De Sirvienta A Señora Del Ceo

Antonio se quedó parado fuera de la puerta, sus manos se empuñaron con fuerza, no podía creer, el cuento de hadas que estuvo viviendo se estaba convirtiendo en su peor pesadilla.

Habían transcurrido tan solo unos meses de su boda con Úrsula, y ella no tardo en echarle en cara la vida tan miserable que estaban viviendo a su lado.

Úrsula quería tener una vida de reina, no obstante, para sorpresa días antes de que se casaran Antonio había tenido crisis en la empresa.

Eso impidió que Úrsula pudiera disfrutar a manos llenas de todo el dinero que Antonio podía darle.

__ ¡Antonio; no sabes cuanto te odio!...

Úrsula agarró la foto que estaba encima de la mesa de noche, miró con odio, la sonrisa que Antonio tenía entre sus labios, odiaba la manera en que él la estaba mirando.

Antonio se enamoró tan profundamente de Úrsula, que no se dio cuenta de su verdadera cara. Ahora tenía que aprender a vivir a su lado.

Ya que ninguno de los dos podía divorciarse hasta que su contrato se venciera. Para evitar que Úrsula se escapara de su lado y corriera al lado de Santiago, Antonio obligó a Úrsula a firmar un contrato, donde se estipulaba que ninguno de los dos podía pedir el divorcio, hasta que se cumplieran cinco años de casados, si uno de los dos, quería divorciarse, tenía que ceder el poder de todo lo que el otro tenía.

A pesar de que Úrsula, decía no tener nada, Antonio tenía algo mucho más valioso; con lo que podía hundir a Úrsula por el resto de su vida en la cárcel.

Úrsula __ ¡No!...

Úrsula _ ¡Te odio, Santiago!.

Úrsula __ ¡Te odio, por no haberme suplicado que me quedara a tu lado!...

Úrsula __ ¡Te odio, por haberme cambiado por una sirvienta!...

Úrsula __ ¡TE ODIO, POR NO HABERME AMADO!...

Mientras Úrsula gritaba, iba arrojando todo lo que estuviera delante de ella al suelo. Muchas cosas, incluyendo la foto de bodas, de ella y de Antonio quedó destrozado en sus pies.

Antonio bajó la mirada con tristeza, se había esforzado tanto para que Úrsula viviera feliz a su lado. Cometió tantos errores, en nombre del amor que sentía por ella.

Lentamente, Antonio fue subiendo la mirada, sus ojos ya no reflejaban ni un poco de amor por Úrsula, era cómo si en ese momento, Antonio se hubiera quitado la venda de los ojos.

Y se hubiera dado cuenta de que Úrsula no valía todo el daño que le había hecho a Santiago.

"¡¿Cómo puede ser algo tan estúpido, por una mujer?!"... _ Antonio pensó para el mismo.

__ ¡Te odio Antonio!.

Al escuchar a Úrsula maldecirlo. Antonio intentó controlarse y no hacer un escándalo mayor al que Úrsula ya estaba haciendo.

Sus padres habían viajado desde otra ciudad solo para verlos. Por mucho tiempo estuvieron en desacuerdo con la boda de Antonio y de Úrsula, y ahora que fueron informados de que su nuera estaba embarazada, ambos viajaron para hacer las pases con ella.

Antonio __ ¡Basta, Úrsula!.

Antonio __ ¡Úrsula, compórtate!.

En ese momento Úrsula volteó a ver a Antonio, pero su rostro no hizo ninguna diferencia. Úrsula miraba a Antonio, cómo si no le importara.

Úrsula __ ¿Comportarme?...

Antonio _ ¡¿Has enloquecido?!... Cómo te atreves nombrar a ese imbécil en mi recámara, y con mis padres esperándonos abajo.

Úrsula __ ¡Me atrevo de la misma manera, que tú te atreviste a mentirles a tus padres sobre mi supuesto embarazo!.

Antonio __ Les mentí por qué necesito de su ayuda, para poder salvar a empresa, ¿Qué no lo entiendes?...

Úrsula __ Me tienes harta de escucharte hablar de esa maldita empresa, si se está yendo a la basura, es por tu culpa.

Antonio _ Todo te lo he dado a ti... ¡Ahora que te necesito, me das la espalda!.

Úrsula __ Estuve contigo, solo porque tenías una posición bastante buena, y porque como amante eras el mejor. ¡Pero, ahora, no eres más que un idiota, que no pude ni complacerme en la cama.

Antonio no logró controlar su furia, agarró a Úrsula de los brazos y la sacudió con fuerza.

Antonio __ Has olvidado lo que hablamos, la noche que él tuvo el accidente...

Antonio tenía toda la intención de recordarle a Úrsula, que fue ella la que planeo el accidente de Santiago, para evitar casarse con él.

Úrsula __ ¡Ambos somos culpables de que Santiago esté postrado de por vida en una silla de ruedas!, ¿Has olvidado, que fuiste tú, quién corto los frenos del auto, para que él muriera?...

Antonio volteó a mirar hacia atrás muy nerviosa. Si alguien se llegara a enterar de que él fue el que le corto los frenos al auto de Santiago, su vida y la vida de su familia se convertiría en un infierno...

Si pensarlo ni un solo segundo, Antonio levantó su mano derecha y la dejó caer en el rostro de Úrsula. Provocando que ella cayera hacia atrás.

Antonio __ ¡Cállate, Úrsula!...

Antonio __ Alguien nos puede escuchar, y saber lo que hemos hecho... A ninguno de los dos nos conviene que se sepa la verdad.

Úrsula elevó la mirada, limpiando las gotas de sangre que salieron de la herida que Antonio le causo en el labio.

Úrsula __ Cómo te atreves, tan solo a golpearme, ¡Te puedo hundir!...

Antonio _ ¿Hundirme, tú a mí?...

Antonio __ No seas estúpida, no hay ninguna evidencia de que yo fui el que cortó los frenos. Pero, si hay un video, donde demuestra que tú fuiste la que le ordenaste a unos hombres para que intentaran eliminar a Santiago de tu camino, o hablamos de las muchas grabaciones que tengo, de cuando hablas con Paola.

El rostro de Úrsula quedó pálido, no esperaba que fuera verdad, todo lo que Antonio le dijo el día en que se casaron y la obligó a firmar aquel acuerdo de matrimonio.

Úrsula __ ¡No me puedes hacer esto!...

Antonio _ Las cosas de ahora en adelante se van a hacer cómo yo quiero, no más caprichos estúpidos. Si me vuelves hacer enojar, o intentas tan solo volver a mencionar el nombre de ese perro en mi presencia, vas a pagarlo muy caro.

Antonio colocó su mano en la mandíbula de Úrsula, ejerciendo mucha fuera, para dejarle claro que no iba a tolerar más caprichos de su parte...

Las lágrimas comenzaron a caer lentamente, por las mejillas de Úrsula. En el momento en que Antonio la soltó, Úrsula cayó de rodillas.

Antonio _ Limpiate esas asquerosas lágrimas, mis padres nos están esperando, sin en menos de diez minutos no bajas. Sabrás de lo que soy capaz.

Antonio se dio la vuelta, dejando allí a Úrsula. Al cerrar la puerta, Úrsula agarró un trozo del cristal, lo colocó en su muñeca, con toda la intención de cortarse las venas.