Dea Ashnot
Mi vida habia estado cuidadosamente planeada incluso antes de nacer, el destino estaba escrito para mi, una maldicion y una bendicion, como saber cual escoger, como saber cual era el camino correcto, a que destino me llevaría cada decision que tomara, ellos se llevaban cada parte de mi, haciendome pedazos y volviendome a unir como un rompecabezas.
Eran mi perdición y Mi salvacion, Mi silencio y mis gritos, Mi destino y mi verdad.
Cuando llegara la hora de escoger, a quien escogería?
*******
Hola mis queridos lectores, esta es la segunda parte de mi novela, La luna sangrada del Rey Alfa, la historia de la hija de Azula y Alec. Espero que la disfruten❤️
NovelToon tiene autorización de Yabl para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
8. Reina Alfa
Despues de ese dia todos me veian y bajaban la mirada, segun lo que mi madre me dijo las sombras era un poder oscuro, eran almas del Inframundo, almas castigadas que actuaban a mi antojo, despues de todo era descendiente del dios del inframundo y ellas se movian bajo mis deseos. La manada susurraba a mis espaldas temiendo de mi poder, las sombras habian ahogado a Rhys y Azuma hasta que pude soltarlas cuando mi padre llego y me saco de ese lugar, Ellos parecían relajados y felices, hasta orgullosos hablando de mi poder, eso no me hacia sentir mejor, pude haberlos lastimados, por que lo que unico que ellos no saben es que en ese momento no tenia el control, ahora cada vez que iba al entrenamiento todos parecían temblar de miedo a mi alrededor, mi madre sugirió saltarme los entrenamientos cuerpo a cuerpo y solo entrenar con Eliam, ella me habia asegurado que no lo lastimaria y que en dado caso que lo hiciese ella podia curarlo hasta que yo aprendiera a manejar mi luz y mi oscuridad y estuve de acuerdo, Rhys y azuma volvieron a su territorio a los dias y me prometieron volver el dia de mi cumpleaños, eso me hacia sentir tranquila, sabia que el dia de mi turno no iba a ser como el de cualquiera, yo era un Lycan, mi cuerpo se estiraría de una forma inimagible, tenia terror de lo que vendria despues de que al fin tuviera mi transformación, desafiar a mi padre, ocupar su lugar, partirme el culo en papeleo y reuniones de blah blah blah con un monton de viejos estirados que despreciaban el hecho de que yo fuera reina, los habia visto mirarme con desden las pocas veces que nos vimos, mi padre me conto que el y mi madre batallaron para que ellos aceptaran que yo ocupara lo que por derecho era mio y ellos aceptaron, pero claro... con una condicion, cualquiera que lo desee me desafiaría por el puesto y sabia que habia mas de uno deseándolo.
El dia de mi cumpleaños 18 llego mas rapido de lo que deseaba, mis hermanos y mis padres me despertaron gritando y cantando cumpleaños, pase la mayor parte del dia recibiendo saludos y felicitaciones de todos los Alfas y Lunas de las manadas vecinas, siendo llevada de un lado a otro para conocer a todas las personas a las que pronto reinaria, aunque unos parecían agusto con el cambio otros no evitaban mirarme con desde, la mayoria de todos los que estaban en la mansión ese dia no sabían lo que pasaría a la hora de mi transformación, lamentablemente por ser la futura reina, toda la maldita gente del norte estaría presente a la hora de mi transformación y cuando la tuviera todos hariamos una carrera hasta la cima de la montaña al Santuario de la diosa Luna, donde estaba el trono donde el primer Lycan que reino se sentaba, era algo simbolico segun lo que mi padre me habia dicho, tenía que llegar ahi y sentarme en el trono, para ser bendecida por la diosa como la siguiente reina Alfa.
Las horas pasaban y no dejaba de ver mi celular, Azuma y Rhys no llegaban y ya se estaba haciendo de noche, estabamos todos afuera observandolo como la luna se iba moviendo, cada vez mas cerca de la hora y ellos no llegaban, les mandaba mensaje y no contestaban, comenzaba a desesperarme cuando un mensaje llego.
Azuma: Lo siento pequeña diosa no podremos ir, tenemos un problema grande aqui y...
Nisiquiera termine de leer el mensaje, ellos no vendrían, no iban a estar en uno de los días mas importantes de mi vida, el dolor y la decepción se instalaron en mi pecho, las lagrimas se abrieron paso por mis ojos y comenzaron a bajar cuando senti la mano de mi padre en mi espalda.
- Llego la hora Dea.
Mire hacia la Luna y camine unos pasos hacia al frente decidida cuando el primer dolor llego y cai de rodillas gritando, todos los huesos de mi cuerpo sonaban en sintonia, un rugido fuerte se escucho en mi cabeza, cerre los ojos y la imagen de ellos se vislumbro, los necesitaba, los quería aquí y ellos no estaban, mis gritos se volvían uno con los gruñidos bestiales que se escuchaban en mi cabeza, sentia como si arañaran mis entrañas, partieran todos mis huesos, estriparan mi corazón, sentia mis mejillas humedas de las lagrimas, no sabia que me estaba doliendo mas si la transformación o el dolor de que ellos no estuvieran aquí, no estaban cuando mas los necesitaba, en mi mente se proyectaban tantas imágenes de nosotros, al mismo tiempo que ese gruñido se hacía cada vez mas fuerte, podia sentirlo, era mi lycan, furiosa abriéndose paso hacia a mi como si estuviera derrumbando muros en mi mente, el dolor era insoportable, sentia morir cuando al final cambie.
Un silencio ensordecedor se instalo en el lugar, cuando al fin pude pararme en dos inmensas patas de pelaje oscuro, mire a la luna sintiendo como una fuerza brutal se estrellaba en mi pecho y aulle, fuerte, claro, furioso, el silencio se rompio, ropas rompiendose, aullidos a la luna, corri con fuerza hacia la montaña, el viento pasaba tan rápido a mi lado que amortiguaba todos los malditos sonidos, olores, todo.
Cuando al fin llegue al Santuario mis ojos vislumbraron el trono, sentia como una fuerza invisible me jalaba hacia el, me sentia como si no fuera dueña de mi cuerpo, o como si mis pensamientos se juntaran con los de alguien mas, torciendolos, cambiandolos, me acerque al trono rápidamente y me sente, mirando hacia al frente, era la primera en llegar y despues de mi apareció el lobo de mi madre, mis padres, mis tios y asi fueron apareciendo todos rodeandome, una fuerza furiosa dentro de mi les pedia sumision, un rugido furioso salio de mi y todos mostraron el cuello, una calma se instalo en mi pecho al verlos de esa manera, El animal salvaje que habia dentro de mi se regodeaba de su sumision, Yo era su maldita Reina.
La maldita Reina Alfa.