despertar, verdad— se escucha la voz de mi madre.

— Lamento decirle que en el estado de él, no se sabe cuándo despertará. El coma es un estado prolongado de pérdida del conocimiento. Vamos a esperar. Ahora, la cirugía fue un éxito, se pudo reparar el hígado, él perdió mucha sangre. Lo bueno es que el hígado se regenera por si solo. El joven estará en UCI hasta que se despierte.

— Gracias doctor.

Escuché que la puerta se cerraba.

— Más te vale morirte pedazo de mierda. Porque yo no iré a la carcel por tu culpa— era la voz de Estela— Fuiste tu el culpable, nadie te pidió que impidieras quitarme la vida. Mi vida esta arruinada por tu culpa. Muere solo.

La mujer que es mi esposa y dice que me ama me quiere muerto. Ya nada importa, tal vez lo mejor sea morir. Lucía es feliz con su esposo y su hijo. Sentí como una lágrima recorría mis mejillas.

ESTELA

Vivo con el miedo de que Dylan se despierte y cuente la verdad. Ya lleva un mes y ha sido un mes de zozobra.

— Doctor cuánto tiempo puede durar el coma de mi esposo.

— Cada caso es diferente, su esposo puede despertar del coma en cualquier momento o puede durar meses, años o incluso décadas. Eso no es predecible.

— Bueno doctor. Voy a hacer una llamada— el doctor reviso a Dylan y salió.

Llamé a mi mamá.

— ¿Cómo voy a hacer eso? Mamá no creo poder— me sentía estresada.

Aunque no parece, mis padres me están presionando para que salga embarazada de Dylan. Así tener la fortuna de los Salvatore con un único nieto. Aunque la verdad es que no quiero ser madre.

Es una idea descabellada.

Así que salí a la puerta para ver si no venía nadie al cuarto. Cerré la puerta y puse una silla para atascar la puerta. Caminé hacia Dylan, quité su sabana y aparté un poco la bata para poderlo masturbar.

Lo tapé de nuevo. No me sentía capaz. Jamás había hecho esto. Pero mi madre no me dejará en paz si no hago lo que ella quiere.

Después de pensarlo tanto, decidí hacerlo. Fui a la farmacia a buscar un vaso recolector de orina. Miré de nuevo hacia todos lados y está vez saqué su miembro y lo masturbé. Recogí un poco de su semen y lo puse en el vaso. Lo limpié con unas toallitas húmedas y dejé todo como antes.

Llamé a mi madre.

— Madre ya hice lo que me pediste. ¿Qué hago ahora?

— Te veo en la clínica X. No demores.

Salí del hospital y fui a la clínica donde me dijo mi madre. Entregué el vaso a un doctor.

— Todo es por el bien de la familia. Ese bebé será el único heredero. Le dirás a tus suegros que estás embarazada cuando yo te diga.

— ¿Pero es seguro quedar embarazada así? Madre tengo miedo de que me descubran. Además, no quiero ser madre. No lo deseo.

Pero en vano querer o no querer, mi madre ya había decidido por mi.

Entré a una sala, me puse una bata. Entré a una especie de quirófano donde me colocaron los espermatozoides de Dylan en el interior de mi útero. No sentí dolor.

— Listo. En dos semanas usted tiene cita para ver si fue exitosa la inseminación. Le aconsejo que no se esfuerce en nada, ni se estrese. Puede que aparezcan algunos síntomas como dolor en los pechos, sangrado, pero eso es normal.

— Está bien doctor. Muchas gracias — mi madre sacó un sobre y se lo dio al doctor — fui muy generosa con usted. Gracias por su excelente servicio y su sigilo.

Salimos de la clínica y llegamos a casa.

— Desde hoy vas a descansar. Solo dirás que te sientes enferma y que no te sientes bien.

— Sí.

Pensé que el doctor iba a decirle a mi madre que no era virgen. Aunque estaba con Dylan tuve sexo ocasional con algunos chicos de la facultad. Salía a fiesta cuando Dylan se encerraba en su cuarto. Nunca le importó nada de lo que hacía.

El caso en Londres no pasó a más por qué mi madre me movió con buenas mordidas a la policía. Se trasladó a Dylan a un hospital de acá.

Mi celular sonó. Era Louis, uno de esos amiguitos cariñosos. Louis era bastante atractivo y me encantaba como me trataba en la cama.

— ¿Por qué te fuiste? Es cierto que tu marido se quiso suicidar. Ando por acá, quiero verte.

— Quiero verte. Ve al hotel grand Pacífic. Habitación 52. En una hora — salí sin que mi madre se diera cuenta.

Con Louis mi estrés se fue. Esa vez no me cuidé con él. Tenía que asegurarme que quedaría embarazada a como diera lugar.