Diana es una chica que fue criada en un orfanato, donde al cumplir la mayoría de edad debe emprender su camino. Mientras tanto fue ocultada del sacerdote del orfanato por una monja, ya que aún no era capaz de alzar el vuelo sola. Veremos qué le dejará el futuro a la joven Diana
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Capítulo 15
Esa noche luego de la cena con el sacerdote y de semejante confección de amor casi Diana no pudo dormir. Se pasó toda la noche hecha un lío. Tampoco se había planeado tener una relación tan joven, mucho menos así formal aunque por sus principios era lo que deseaba. Era muy rápido para ella dado que no había conocido el mundo por si sola y muchos menos tener experiencias amorosas como para comparar que es lo más correcto.
Sobre Diego ya sabía que era un mujeriego, desde que lo conoció no había sobrepasado ningún límite con ella y eso en parte daba mucho mérito a su persona y sobre sus cualidades morales. Sabía que por lo menos nunca intentaría nada en su contra, nada que no quisiera, porque había tenido varias oportunidades estando solos. A pesar de todos los avisos sabía que estaba segura a su lado.
Alexander el sacerdote por otra parte aparentemente tenía todas las cualidades que una persona entendería por correctas, buenos valores, buena enseñanza, educación. Ella la pasaba bien a su lado, pero no sentía esa chispa así como para decir que le gustaba de esa manera en plan súper enamorada como se sentía frente a Diego. Lo otro que jugaba en su contra era que estaba claro que sí camino no era ser un sacerdote, ya que de serlo no podía tener esos sentimientos hacia ella.
Este viaje en vez de aclararle la mente la dejo peor aún, con una mezcla de incertidumbre e inseguridad. Y si estaba perdiendo la oportunidad de ser feliz junto a un hombre de bien como Alexander o peor aún si Diego si estaba enamorado de ella y cambiaba su actuar y lo perdía para siempre. Estaba mucho más confundida de lo que llegó y eso no le gustaba para nada.
El regreso era el lunes bien temprano, le daba tiempo de llegar al trabajo sin causar problemas, ya que con la vez que sucedió quedó muy apenada. El sacerdote lo había planificado bien para no afectarla en ese sentido. Pero dado lo visto con el objetivo del viaje ella le planteó al sacerdote regresar el domingo en la noche y este aceptó.
Ese fue el único momento en el que se vieron esa mañana en el desayuno, luego de ese momento ella lo evito completamente hasta la hora de irse en la noche luego de la cena.
Diana pasó el día en su habitación, la mayor parte del tiempo estuvo en su bañadera mirando las vistas del lugar e intentando no pensar tanto en su vida.
Llegó la hora de la cena y ella bajó más tranquila. Había decidido abandonar el orfanato y hacer su vida de por ella. Ya trabajo estable tenía y lo de la relación lo vería el camino y sin prisas. Al llegar a la mesa donde la esperaba el sacerdote este se levantó y la ayudó a sentarse.
- ¿Cómo estás? Dijo en cuanto Diana tomó asiento.
- Bien gracias. Contestó ella.
- ¿Pensaste en lo que te dije?
- La verdad que prefiero no hablar del tema ahora, espero que comprendas. Me gustaría seguir como estamos en este momento, sin nada más.
- Me parece bien, tranquila.
Cenaron en silencio y fueron cada uno a sus habitaciones, tomaron sus cosas y emprendieron el viaje de regreso a casa. Todo el camino estuvo en silencio. Alexandro estaba un poco arrepentido de haberle confesado su amor así tan rápido, temía que las cosas se salieran de control.
Que quedarce con el sacerdote siempre algunos siempre les gana la tentación.
esta buena la novela