El Vaivén De La Vida

Sentados en la cama, Max y katri, se encontraban en un intenso momento, cuando ella se separó de repente.

-Te escucho...- dijo él con calma.

-Es que... Es que yo hace tiempo... Que no hago esto, mucho...- confesó katri bajando la mirada del pudor.

-Yo también hace mucho que no hago... Es decir, tuve una corta relación luego de que mí esposa falleció, hace como un año, pero nada más.- explico Maxi.

-Pero es que... después de mí accidente... tengo tantas marcas, tuve operaciones, además de que con mí expareja estuve muchos años... - continuo katri.

-Ay, katri... Ese vestidito deja poco a la imaginación y además te he visto en bikini, te he... Tocado...- agrego él en tono suave, acariciando su hombro, acercándose lentamente -Me encanta como sos, toda... tu cuerpo... Tu boca, tus ojitos sesgados...- siguió diciendo hasta llegar a sus labios.

Katrina, claramente, se sentía mucho más relajada, se estaba dejando llevar, le rodeo el cuello con los brazos, mientras él recorría de su boca a su cuello, tomo, con delicadeza uno de los breteles del vestido y lo escurrió por su hombro, dejando así, uno de sus pechos en libertad, tan redondos, grandes y turgentes, toda una tentación. Maxi se inclinó y con su boca comenzó a jugar con el pezón.

Katri no podía dominar su respiración acelerada, así de a poco fue recostándose, para luego deshacerse por completo de su vestido.

Cuando Maxi se hubo despojado de toda su ropa también se recostó sobre ella para seguir recorriendo todo su cuerpo con besos. Llevo de a poco sus dedos hacia la entre pierna de la muchacha y comenzó a moverlos lentamente. Katri comenzó a emitir gemidos.

-Ay, no... Lo siento, pero trata de reprimir... Hay inquilinos junto a nosotros...- susurro él entre pequeñas risitas y ella asintió tapándose la boca con la mano. Maxi se acercó más a katri, sin dejar de jugar con su mano -cualquier cosa que te haga sentir incómoda me decís.- susurro.

-Créeme, me estoy sintiendo muy bien.- dijo katri casi sin aliento, con ambas manos lo tomo del cuello para llevarla hacía ella y besarlo con pasión.

Así, entre besos, caricias, gemidos reprimidos, katri se sintió de nuevo viva. Maxi la amo, por momentos con dulzura y por otro con pasión. De todas maneras, ella sintió revivir, se encontró con un sentimiento que creía que ya extinto. Agitada, agotada, pero no podía de borrar de su rostro la sonrisa.

Un gran rato después, estaban recostados en la cama, abrazados. Maxi jugaba con el largo cabello de katri.

-Que sonrisa...- comento él, ella lo miro y lo beso -¿Estás bien?-

-Pensás que con esta sonrisa me puedo sentir mal...- respondió katri -Claro que no, tranquilo...-

-Me alegro, porque mañana si te voy a dejar gritar.- finalizo maxi riendo y ella sonrió intrigada.

En la mañana siguiente, Maxi se levantó primero, la saludo con un beso y luego salió afuera, debajo de la galería para tomar mate con Tadeo.

En cambio, ella se levantó, estaba por prepararse un mate en la cocina cuando apareció Romy con ambas niñas para desayunar.

Katri saludo a las dos pequeñas y le pregunto a Magui si también quería desayuno, de seguro ya había tomado leche en lo de Carmela, pero como Lupita tomaría ella también quiso, la pequeñita admiraba con locura a su nueva amiga algo mayor.

Estaban las cuatro sentadas en la mesa y Romy la miraba algo ansiosa, pero no sé aguanto más.

-¿Cómo pasaste la noche?- pregunto en tono pícaro, mientras recibía el mate que katri había.

-Bien, bien ¿Y ustedes?- respondió ella.

-Bien, madrina...- respondió la intrépida Lupe.

-Bueno, si ya terminaron de desayunar, pueden ir a jugar...- dijo rápido Romy.

Las dos niñas la miraron sorprendida con la boca llena de chocolatada.

-¡Romy!, dales tiempo a que traguen por lo menos...- dijo Katrina frunciendo una sonrisa y su prima comenzó a reír.

-Ya está, mami...- dijo Lupe, mientras que Magui, quien era más callada, solo le enseño el jarrito a katri con un poquito de líquido.

-Bueno, si no quieres más, podes dejarlo e ir a jugar...- le dijo ella acariciando la mejilla rosada de la pequeña y ambas salieron de la mano a jugar.

-Ahora sí, estamos solas...- dijo rápidamente Romy.

-No te voy a dar detalles...- respondió katri.

Justo en ese momento golpearon la puerta, Romy revoleo los ojos, pero se levantó a abrir. Era Carmela con un plato lleno de torta frita.

-Buenos días, acá les traigo para que desayunen.- dijo la mujer.

-¡Muchas gracias!- respondieron ambas.

-Ya a los hombres les dejé otro.-

-Oh, ha amasado mucho, ¿Gusta quedarse a tomar mate con nosotras?- pregunto katri y su prima la miro abriendo grandes los ojos.

-A la tarde señorita, ahora tengo que lavar ropa.- respondió Carmela y se fue.

Una vez solas, Romy se sentó nuevamente a interrogar a su prima.

Por la tarde, Cómo había prometido Maxi, fueron a nadar al parque olvidado, la tarde se presentaba calurosa y el agua del río, fresquita, era una buena aliada en ese momento.

Maxi ayudo a que se meta en el río, pero a diferencia de antes, en lugar de hacer ejercicios, nadaron abrazados, haciéndose arrumacos y besándose por un ratito. Luego salieron y se comenzaron a besar sobre una manta. Maxi intentaba deshacerse la parte de arriba de su bikini.

-Maxi, maxi, espera...- dijo ella.

-¿Y ahora que pasa?- pregunto él.

-¿No les dijiste a mis primos y a las niñas que nos alcancen en tu camioneta?- pregunto katri

-Si, pero le dije a Tadeo que dentro de 2 horas... aún tenemos una hora y media.- respondió Max y ella comenzó a reír -Acá podes gritar tranquila.- agrego y continuo besándola.

Ya le había quitado el la parte superior del bikini y estaba muy entretenido con sus pechos, mientras que ella esbozaba, por el momento, algunos pequeños gemidos, producto de la agitación, cuando Maxi freno todo.

-Esta vez fuiste vos...- dijo ella.

-Si, sí. Pero me estaba olvidando de mí aliado...- respondió Maxi y del bolso saco un profiláctico.

-Ahh, sí...- respondió ella -Aunque vas a dejar el consultorio vacío.-

-Y a todas las pacientes embarazas por nuestra culpa...- río él y katri lo abrazo.