La Protegida Del Alfa

**Capítulo 13: La Llama de la Unidad**

La noche avanzaba, y el claro del río vibraba con una energía renovada. Valeria sintió que la conexión con sus amigos se había fortalecido, y la idea de enfrentar nuevos desafíos juntos parecía menos aterradora. La luna llena brillaba intensamente sobre ellos, y el murmullo del agua del río se mezclaba con el sonido de sus corazones latiendo al unísono.

“¿Qué tal si hacemos un pequeño desafío?” sugirió Jonathan, con una chispa traviesa en sus ojos. “Podríamos ver quién puede correr más rápido hasta el gran roble y volver”.

“¡Eso suena genial!” exclamó Samanta, emocionada. “Pero, ¿qué tal si lo hacemos en nuestras formas de lobo? Eso hará que sea más interesante”.

“Desafío aceptado”, dijo Valeria, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a fluir de nuevo. La idea de competir la llenaba de energía. “Primero en llegar al roble y de regreso es el campeón”.

“¡Preparados, listos… ya!” gritó Alex, y en un abrir y cerrar de ojos, todos se transformaron en lobos, sintiendo la libertad de sus cuerpos en su forma natural. Con un poderoso empuje de sus patas, se lanzaron hacia adelante, el viento azotando sus rostros mientras corrían a toda velocidad.

Valeria se sintió viva mientras saltaba sobre troncos y esquivaba arbustos. La luna iluminaba su camino, y podía escuchar los alientos de sus amigos detrás de ella. Mientras corría, se dio cuenta de que había algo especial en la forma en que se movían juntos: una sincronía que solo se podía lograr a través de la confianza y la conexión que habían construido.

Al llegar al gran roble, Valeria se dio la vuelta rápidamente, lista para regresar. Miró hacia atrás y vio que Jonathan estaba justo detrás de ella, seguido de cerca por Samanta y Alex. “¡Vamos, Valeria! ¡No te detengas ahora!” aulló Jonathan, empujándola a correr más rápido.

Con su corazón latiendo fuertemente, Valeria se lanzó de regreso hacia el claro, sintiendo la emoción del desafío. Cuando sus patas tocaron el suelo, cada golpe era un recordatorio de su fuerza y agilidad. Se sintió como si estuviera volando, y al cruzar la línea de meta en el claro, dio un salto triunfal.

“¡He ganado!” aulló, transformándose de nuevo en su forma humana y levantando los brazos en señal de victoria.

“¡Felicidades, campeona!” gritó Samanta, transformándose también y riendo mientras se acercaba a Valeria. “Sin embargo, no fue fácil. Estuve a punto de alcanzarte”.

“¡Sí, claro!” respondió Valeria, riendo y disfrutando del momento. “Mejor suerte la próxima vez”.

Jonathan llegó justo después, jadeando pero sonriendo. “Eso fue increíble. Deberíamos hacer esto más a menudo. Ayuda a liberar la tensión”.

Alex se unió a ellos, con una expresión de orgullo. “Estuvieron geniales. Cada día se vuelven más fuertes. Estoy seguro de que podríamos enfrentar cualquier cosa que nos lanzaran”.

Sin embargo, mientras la risa y la celebración llenaban el claro, Valeria no pudo evitar sentir que había algo más en el aire. Una sensación de inquietud seguía acechando en su mente. “¿Qué pasará cuando se presenten verdaderos desafíos?” se preguntó. “¿Podremos mantenernos unidos?”

La noche continuó, y el grupo decidió sentarse alrededor de una fogata que habían encendido para calentar el ambiente. Las llamas danzaban en el aire, iluminando sus rostros, y el aroma de la madera quemada llenaba el aire. Se sentaron en círculo, disfrutando del calor y la compañía.

“¿Han pensado en cómo deberíamos prepararnos para cualquier amenaza que se presente?” preguntó Valeria, rompiendo el silencio que se había formado.

“Es una buena pregunta”, respondió Alex, mirando a sus amigos. “Sabemos que hay manadas rivales y que la presión sobre nosotros aumentará a medida que se corran los rumores sobre Valeria y su conexión con la Diosa de la Luna”.

“Lo sé, y he estado pensando en eso”, agregó Jonathan. “Tal vez deberíamos establecer un plan. Practicar diferentes escenarios en los que podríamos encontrarnos. Nunca sabemos qué esperar”.

“Sí, pero también debemos asegurarnos de que no nos dejemos llevar por el miedo”, dijo Samanta, mirando a Valeria con seriedad. “La confianza en nuestra manada es clave. Si empezamos a dudar, eso podría ser nuestra perdición”.

Valeria asintió, sintiendo que la verdad de sus palabras resonaba. “Debemos mantenernos unidos. La fuerza de nuestra manada es lo que nos protegerá. Y cuando se presente un desafío, enfrentémoslo juntos”.

“Exacto”, dijo Alex, su mirada fija en Valeria. “La luna nos guía, pero somos nosotros quienes debemos tomar las decisiones. La comunicación y la confianza son esenciales”.

Mientras la conversación avanzaba, el ambiente se sentía más pesado. Valeria sabía que la intriga de la manada rival no era solo un rumor. Había algo más en juego, y era solo cuestión de tiempo antes de que se presentara una verdadera amenaza.

“Lo que hemos construido aquí es especial”, continuó Valeria. “No debemos dejar que nada lo destruya. La leyenda puede ser poderosa, pero nuestra conexión y nuestro amor por la manada son aún más fuertes”.

“Y siempre estaremos aquí para apoyarte, Valeria”, dijo Jonathan, afirmando la verdad de sus palabras. “No importa lo que pase, somos un equipo”.

Con esas palabras, Valeria sintió que su corazón se llenaba de calidez. La fogata chisporroteaba mientras la luna brillaba intensamente sobre ellos, y en ese momento, supo que podían enfrentar cualquier desafío que se presentara.

A medida que la noche avanzaba, los cuatro amigos se quedaron mirando las llamas, soñando sobre el futuro y los posibles retos que podrían encontrarse. La conexión entre ellos se sentía más fuerte que nunca, y Valeria se dio cuenta de que, sin importar lo que viniera, estaban listos para enfrentarlo juntos.

Sin embargo, en el fondo de su mente, la inquietud persistía. Las voces de la manada rival aún resonaban en su cabeza, y sabía que el tiempo se estaba agotando. La luna les había dado la fuerza, pero también era un recordatorio de que el cambio estaba en el aire.

“¿Qué pasará cuando la luna esté en su punto más alto?” pensó Valeria, sintiendo que se avecinaba un nuevo desafío. “¿Estaremos listos para enfrentar lo desconocido?”

Mientras la noche continuaba, la fogata iluminaba sus rostros cansados pero felices. Valeria sabía que el futuro era incierto, pero con su manada a su lado, sentía que podían enfrentar cualquier cosa. La luz de la luna los guiaría, y juntos, escribirían su propia historia, una historia de valentía, amor y unidad.