**Título:** La Protegida del Alfa
**Sinopsis:** En un mundo donde lo sobrenatural y lo humano coexisten en secreto, una adolescente llamada Valeria vive una vida aparentemente normal hasta que un encuentro fortuito con un chico de ojos verdes la sumerge en un universo desconocido. Valeria, quien es mitad humana y mitad lobo, se encuentra en el centro de una lucha por su identidad y su lugar dentro de un clan que sigue estrictas reglas sobre la interacción entre especies. Mientras descubre sus habilidades latentes, se enfrenta a decisiones que cambiarán su vida para siempre y a un amor que desafía las barreras de su mundo.
**Temas a discutir:**
1. **Embarazo adolescente:** El impacto de las decisiones impulsivas en la vida de los jóvenes y cómo estas pueden alterar su futuro.
2. **Conexión entre mundos:** La dualidad entre lo humano y lo sobrenatural, y cómo los personajes navegan por sus identidades.
3. **Reglas del clan:** Las consecuencias de seguir o desafiar las normas establecid
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la tormenta se avecina
**Capítulo 16: La Tormenta que Se Avecina**
La tensión en la manada había ido creciendo en las últimas semanas. Rumores sobre manadas rivales merodeando por el territorio comenzaron a circular, y la incertidumbre se convirtió en una sombra que se cernía sobre ellos. Valeria, aunque intentaba mantenerse fuerte y positiva, no podía evitar sentir que una tormenta se avecinaba.
Una noche, se reunieron en el claro del río para planificar su próxima estrategia. “Necesitamos estar preparados para cualquier eventualidad”, dijo Alex, su tono serio. “Hemos escuchado sobre la manada de los Vulturis. Ellos son conocidos por ser agresivos y territoriales”.
Jonathan asintió, su mirada fija en el fuego. “No subestimemos su poder. Si deciden atacar, debemos estar listos para defender nuestro hogar”.
“Lo sé, pero no quiero que esto se convierta en una guerra”, intervino Samanta, sintiendo la presión en el aire. “¿Qué pasaría si intentamos resolverlo de manera pacífica? Tal vez podamos encontrar una solución sin recurrir a la violencia”.
“Pero si nos atacan, no tendremos otra opción”, replicó Alex, con determinación. “Debemos estar listos para luchar si es necesario”.
Valeria sintió un nudo en el estómago. La idea de una lucha inminente la llenaba de ansiedad. “Chicos, necesitamos pensar en lo que está en juego. No solo somos nosotros… hay más en juego”, dijo, sintiendo que la preocupación por su posible embarazo comenzaba a aflorar.
“¿A qué te refieres?” preguntó Jonathan, notando su expresión tensa.
“Lo que quiero decir es que si llegamos a un conflicto, eso podría afectarme a mí y a… a lo que pueda estar pasando dentro de mí. No quiero que esto ponga en peligro a nadie”, respondió Valeria, su voz temblando.
Alex se acercó a ella, su expresión de preocupación. “¿Te refieres a que podrías estar embarazada? Valeria, tenemos que hablar de esto. No podemos dejar que eso se convierta en un obstáculo”.
“Lo sé, pero no he tenido la oportunidad de confirmarlo completamente. Solo tengo síntomas, y eso me asusta más”, admitió Valeria, sintiendo que la presión de la situación la sobrepasaba.
“Esto lo cambia todo”, dijo Samanta, con una mirada de alarma. “Debemos protegerte y asegurarnos de que estés a salvo”.
Una atmósfera tensa se instaló entre ellos. Las preocupaciones de Valeria pesaban sobre su mente, y el miedo a lo que podría venir la llenaba de inseguridad. La reunión terminó con un acuerdo de mantenerse alerta, pero Valeria sabía que el tiempo se estaba agotando.
Al día siguiente, después de una noche de insomnio, Valeria se encontró con Jonathan en el bosque. “No puedo dejar de pensar en lo que se avecina. La manada rival puede atacarnos en cualquier momento”, le confesó, sintiendo que la ansiedad la consumía.
“Debemos estar preparados, pero también tenemos que cuidar de ti”, dijo Jonathan, su tono firme. “No podemos permitir que te pongas en peligro”.
Valeria asintió, sintiendo que la presión aumentaba. “Lo sé, pero no puedo dejar de pensar en lo que está en juego. Si efectivamente estoy embarazada, eso podría complicarlo todo”.
La conversación fue interrumpida por un grito lejano. Ambos se miraron, el corazón latiendo con fuerza. “¿Qué fue eso?” preguntó Valeria, sintiendo que la adrenalina comenzaba a fluir.
“Vamos”, respondió Jonathan, y juntos se dirigieron hacia el sonido.
