Cristian de la Fuente y Mía Ferrer se conocieron desde niños gracias a la relación cercana de sus familias. Mía es la ahijada de Victoria, la madre de Cristian, lo que los hacía pasar mucho tiempo juntos. Desde el primer día, Cristian se convirtió en el niño más popular de la clase: atlético, carismático y siempre rodeado de amigos. Mía, en cambio, era una niña tímida y reservada, con una gran pasión por la lectura y el arte, pero con sobrepeso, lo que la convirtió en el blanco fácil de las burlas de los demás niños, incluido Cristian.A pesar de su conexión familiar, Cristian se unió a los demás en hacer comentarios hirientes y bromas pesadas sobre el peso de Mía, sin darse cuenta del profundo impacto que sus palabras tenían en ella. Mía siempre se sintió dolida, especialmente porque esos comentarios venían de Cristian, a quien admiraba secretamente.
NovelToon tiene autorización de Araceli Settecase para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 15 : La Gran Sorpresa
Era un tranquilo domingo por la mañana cuando Cristian se despertó con una idea que había estado rondando en su mente durante semanas. Miró a Mía, quien aún dormía plácidamente a su lado, y supo que no quería pasar un día más sin hacerla su prometida. Sabía que no solo necesitaba planificar una propuesta inolvidable, sino que también deseaba que fuera un momento que ambos recordaran para siempre. Con esa determinación, decidió involucrar a la persona que más lo conocía y lo amaba: su madre, Victoria.Después de asegurarse de que Mía seguía profundamente dormida, Cristian se deslizó silenciosamente de la cama y se dirigió a la cocina. Mientras preparaba café, envió un mensaje a su madre, pidiéndole que se reunieran en su casa más tarde ese día. Victoria respondió casi de inmediato, aceptando la invitación con entusiasmo.Más tarde, mientras Mía se duchaba, Cristian se vistió rápidamente y se dirigió a la casa de su madre. Al llegar, fue recibido con un cálido abrazo y una sonrisa comprensiva. “Hola, mamá”, dijo Cristian, correspondiendo al abrazo.“Hola, hijo. ¿Qué es tan urgente que necesitabas verme tan temprano en la mañana?”, preguntó Victoria, guiándolo hacia la sala de estar.“Necesito tu ayuda para algo muy importante”, comenzó Cristian, tomando asiento junto a ella. “Quiero pedirle a Mía que se case conmigo, y quiero que sea una sorpresa perfecta.”Victoria sonrió, sus ojos brillando de emoción. “¡Oh, Cristian! Eso es maravilloso. Estoy tan feliz por ustedes. ¿Cómo puedo ayudarte?”“Bueno, necesito tu ayuda para planificar todo. Quiero que sea especial, algo que nunca olvide”, explicó Cristian, sintiendo una mezcla de nervios y entusiasmo.Victoria asintió, su mente ya trabajando en las posibilidades. “Podríamos organizar una cena especial en el jardín. Decorar todo con luces y flores. Y tú podrías sorprenderla al final de la noche con la propuesta.”Cristian asintió, ya visualizando la escena en su mente. “Eso suena perfecto, mamá. Pero también quiero que estén presentes nuestras familias y amigos cercanos. Quiero que todos sean parte de este momento.”“Por supuesto, Cristian. Nos aseguraremos de que todos estén allí”, dijo Victoria, ya pensando en los detalles logísticos. “Déjamelo a mí. Conozco a una florista maravillosa que puede ayudarnos con las decoraciones, y puedo hablar con un amigo chef que puede preparar una cena espectacular.”Cristian sintió una oleada de gratitud hacia su madre. “Gracias, mamá. No sé qué haría sin ti.”Victoria sonrió y acarició la mejilla de su hijo. “Harás feliz a Mía, eso es lo más importante. Ahora, vamos a trabajar.”Durante los siguientes días, Victoria y Cristian trabajaron incansablemente para organizar la sorpresa perfecta. Victoria se encargó de las flores, el catering y las decoraciones, mientras Cristian se ocupaba de invitar a los amigos y familiares más cercanos. Se aseguraron de que cada detalle fuera perfecto, desde las luces colgantes en el jardín hasta la música suave que se tocaría durante la cena.El día de la propuesta finalmente llegó, y Cristian estaba más nervioso que nunca. Victoria lo había convencido de que todo saldría bien, pero no podía evitar sentirse ansioso. Esa tarde, Mía y él habían planeado una cita en el parque, lo que le daría a Victoria el tiempo necesario para preparar todo en casa.Mientras paseaban por el parque, Cristian trató de actuar con normalidad, aunque sus pensamientos estaban completamente ocupados por la propuesta. Mía notó su nerviosismo y le preguntó si todo estaba bien. Cristian