Dos agentes del gobierno mueren en un atentado, ambos despiertan en un mundo totalmente diferente, no entienden que situación es esta, ahora deben unirse o pueden morir de nuevo.
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Extra 5
-Estás bien?
-Cuando llegaste?
-Apenas Fátima merendó algo y volvió a dormir, ahora descansa bien, las noches desde que se fue fueron difíciles, la Duquesa dice que se despertaba llorando, después fue peor cuando le dije que habías muerto.
-Michelle, dime qué paso? Te amo no hay duda, tu me amas?
-Si, te amo...
-Dime...
-Es complicado... Yo soy hija de la Marquesa Bennett General de las rosas y centinelas de Thaslis, la mano derecha de la emperatriz Aina, ahora ella trabaja directamente con Luciel, entrene desde que tengo uso de razón, mi hermano también es un centinela heredero del Marquesado.
Tu hermano el Rey estaba causando muchos problemas, así que mi madre me mandó aquí para lograr llegar a él y ...
-Lo matarías?
-Si, solo que el rey era desconfiado, la seguridad era buena y sus generales no se les despegaban para nada.
-Dime, planteaste conocerme para tener acceso al palacio?
Michelle desvía la mirada
-Dime?
-Sí.
Él se levanta y no sabe que hacer, solo siente que su corazón duele, ella va con él y lo abraza por la espalda
-Lo admito, Pero tú fuiste el que se acercó primero a mí, yo me enamore de ti, todo lo que pasamos fue real, te lo juro, dime que me crees.
-No lo sé, que paso después?
-La noche que me detuvieron fue cuando fuiste a Ducado y yo me quedé con Fátima en el palacio, entre al despacho del Rey, mandé la información Pero me descubrieron, me mandaron al calabozo después de unos días tú llegaste y fuiste por mí, para entonces tu hermano ya viajaba al norte.
-Por eso mi hermano pensó que yo era un traidor, mi hija estuvo a punto de morir por tu culpa.
-El general de la ciudad me interrogó, negué que tú sabías sobre mi, pero no me creyó, fue por eso que tu hermano ordeno detenerte en cuanto llegarás.
-El no ordenó eso, ordenó matarme a mi y a mi hermana -El solo toca su cabeza, algunos recuerdos regresan -
-Lo siento, pero por eso mandé a mi centinela con Fátima, él la saco del palacio y por eso no acabo en el calabozo con tu hermana, intento regresar por mí, pero los guardias eran muchos, tu lograste sacarme y nos llevaste a Thaslis me pediste que la salvara, te pedí que te quedarás, pero regresaste por tu hermana, y todo paso.
-Yo te juro que daría la vida por Fátima, la quiero por qué es tu hija, te amo porque cada día lo demostrabas sin miedo, sin importar los chismes, salvaste mi vida y el perderte fue el dolor más grande que pase.
-Michelle no llores, ya todo paso, dios... -La abraza y ella también - Ahora estamos juntos, si bien trataste de usarme yo no puse resistencia, además mi hermano de todos modos pensaba matarnos, no estaría que amenazaran su lugar.
Él la besa para calmarse, ambos están con sus sentimientos a flor de piel, solo que ese beso sube de intensidad
-No, Saúl... sigues débil.
-Quiero tenerte, no puedo controlarme, quiero sentirte a mi lado, te demostraré que estoy bien.
Él vuelve a besarla, ella corresponde el beso, poco a poco él desata su vestido, quedando en una bata, sus manos tocan esa piel que ha deseado, la ropa queda en el piso, sin romper el beso llegan a la cama.
-Dios eres tan hermosa
Él acaricia su cuerpo y besa su cuello, el deseo no se hace esperar por parte de los dos, Michelle solo siente su hombría entre sus piernas, ambos se vuelven uno y el vaivén lento comienza, ambos se pierden en el éxtasis del momento.
Él solo siente el placer envolvente en todo su cuerpo, recuerda todo, como la hizo suya la primera vez, como fue que ocurrió todo, su vida regresa mientras la vuelve a besar, ahora ella está ahí y no piensa dejarla.
-Como puede olvidar este cuerpo, tan perfecta...
-Has recordado.
-Si y de aquí no saldrás, voy a recuperar el tiempo perdido.
-Hee? No espera... No exageres.
Esa noche para los dos fue larga, ambos terminaron agotados, durmieron hasta tarde, Fátima al estar ya con sus niñeras fue llevada al palacio provisional de la Reina, ella la atiende en lo que su padre se desocupa.
En el cuartel Míriam ha llegado, solo ve por los alrededores, busca Pero no ve a nadie, el centinela informa sobre ella y espera la respuesta.
Ya pasando medio día, Michelle despierta y se baña, en su cuerpo tiene las marcas de tan buena noche.
-Dios! Acaso es un salvaje, me duele todo.
Su halcón está en su ventana y ve el mensaje en lo que se peina, siente que abrazan por detrás.
-Desperté solo...
-Me bañé y mira llegó el recado de que tu esposa llegó a la capital, está en el cuartel.
-Jaja, que graciosa, la única mujer a la que haré mi esposa es a ti.
-Me voy a bañar. -La besa-
Al salir se cambia y el lee la nota, una mirada fría hace que Michelle se sorprenda.
-Que pasa?
-Tu mencionaste que enteraste al despacho de mi hermano, no había nadie?
-No, por qué?
-Y no se te hizo raro, los ojos en el palacio siempre son muchos, pero las que siempre se enteran de todo son las doncellas una en especial siempre paso desapercibida, la amante de mi hermana
-No me digas que es la misma.
-Es una mujer de cabello Lacio color negro, piel blanca, ojos morados, si es atractiva, pero no tan bella como tú.
-Míriam, ella es una sirvienta, Pero mi hermano la convirtió en su amante, si ella me alejo, no era para nada bueno, si yo no te amara como te amo, hubiera acabado en la cama con ella.
-Quería que tú te sintieras comprometido, si lograba un embarazo tendrías que ver por ella siempre.
-Asi es, dame su ubicación porque este problema lo voy a resolver yo mismo