Katherine es una joven que tiene un pasado secreto, decide escapar de Argentina y llega a Italia donde tiene parientes lejanos. consigue trabajo cuidando una abuela, pero el nieto de esta es el mayor mafioso Siciliano de la historia.
Siendo dos personas completamente opuestas, de mundos distintos, pero con un corazón que ha pasado por muchas cosas... ¿Puede haber algo más entre ellos?
¿Podrán encontrar juntos el amor? ¿O ella volverá a escapar?
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21
Narra Fabritzio
la cena fue un tormento, pero admito que me causaba gracia verla sonreír de esa manera, el recibir regalos y ver sus mejillas sonrojadas. La ternura con la que abría los paquetes y sus sinceras palabras o abrazos para todos. Sinceramente, no esperaba un regalo por parte de ella y mucho menos que le diera algo a Cristián ¿en serio debía pelear por ella con mi mejor amigo?. Los celos saltaron a mis ojos y me los inyectaron de rabia cuando él se acercó a decirle que lo acompañará afuera para ver su regalo. Iba a matarlo, pero lenta y dolorosamente. La vi cubrirse los ojos para evitar que las lágrimas salieran, en serio se había pasado con esa moto.
No aguantaba más esa risa burlona en su rostro, dándome a entender que era hora de demostrarle que lo iba a superar. Le pedí que me acompañará para recibir su regalo, sabía que no lo había visto porque me hice cargo de que lo trajeran luego de que ella se fue al medio día, y nadie había entrado en el living.
Lo cierto es que no esperaba esa reacción, solamente quería un abrazo como le había dado a los demás. Verla llorar en el suelo, me partió al medio, mi abuela y mi madre me dedicaron una mirada de odio mientras la ayudaban a levantarse. Le pedí que tocara algo, quería ver si realmente sabía tocar. Cristián me fulminaba desde la puerta con la mirada, él sabía que yo había ganado.
Se sentó con Sofía en el banco con ella y la melodía empezó a sonar dejando a todos impactados, era una música suave y de un momento a otro ella empezó a cantar.
Estaba cantando en ruso ¿en serio? Esta mujer sabía ruso. Era tranquilizadora, una nana quizás, pero con su voz, calmaba todos mis instintos salvajes. Me daban ganas de abrazarla mientras tocaba y besarla en su cuello, en sus mejillas, en sus labios. Fue ahí cuando lo comprendí, si me había enamorado de ella.
Https://youtu.be/5kHQ3cDl8ew?si\=rWBC7PPsP832Pef0
les dejo el link de la canción por si gustan escucharla.
Luego de unos minutos termino la canción y pude ver como se limpió los ojos, al parecer ella había recordado algo mientras cantaba. Se paró en silencio mientras todos la aplaudían por lo que acababa de hacer, se acercó tan lentamente a mí que por un momento pensé que me daría una cachetada, pero me abrazo dejándome inmóvil en mi lugar y luego se puso de puntitas de pie para darme un beso en la mejilla. No voy a negar que eso no solo me sorprendió, sino también me dejó helado en mi lugar.
Todos en la sala nos miraban y podía sentir no solo la felicidad de mi sobrina y mi hermana, sino también el enojo de mi abuela, de mi madre y de Cristián. Para cuando reaccione, la abrace por la cintura,
Feliz navidad- le dije al oído y pude sentir como se estremecía bajo mi tacto. Maldición de no ser porque estaban todos ahí, la hubiese cargado en brazos y me la hubiese llevado derecho a la cama. quería escucharla gritar mi nombre, quería hacerla gemir, que alcanzara el placer y tocara el cielo y las estrellas con las manos.
Te lo advertí pedazo de mierda- el grito de Mario nos dejó a todos en nuestro lugar- esta perra es enviada sé los rusos- los de seguridad lo estaban deteniendo, dos meses sin su presencia de porquería y ahora venía a armar todo un espectáculo en mi propia casa.