sonrió y aseguró que solo estaba pensando en algunas cosas del trabajo.Al anochecer, Cristian llevó a Mía de regreso a casa. Cuando llegaron, Mía notó que la casa de Victoria estaba hermosamente iluminada con luces y decorada con flores. “¿Qué está pasando aquí?”, preguntó, sorprendida.Cristian sonrió, tomando su mano. “Ven, tengo algo que mostrarte.”Guiándola hacia el jardín, Mía quedó asombrada al ver una mesa elegantemente puesta, rodeada de sus amigos y familiares más cercanos, todos sonriendo y esperando su llegada. Victoria se acercó a ellos y abrazó a Mía. “Bienvenida, querida. Estamos aquí para una noche muy especial.”Mía estaba visiblemente emocionada, pero aún no comprendía completamente lo que estaba sucediendo. Cristian la condujo hacia la mesa y la ayudó a sentarse. La cena comenzó, y todos disfrutaron de una comida deliciosa preparada por el amigo chef de Victoria. A medida que la noche avanzaba, las risas y las conversaciones llenaron el aire, creando un ambiente cálido y acogedor.Finalmente, llegó el momento que Cristian había estado esperando. Se puso de pie y llamó la atención de todos, su corazón latiendo con fuerza. “Quisiera decir unas palabras”, comenzó, mirando a Mía con amor y nerviosismo.“Quiero agradecerles a todos por estar aquí esta noche. Significa mucho para nosotros tener a nuestros amigos y familiares más cercanos compartiendo este momento”, continuó, su voz firme aunque su corazón latía rápido. “Mía, desde el momento en que te conocí, supe que había algo especial en ti. Hemos pasado por muchas cosas juntos, y cada día que pasa, me doy cuenta de lo afortunado que soy de tenerte en mi vida.”Mía lo miró, sus ojos llenos de amor y curiosidad. Cristian tomó un profundo respiro, luego se arrodilló frente a ella, sacando una pequeña caja de su bolsillo. Un murmullo de emoción recorrió a los invitados.“Mía, eres mi mejor amiga, mi confidente, y el amor de mi vida. No puedo imaginar un futuro sin ti. ¿Te casarías conmigo?”, preguntó Cristian, abriendo la caja para revelar un hermoso anillo de compromiso.Las lágrimas llenaron los ojos de Mía mientras miraba a Cristian, su amor y devoción claros en su rostro. “Sí, Cristian, sí”, respondió, su voz quebrándose por la emoción.Cristian deslizó el anillo en su dedo, y ambos se levantaron, abrazándose mientras sus amigos y familiares aplaudían y vitoreaban. La felicidad en el aire era palpable, y Cristian sintió una oleada de alivio y alegría.Después de la propuesta, la celebración continuó con risas, música y baile. Victoria estaba radiante, feliz de ver a su hijo tan feliz. En un momento, tomó a Mía a un lado y le dijo: “Bienvenida a la familia, querida. Estoy tan feliz de que hayas dicho que sí.”Mía sonrió y abrazó a Victoria. “Gracias, Victoria. No podría haber pedido una familia mejor.”Mientras la noche avanzaba, Mía y Cristian se tomaron un momento para ellos mismos, alejándose un poco de la multitud. Se sentaron en un banco en el jardín, bajo las luces colgantes, disfrutando de la tranquilidad del momento.“No puedo creer que realmente estemos comprometidos”, dijo Mía, mirando el anillo en su dedo.“Yo tampoco”, respondió Cristian, tomando su mano. “Pero no podría estar más feliz. Te amo, Mía.”“Yo también te amo, Cristian. Gracias por hacer esta noche tan especial”, dijo Mía, besándolo suavemente.“Gracias a mamá también. No podría haber hecho esto sin ella”, añadió Cristian con una sonrisa.“Es cierto. Ella es increíble. Estoy tan agradecida de tenerla en nuestras vidas”, dijo Mía, sintiéndose completamente en paz.A medida que la noche continuaba, Mía y Cristian volvieron a unirse a sus amigos y familiares, disfrutando del amor y la felicidad que los rodeaba. Sabían que esta noche sería solo el comienzo de su nueva vida juntos, una vida llena de amor, desafíos y momentos inolvidables.Con la ayuda de Victoria, habían creado una noche mágica que ambos recordarían para siempre. Mientras caminaban de regreso a la multitud, Mía sintió una profunda gratitud por tener a Cristian y una familia que los apoyaba tanto. Juntos, estaban listos para enfrentar cualquier cosa que la vida les arrojara, sabiendo que su amor los guiaría a través de todo.Y así, con la bendición de sus seres queridos y la certeza de su amor mutuo, Cristian y Mía dieron el primer paso hacia un futuro brillante y lleno de promesas. La propuesta de matrimonio había sido un éxito, y mientras se abrazaban y reían bajo las estrellas, supieron que estaban destinados a estar juntos, hoy y siempre.