Alina Alcoser Gales - Fernando Puelo, dos personalidades muy distintas. Ella solo tiene energía, vitalidad y ganas de progresar en sus proyectos. El, una boda frustrada, lo dejo en un estado de depresión y oscuridad.
Ambos son vecinos, ninguno quiere saber del otro. Tendrán la oportunidad de vivir un gran amor?
Acompañenme en esta historia en la cual habrá desencuentros, malos entendidos , enojos. Nada que el amor de una familia no pueda curar.
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Capítulo 9
Fernando no dejaba de escuchar ruidos fuera de su departamento, era Alina que iba y venía por el ascensor con todas sus cosas.
La elección de Alina no fue para molestar a Fernando, realmente ese departamento era el mejor que le habían mostrado, además de estar amueblado con exquisito gusto, aunque todos lo estaban, este departamento además contaba con 2 patios internos de cada lado, lo que lo hacía luminoso y fresco, también tenía un dormitorio espacioso, baño con jacuzzi, cocina amplia y living comedor muy amplio.
Fernando muy molesto, lo llama a su padre.
- hola papá.
- hola hijo, cómo estás?
- mal, acaso no sabes las novedades?
- ah, si, ya se mudó?
- si, ahí está haciendo ruido por el pasillo, como si fuese la única persona que vive en este piso. ¿Como lo permitiste?
- hijo... es la hija del dueño del edificio, él me llamó y con mucho respeto, me consulto la posibilidad de poder darle a su hija un departamento, como yo le iba a decir que no podía siendo el dueño?
- pero vos le estabas pagando de más, justamente para que respetar mi privacidad.
- hijo, en ese piso hay 5 departamentos, yo le pagaba por el valor de 2, él no quiso cobrarme todo el piso por una cuestión de amistad y que teníamos negocios juntos. Ahora, él tenía una necesidad, como me voy a negar?
- sabías que justo elige el que está al lado?
- en serio? jajajajajaja
- de que te reís papá?, esto es un infierno, si así molesta para mudarse, imagínate lo que va a ser viviendo!!!!!
- tenés que ver el lado positivo, vas a empezar a darte cuenta de que existen otras personas, creo que hasta va a ser bueno para tu tratamiento.
- no lo creo, nunca voy a mejorar, nunca voy a creer en las personas, las quiero lejos, todas creen que me voy a mejorar, pero es solo un deseo para sentirse bien ellos, tambien vos papá. Y también quería decirte al respecto, varias cosas, sé que te causa dolor, pero nunca voy a querer relacionarme con otros, y además, quiero que veas la posibilidad de cambiar de psicóloga.
- asi es, es muy doloroso, pero yo no quiero que te mejores para mi, quiero que te mejores porque sos brillante, porque tenes solo 34 años y te queda una vida por delante. Pero con respecto a la terapia, que pasa con Agostina?
nada, se estancó el tratamiento, ya no me siento cómodo con ella, no quiero que venga más.
- estás seguro que no paso algo más? (silencio)... hijo te estoy preguntando algo.
- vos ves mejoría?, te acabo de decir que nunca voy a mejorar, ves algún adelanto?, no la quiero más como profesional y el próximo me gustaría que sea hombre.
- bueno, dame tiempo, tengo que averiguar de alguien serio, aguantate una semana más por favor.
- está bien, pero solo una semana y si no conseguís, yo ya tengo herramientas, para manejarme dentro de este espacio. La semana que viene das de baja su servicio.
- ok, si es lo que deseas, así lo haré.
- bien, por ahora, nada más. Y si esta Alcoser me molesta, también te voy a pedir que busques otro lugar.
- hijo ella no te va a molestar, le pedí a Alejandro justamente que no intente tener contacto con vos y sé que lo van a cumplir.
- ok, gracias papá te quiero mucho, adiós.
- adiós hijo nos vemos pronto.
Luego que Horacio colgó con su hijo, se quedó pensando, no entendía bien por qué pero estaba convencido de que había hecho bien en permitir que alguien se mudara cerca de su hijo, y que mejor alguien que provenía de una familia que él conoce y respeta. Lo que le preocupa, es que había pasado con Agostina, y como zorro viejo, empezó a imaginarse por donde venía el malestar, ante la duda, considero sabia la decisión de su hijo.
Mientras tanto Fernando se queda pendiente de los movimientos que hacía su vecina, de los muebles, las cajas, de como se reía y hablaba con Héctor…
- Creo que ya está Héctor, no te molesto más, ya estoy satisfecha en como quedo todo, ahora me voy a hacer un café y empiezo a guardar y acomodar mis cosas.
- yo solo espero señorita, que esto no me deje sin trabajo.
- Héctor, mi querido Héctor... no va a pasar nada, mi papá me conoce y en definitiva, va a pesar más la confianza que te tiene para que le cuentes todo lo que hago y dejo de hacer.
Fernando, que estaba junto a la ventana con las cortinas cerradas, escuchaba todo, bajo, pero escuchaba, se sonrío por el ultimo comentario de su vecina.
- señorita, me avergüenza...
- yo también conozco mucho a mi padre. No te preocupes por nada.
- y tiene café?, no necesita que le haga alguna compra?
- nooo, gracias, ves esa caja de ahí?, bueno mi madre me compro mercadería como para poner un supermercado.
Héctor se ríe, Fernando también - parece que todos los padres son iguales- se dice en voz baja.
- bueno entonces señorita me retiro, tengo que llamar a su padre, explicarle lo del departamento y decirle que ya está instalada.
- Jajajajajaja, no lo hagas, ya lo llamo yo, mientras me preparo el café y le explico lo de la elección del departamento, relájate Héctor, vos y yo seremos buenos amigos y, ya que estamos, mi nombre es Alina, lo prefiero antes que lo del "señorita".
- trataré de llamarla así, entienda que soy un hombre grande y me han enseñado tener mucho respeto, usted es la hija de mi jefe, además, usted es señorita verdad?, no tiene nada de malo.
- sí, soy señorita, aunque estuve conviviendo con un imbécil, poco tiempo por suerte, nada, otro día te cuento, el tema es que los tiempos cambiaron Héctor, pero bueno, de a poco, te voy a sacar bueno.
Fernando seguía escuchando, no entendía por qué no podía dejar de hacerlo. - ah, con que estuviste conviviendo... seguro que duro poco, porque el pobre tipo ya no te aguantaba, yo ya no te aguanto, sos un loro que no para de hablar- ...
Alina y Héctor se dirigen hacia la puerta.
- bueno Héctor muchas gracias por todo, sos un campeón.
no, de nada seño... perdón Alina, era lo que correspondía, no se olvide de llamar a su padre por favor.
- ah, sí, entro y lo llamo.
Se escuchan golpes en la puerta de al lado seguido por gritos.
- PUEDEN DEJAR DE HACER TANTO RUIDO? HACE RATO QUE NO PARAN, Y HABLAN...HABLAN BASTA POR FAVOR!
Alina mira con sorpresa a Héctor, este se pone colorado.
- pero que le pasa a este?, Uf... que vecinito eh!!!
- por favor señorita...
-Alina
- si bueno, Alina le voy a pedir que no conteste ni se moleste con el señor Fernando. Yo, mejor, ya me voy, hasta luego, nos vemos.
Alina recuerda lo que le dijo Alejandro y opta por no seguir con la discusión, así que entra al departamento y cierra la puerta.
Fernando se quedó esperando, no hubo más sonidos, se relaja.
- al fin cerro esa bocota, yo también me voy a hacer un café.