Kat se quedó estática en su lugar, podía ver el miedo en sus ojos y eso solo hacía que me hirviera la sangre.
Era la nana que me cantaba mi abuela- escuche que me decía en un susurro. Y de pronto sentí como su abrazo se volvía débil, no había dejado de mirar a Mario en ningún momento, pero ahora baje la mirada y ella estaba pálida, se me estaba desmayando en mis brazos.
Saca a esa mierda de mi casa, sabes donde llevarlo- le dije a Cristián quien ya lo tenía agarrado por el cuello, mientras yo levantaba en brazos a kat y me dirigía por las escaleras hasta la habitación de mi abuela, no necesitaba decir que las cuatro mujeres de mi familia estaban detrás de mí, pendientes de todo lo que hiciera.
la deje en la cama, con ellas cuidándola y me fui. Hoy seguramente lo mataba, mi sobrina no me dijo nada, estaba más preocupada por esa mujer que por lo que pudiese pasarle a su propio padre. En algún punto eso me conformo, al menos no me sentía tan mierda si lo mataba.
Tenía fuego en mi sangre, me dirigí hasta la cueva donde llevábamos a los traidores y les dábamos fin. Cristián lo había esposado a la pared y se había descargado golpeándolo, al menos la sangre en su ropa, en su cara y los cortes me daban una gran satisfacción.
Te lo advertí- escupía palabras como también saliva con sangre - esa puta es de ellos, pero no me hiciste caso-
Yo te advertí que no volvieras a pisar esta casa- le dije mientras me sacaba el saco y arremangaba mi camisa, quería ensuciarme lo menos posible.
Es navidad, deseaba ver a mi hija y a mi señora- me dijo intentando darme lástima.
Hace exactamente dos meses que ni siquiera llamas, realmente piensas que me voy a tratar esas pelotudeces- le dije mientras tomaba una navaja que estaba sobre la mesa.
La cueva era un lugar donde torturábamos a los traidores para sacarles información de los planes enemigos, la mesa Tenía varios elementos de tortura, si yo era un puto sádico. Adoraba los gritos y los pedidos de piedad que me daban los imbéciles que estaban frente a mí. Pero esta vez sabía que él no suplicaría, lo conocía lo suficiente como para saber que mi cuñado dejaría que le hiciera lo que quisiera sin emitir un solo grito.
¿Cómo se encuentra ella?- me pregunto Cristián cuando se paró detrás de mí, en serio era atrevido, pero yo lo valoraba.
está descansando en la habitación de mi abuela- le dije sin mirarlo - ¿Puedes ir a verla?- sabía que necesitaba cerciorarse de que estaba bien y yo no era quien para prohibirlo.
Primero acabemos con esto- me dijo dándome su arma. No quería torturarlo, él era de maniobras rápidas.
No lo voy a matar, no deja de ser el padre de Sofía, pero si te advierto que la próxima que te vea, tus sesos decoraran las paredes de mi casa- le dije fulminándolo con la mirada.
Luego de golpearlo un rato más, les di la orden a mis guardaespaldas de tirarlo lo más cerca de donde sabía que ahora estaba viviendo.
Una vez terminado el trabajo, fuimos con mi amigo a la casa, para ver como seguía todo. Ese puto cabrón había arruinado la navidad.
Sofía estaba con mi hermana en el comedor, la pareja amiga de mi madre ya se había ido, al vernos entrar ella se bajó de la silla y corrió a abrazarse conmigo, doy gracias que en la cueva tenía ropa para cambiarme, porque si no me hubiese visto con la sangre de su padre en mis manos.
Tío, la abuela llamó a los médicos, Kat aún no despierta- me dijo llorando, por dios a esta pequeña no le importaba su padre.
La senté en la silla nuevamente y me dirigí hacia la habitación de mi abuela, si habíamos llamado al médico no era solo porque no despertaba.