Novela Completa
David Montés un hombre que perdió a sus padres en su adolescencia, el junto a sus hermanos lograron salir adelante gracias a una gran mujer que nunca los dejo solos y ahora es su segunda madre.
Los años pasaron y con ellos David Montés se convirtió en Teniente de la fuerza aérea de los EEUU forjando una gran carrera a base de esfuerzo y dedicación, un hombre honesto y transparente, aunque en un principio se vio motivado a unirse a la fuerza aérea por amor, Brittany Williams fue un amor imposible, ella nunca lo aceptó y al contrario cuando podía lo humillaba, hasta que finalmente se rindió, Pero su amor por los aviones no.
(Saga de la novela: LOS HIJOS QUE ME DIO LA VIDA)
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CAPITULO SIETE
David Montés
Llegué a mi unidad pasada la media noche, la puerta estaba asegurada, supe que Leah se había encargado de dejarla así, entré y volví a cerrar me quite el blazer y lo dejé sobre el sofá, todo estaba oscuro, solo una luz tenue lograba iluminar el pasillo que me comunica con la habitación, abrí la puerta y cuando estaba a punto de entrar unos pequeños brazos me rodearon por la cintura dejándome atónito.
Puse mi mano sobre las suyas y supe de inmediato de quién se trataba, me safe de su agarre y gire para quedar frente a ella.
- pensé que ya te habías ido - dije.
- lo intenté, pero llegaron los de la unidad de enfrente y decidieron quedarse afuera y no me iba a arriesgar a que me vieran, además por la parte trasera hay un gran muro, intenté trepar, pero fue muy difícil, así que aquí estoy -- dijo poniendo ambos brazos a los lados.
- ¿sabes que es muy peligroso estar a estas horas en la casa de un hombre soltero?- dije
-sé que contigo nada malo me pasara- respondió con una voz muy suave y seductora.
- ya sé que te gusta jugar con fuego y que no temes quemarte--
- y si es contigo seré feliz de quemarme- agregó.
Me reí por su ocurrencia -- eres muy arriesgada chiquilla, entonces… cuál es tu plan-- dije tratando de analizar la situación.
- nada, solo tengo que esperar a que sea seguro para poder salir - dijo.
- ya es muy tarde, los vigías a esta hora agudizan sus sentidos, no se les escapa ni una mosca- agregué con un poco de humor.
Entonces ella se acercó a mí y me abrazó por el cuello.
- entonces si me lo permites ¿puedo quedarme aquí? Me iré tan pronto que el sol salga --
Me quedé observándola tratando de ver sus facciones con la poca luz que nos iluminaba, pude ver el brillo de sus ojos y un anhelo surgió en ellos, ella cerró los ojos y fue mi fin.
Acerqué mi rostro a su altura y la besé, lo hice con tanta pasión y tanta fluidez que nuestros labios solo se dejaron llevar, ella comenzó a desabotonar mi camisa hasta quitarla totalmente
La levanté y ella abrazó mi torso con sus piernas afirmando su agarre, entramos a mi habitación y la senté sobre el buró que hay frente a mi cama, allí fui dejando besos por sus mejillas, bajando por su cuello hasta llegar a su clavícula, ella enterró sus uñas en mi cabello y daba suaves caricias que hacía que me enviara corrientazos por todo mi cuerpo.
Apreté sus caderas mientras seguía devorando sus labios, pequeños gemidos salían de su garganta, creo que mi éxtasis estaba en un punto crucial, si cruzaba esa delgada línea entre la cordura y la locura ya no habría marcha atrás, creo que Leah notó que algo pasaba y se detuvo.
-Lo...lo siento, no quise propasarme, o sea si, pero creo que no es el momento ¿cierto?- dijo avergonzada, agachó su cabeza y se tapó su rostro con ambas manos.
Yo la tomé de las muñecas y destape su rostro.
- No tienes por qué disculparte, paso por qué ambos queríamos y no me malentiendas, mi comportamiento cambio un poco porque no quiero que pienses que me estoy aprovechando de ti, me gustas y quiero que las cosas se hagan bien, no me gustan las cosas pasajeras-- dije y ella sonrió tiernamente.
- ¿siempre has sido así?- preguntó de repente.
- fui criado por dos excelentes madres que me enseñaron el valor de una mujer, quizás por eso no he logrado tener novia ¿seré muy estúpido?-- dije.
- no, claro que no, eso te hace único-- vi que una duda le surgió por qué su expresión cambió.
- que pasa, ¿estás bien?- pregunté.
- o sea.... O sea, que, que tú...---- intentó preguntar Pero yo entendí perfectamente a qué se refería.
- que yo que, ¿que si no me he acostado con nadie?-- solté una carcajada-- que pasa si te digo que no, que soy 0 kilómetros --
- pues sería algo jamás visto, te aseguro que serías único en tu especie, es raro, pero me alegra saber eso--dijo y ambos reímos.
