Alejandra ha sufrido mucho y el dolor más grande es haber perdido a su único hijo y con el la posibilidad de volver a quedar embarazada tras tener una vida desafortunada al lado de su esposo Antuan, ¿La vida se encargará de poner todo en su lugar?.... eso lo veremos, acompáñame a ver cómo se desarrolla la historia.
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CAPITULO TRES
El agente aceptó mi denuncia, me dijo que comenzaría con el respectivo proceso para poder arrestar a Antuan.
Yo me despedí y fui al banco central el dueño de ese banco era amigo de mi padre así que fui en busca de su ayuda para poder retirar dinero de manera anónima ya que Antuan tiene acceso a las cuentas, fue mi maldito error darle acceso a todo lo mio.
Llegué y fui directo al área administrativa.
- hola, buenas tardes - saludé a la recepcionista.
- hola señorita, en qué puedo ayudarla-
- estoy buscando al señor Vincenzo-
- ¿Quien lo busca?- preguntó.
- dile que lo busca Alejandra Cadavid, hija de Bernardo Cadavid -
- un momento, ya pasó el recado y te informo-
No pasaron más de 5 minutos cuando la chica regresó con una sonrisa.
- puedes seguir....ve por ese pasillo,al fondo encontrarás a su secretaria, te presentas con ella que te indicara la oficina del señor Vincenzo-
Agradecí y seguí sus indicaciones, cuando la secretaria me vio nos dirigimos a la oficina del amigo de mi padre.
-Señor Viscenzo la señora Cadavid ya se encuentra acá - hablo la secretaria quien entró antes que yo para anunciarme.
- que siga por favor -
Yo entré y el Señor Viscenzo ya se encontraba de pie dirigiéndose hacia mi.
- mi niña, que alegría verte de nuevo, hace mucho no me dabas el gusto de verte, sigues preciosa como siempre - había olvidado lo fraternal que el era conmigo, era como un segundo padre para mí.
Me estoy dando cuenta de lo mucho que me aleje de las personas por ese maldito matrimonio.
- señor Viscenzo es muy grato para mí verlo tan bien - respondí avergonzada.
- no me digas señor, dime tío o abuelo, como puedes ver estás canas no son pintadas y podría decir que soy tu abuelo y pasar desapercibido- lo dijo mientras reía alegremente.
- no diga eso, señ.... Tío, usted aún está joven y lleno de vida-
- jajajaja que considerada, Pero entonces dime, a qué debo el honor de tu visita - habló sin más.
- bueno.... Primero que todo, quiero pedirle disculpas por venir a verlo cuando realmente necesito de su ayuda, cometí muchos errores y uno de esos fue alejarme de personas que eran muy importantes y que aportaban cosas positivas en mi vida por un hombre sin valor-
- Alejita, los seres humanos cometemos errores, es normal lo importante es darnos cuenta a tiempo y buscar soluciones, así que si yo te puedo ayudar no dudes en decírmelo-
Me guió a una sala que tenía en su oficina y me invitó a tomar asiento, ambos nos acomodamos y en ese momento llegó su secretaria con dos tazas de té para cada uno, ella se retiró y nosotros retomamos la conversación.
- entonces cuéntame, de que se trata, en qué te puedo ayudar -
- verá, usted sabe que yo me case, y tengo que confesar que fue mi peor error y tuvieron que pasar 15 largos años para aceptarlo-
- así es, tu padre me comentó muchas veces lo preocupado que estaba por ti-
- pero el tiempo no se puede devolver, solo tengo que afrontarlo y cambiar lo que está mal- dije
Le conté todo lo que he pasado, incluso la última golpiza que me propició en donde perdí a mi bebé y que la posibilidad de no tener hijos es muy alta, también le conté el manejo que el tiene a mis cuentas y el poder que ejerce en el centro comercial que me dejó mi padre y por idiotez mía que se lo dí en bandeja de plata.
- has pasado por mucho y no te voy a juzgar, ¿Pero como fue que aguantaste tanto?- se preguntó consternado.
- ni yo lo sé, lo único que me hizo recapacitar fue la perdida de mi bebé y que el Doctor Libardo me mostró su apoyo, eso me hizo tener la fuerza de voluntad necesaria para romper con esto que ha ido acabando conmigo poco a poco-
- Alejita, cómo quisiera haberte protegido de todo esto, y se que tú padre también opinaria lo mismo -
- yo lo sé, pero por eso estoy acá, para empezar a mover mis fichas, ver qué puedo hacer, de forma silenciosa quitarle el poder hasta dejarlo en la calle como la vil cucaracha que es y como lo conocí, sin un peso en el bolsillo y lo más importante en la cárcel, el tiene que pagar por todo y por hacerme perder lo único bueno que me pasó a su lado- mis ojos se inundaron de lágrimas.
El señor Viscenzo se acercó y me dió un reconfortante abrazo, luego de breves segundos se apartó y tomó mi mano.
- cuéntame en qué te puedo ayudar-
- que posibilidad hay que yo pueda retirar todo el dinero que tengo consignado en su banco sin que Antuan se de cuenta, no quiero que el se entere aún, el regresa en dos semanas y para ese entonces yo ya no estaré a su vista, pero el si estará en la mía, quiero verlo hundirse-
- eso lo podemos hacer, dalo por hecho- me dijo
- el normalmente usa las tarjetas de crédito, están a mi nombre, quisiera poder dejarlas a su nombre, no estoy dispuesta a pagar sus deudas -
- normalmente no se hace, Pero por ti haré la excepción-
- se lo agradezco -
- no tienes que agradecerme, lo hago con mucho gusto.... Entonces ven, acompáñame al área contable para revisar tu estado de cuenta y así poder gestionar el retiro de tu dinero y lo demás-
Salimos de su oficina, hizo lo que le pedí, logro poner las tarjetas de crédito a nombre de Antuan, favorablemente tenia copia de los documentos de el y como muchas veces hice su documentación sabía firmar por el, las deudas que tenía oscilaban en unos 150 millones de dólares, no se cómo el banco le otorgó un crédito tan elevado.
También pude retirar el dinero que había en mis tarjetas, eran tres y todas estaban en el poder de el, yo no podía hacer uso de mi dinero, Pero eso se acabó, retire todo y cree otra cuenta anónima y allí deposite todo, solo le dejé 50 mil dólares en mis antiguas tarjetas para que sobreviva estas dos semanas y me de tiempo de escapar y no sospeche nada.
- Tio muchas gracias, estoy en deuda contigo -
- claro que no, ni lo pienses, lo hice con gusto, por favor comunícate conmigo cuando necesites ayuda, lo haré con gusto -
- muchas gracias, lo llamaré con frecuencia para saber de usted, está vez no me voy a desaparecer de sus vidas, le das mis saludos a la señora Gina- le di un fuerte abrazo antes de regresar a la casa.