La historia sigue a Patrick, un aventurero serio y amable que trabaja para la iglesia en un mundo de fantasía medieval. Patrick recibe la misión de recolectar poderosos artefactos mágicos, incluyendo la espada Dama, que puede invocar a una entidad llamada Dama Blanca. Durante su viaje, Patrick rescata a Samantha, una chica mitad demonio con un carácter fuerte pero frágil, que es perseguida por la iglesia debido a su linaje. Juntos, enfrentan peligros y desafíos mientras Samantha comienza a enamorarse de Patrick, y él descubre secretos oscuros sobre los artefactos y las verdaderas intenciones de la iglesia. La historia se desarrolla en un vasto mundo lleno de reinos, criaturas míticas, y seres divinos, donde la discriminación entre razas y la lucha por el poder son constantes.
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Capitulo 24: La Huida del Dragón
**Capítulo 24: La Huida del Dragón**
El dragón, sabiendo que estaba perdiendo terreno, rugió con furia una última vez. En un movimiento desesperado, lanzó una llamarada de fuego morado al suelo. El impacto provocó una densa nube de humo que rápidamente cubrió toda la cueva, cegando la vista de Patrick, Samantha y Ariana.
"¡Cuidado!" gritó Patrick, tratando de mantener la calma mientras el humo los rodeaba. Los tres se prepararon para el siguiente ataque, pero cuando el humo comenzó a disiparse, el dragón había desaparecido.
Samantha miró a su alrededor, claramente frustrada. "¿Se escapó?", murmuró con confusión y algo de incredulidad.
Ariana, viendo que el dragón ya no estaba, apretó los dientes con frustración. "¡No puedo creer que lo dejamos escapar!" exclamó, pero en cuanto lo dijo, un fuerte dolor la atravesó. Se llevó la mano al costado, donde aún sangraba la herida que había estado ignorando durante la batalla.
Patrick, siempre atento, se acercó rápidamente a ella. "Ariana, ¿estás bien?" Su voz era suave pero preocupada, mientras observaba el daño que la batalla le había causado.
Samantha, con un tono igualmente preocupado, preguntó mientras examinaba la herida con más detenimiento, "¿Puedes continuar? No deberías forzarte más de lo necesario."
Ariana respiró profundamente, apretando los dientes para soportar el dolor. "Estoy bien," respondió con firmeza. "Puedo seguir. No podemos dejar que ese dragón se escape sin saber por qué atacó la ciudad." Aunque el dolor era evidente, su determinación no flaqueaba.
Patrick y Samantha intercambiaron miradas antes de asentir, sabiendo que no tendrían más opción que seguir adelante. Comenzaron a caminar nuevamente, atravesando el resto de la cueva en busca de alguna pista sobre el paradero del dragón. El silencio pesaba sobre ellos, roto solo por el eco de sus pasos.
A medida que avanzaban por el camino, Ariana, todavía un poco tensa, finalmente reunió el valor para preguntar algo que había estado en su mente desde la batalla. "Samantha…" Su voz titubeó un poco, y su mirada se movió incómodamente hacia la mujer a su lado. "¿Tú… eres un demonio?"
La pregunta cayó como un peso en el aire. Samantha se detuvo por un momento, mirándola de reojo, mientras Patrick también se giraba hacia Ariana, esperando ver cómo Samantha reaccionaría.
Samantha no apartó la mirada, pero no pareció sorprenderse. Con una calma controlada, respondió: "No soy completamente un demonio… pero sí, parte de mí lo es. Soy mitad demonio."
Ariana pareció dar un paso atrás, claramente nerviosa pero aún curiosa. "Pero… ¿por qué estás con Patrick? ¿No es peligroso que… ya sabes, alguien como tú esté cerca de otros humanos?"
Patrick, viendo la incomodidad de Ariana, decidió intervenir antes de que la conversación se tensara más. "Samantha es mucho más que su linaje," dijo con voz firme, mirando a Ariana directamente. "Me ha salvado más veces de las que puedo contar. No la juzgues por algo que no eligió."
Ariana, con las palabras de Patrick resonando en sus oídos, se mordió el labio, reflexionando sobre lo que acababa de escuchar. "Lo siento… no quise ofenderte, Samantha. Solo… no sabía cómo reaccionar."
Samantha, aunque seria, suavizó su expresión ligeramente. "No pasa nada. Entiendo que no es algo común de ver." Luego, con un toque de ironía en su tono, agregó: "Pero te acostumbrarás."
El silencio volvió, pero esta vez no era incómodo. Parecía que la pequeña confesión había aliviado un poco la tensión entre ellos. A medida que continuaban caminando hacia las montañas, con la misión de encontrar al dragón y descubrir la razón de su comportamiento agresivo, Ariana seguía procesando todo lo que había aprendido sobre Samantha y sobre cómo el mundo no siempre era lo que parecía.
Mientras Patrick mantenía los ojos en el camino, su mente también trabajaba. Aunque confiaba plenamente en Samantha, sabía que su naturaleza mitad demoníaca era algo que siempre traería preguntas. Sin embargo, estaba decidido a protegerla y a asegurarse de que el resto del mundo también viera más allá de esa parte de ella.