- ¿si me entrego a ti te harás responsable?-- dije en chiste.
- por supuesto que sí, pediré tu mano y vivirás como el rey que eres-- me siguió la corriente.
La abracé y juntamos nuestras frentes.
-Leah me gustas, pero tengo miedo, tengo fantasmas que me atormentan, quiero que siempre seas sincera conmigo, no importa si lo que me tengas que decir vaya a molestarme, yo lo resolveré-- abrí mi corazón -- mañana partiré a la misión que me asignaron, cuando regrese vamos a hablar, vas a tener ese tiempo para pensar en nosotros --
Me miró fijamente a los ojos-- me harás mucha falta y aquí voy a estar esperándote, pero tú me vas a prometer que te vas a cuidar -- dijo.
- no te preocupes, aquí estaré sano y salvo--
La tomé en mis brazos estilo nupcial y la llevé a mi cama, la acomode y la abrigue con el cobertor, luego me quité el pantalón y me acosté a su lado, esa noche dormimos abrazados, fue la mejor noche que he pasado en mucho tiempo.
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Estaba completamente dormido cuando me desperté abruptamente al no sentir el cuerpo de Leah a mi lado, ya me estaba imaginando esa escena de película donde la mujer deja una nota en el nochero que dice "gracias, fue una noche maravillosa" Pero en ese momento escuché un ruido que provenía de la cocina, me levanté de la cama y me puse un pantalón de pijama y salí a ver de que se trataba.
Allí estaba ella peleando con el sartén y la estufa, mi cocina parecía que había sido el campo de batalla entre Rusia y estados unidos, así que intervine antes de que se lastimara.
- ¿puedo saber quién ganó la batalla?- dije entrando a la escena del crimen.
Ella miró para todos lados y entendió mi referencia -- perdón, arruine tu cocina, te prometo que la dejaré como estaba-- dijo.
- no te preocupes, mejor cuéntame qué planeabas hacer - pregunté.
- quería sorprenderte con el desayuno, Pero tú estufa no cooperó y tus sartenes me odian- dijo.
- al parecer no tienes una buena relación con esta área de la casa-- me burlé-- Pero no te preocupes, yo me encargo, gracias por tu intención, Pero no lo vuelvas a hacer, te quiero en una sola pieza -- dije y ella se observó una pequeña cortada que se había hecho en el dedo índice mientras cortaba las verduras.
- tienes razón, para la próxima preparo cereal, me queda exquisito -- dijo.
- me recuerdas a mi mamá, ella era pésima en la cocina, pero aprendió por nosotros, ahora es la mejor-- dije-- vamos a desinfectarte ese dedo-- le dije tomándola de la mano y llevándola al baño conmigo.
Allí estaba el botiquín, la senté sobre el inodoro y comencé a limpiar su dedo con un poco de alcohol, luego puse una bandita para proteger la herida.
- David... A qué te referías cuando me dijiste que tenía dos madres... perdón si estoy siendo entrometida y si no me quieres responder no lo hagas, es solo que me llamó la atención -- dijo.
- No te preocupes, yo te entiendo.... es una historia un poco larga y triste para mí, por ahora solo te puedo decir que mi madre biológica ya no se encuentra en el plano terrenal, y la otra madre de la que hablo fué la que me terminó de criar junto a mis hermanos, ellas son las mujeres que más he amado en mi vida, por eso es que aún no he tenido mi primera vez con nadie, mi segunda mamá me enseño a valorar y respetar a las mujeres, a veces quisiera cambiar un poco esa parte de mí, pero me lo inculcó tanto que impregnó en mi ADN y no sé si es malo o bueno -- dije.
- para nada, me agrada, se nota que es una mujer muy inteligente -- dijo riendo.
- muy chistosa... Leah, ¿tu tienes mucha experiencia?... Espero no faltarte al respeto con esa pregunta, seguramente tienes un pasado y yo lo respeto -- dije.
Suspiró -- no tengo mucha experiencia, solo estuve con una persona en mi vida, el que creía que era el hombre para mí, pero resultó un fiasco -- dijo.
- cuando estés lista para contarme aquí estaré, tenemos historias que contarnos y espero poder ayudarte a dejar eso atrás-- dije.
- eres muy lindo ¿te lo habían dicho antes?-- preguntó
- solo mi mamá - ambos reímos.
Salimos del baño y yo preparé el desayuno mientras Leah dejaba la cocina como nueva, tiene un don para dejar todo impecable, pero la cocina no es su amiga, algo nuevo he aprendido de ella hoy.
Increíble historia, la madurez de los personajes y la forma en que enfrentaban las diversas situaciones fue increíble. La historia es realmente muy buena te atrapa y no puedes dejar de leer.