Cuando llegaron al claro donde habían estado entrenando, encontraron a varios miembros de la manada Vulturis. Los lobos se enfrentaban a su manada, y la tensión en el aire era palpable. “¡Lárguense de nuestro territorio!” aulló uno de los líderes de la manada rival, su mirada llena de desafío.
“¡No! Este es nuestro hogar, y no dejaré que lo destruyan!” gritó Alex, su voz resonando en el aire. Valeria sintió que su corazón se aceleraba. Sabía que esto podría convertirse en una batalla real.
La pelea estalló rápidamente, y Valeria sintió cómo la energía de la manada se intensificaba a su alrededor. Sin embargo, en medio del caos, la preocupación por su posible embarazo comenzó a invadir su mente, y el miedo la paralizó. “¿Qué pasará si me lastiman? ¿Y si me estreso demasiado?” pensó.
En un momento de distracción, un lobo de la manada Vulturis se lanzó hacia Valeria. Sin pensarlo, Jonathan la empujó fuera del camino, y el ataque la dejó aturdida. “¡Valeria, corre!” gritó, pero el pánico la había atrapado.
Valeria se dio la vuelta y comenzó a correr en dirección opuesta, tratando de alejarse del caos. Pero el sonido de la batalla resonaba en sus oídos, y el miedo la envolvía. “No puedo dejar que esto me afecte”, se dijo a sí misma.
En un intento por encontrar un lugar seguro, se adentró en el bosque, sintiendo que su corazón latía desbocado. Sin embargo, la realidad de la guerra se hizo evidente cuando escuchó un aullido desgarrador. “No, por favor, no”, murmuró, sintiendo que algo dentro de ella se rompía.
Desesperada, decidió regresar al claro. Cuando llegó, la escena era caótica. La manada estaba luchando ferozmente, y el aire estaba cargado de tensión. Valeria sintió un impulso de ayudar, pero la incertidumbre la mantenía paralizada.
En medio de la batalla, vio a Alex en el suelo, herido. “¡Alex!” gritó, corriendo hacia él. “¿Estás bien?”
“Estoy… bien… solo un golpe”, respiró con dificultad, tratando de levantarse. “Pero necesitamos salir de aquí, Valeria”.
Antes de que pudiera responder, un miembro de la manada Vulturis se abalanzó sobre ellos. Valeria sintió que su instinto de protección se activaba, pero la confusión la dominaba. En un momento de desesperación, tomó una piedra del suelo y la lanzó hacia el lobo, acertando en su costado.
“¡Eso es! ¡Sigue luchando!” gritó Jonathan mientras se acercaba para ayudar a Alex.
Valeria sintió que la adrenalina la llenaba, y por un momento, olvidó su miedo. Juntos, lograron empujar al lobo rival hacia atrás, pero el caos seguía en aumento. El claro estaba lleno de gritos y aullidos, y el olor a sangre llenaba el aire.
“¡Vamos, necesitamos salir de aquí!” dijo Jonathan, ayudando a Alex a levantarse. “Valeria, tienes que mantener la calma”.
“¡No puedo! ¡No sé si puedo hacer esto!” gritó, sintiendo que el pánico la invadía. “¿Y si me lastiman? ¿Y si algo le pasa al bebé?”
Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera detenerse. La revelación de su posible embarazo había salido a la superficie en medio del caos, y la realidad de la situación la golpeó con fuerza.
“¿Bebé?” preguntó Jonathan, su rostro lleno de preocupación. “¿Estás embarazada?”.
“No sé. Solo he tenido síntomas. Pero no puedo dejar que esto me afecte”, respondió Valeria, sintiendo que las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos.
“Debemos llevarte a un lugar seguro”, dijo Alex, su voz grave. “No podemos arriesgarnos a que te lastimen. La manada necesita que estés bien”.
Mientras la batalla continuaba a su alrededor, Valeria sintió que la presión aumentaba. “¿Y si no puedo ser una buena madre? ¿Qué pasará si me lastiman?”.
“Valeria, tienes que confiar en nosotros. La manada se cuida mutuamente. Ahora, necesitamos que te mantengas a salvo”, insistió Jonathan, tomando su mano con firmeza.
“¡Atrás!” gritó Alex, mientras un lobo de la manada Vulturis se acercaba. En un instante de valentía, Jonathan se lanzó hacia el atacante, dejando a Valeria y Alex atrás.
“¡No, Jonathan!” gritó Valeria, pero él ya estaba en medio de la pelea.
El caos se desató nuevamente, y Valeria sintió que su corazón latía con fuerza. “No puedo quedarme aquí. ¡Debo ayudar!” se dijo a sí misma.
Mientras la batalla continuaba, Valeria comenzó a correr de regreso hacia el claro, sintiendo que la adrenalina la llenaba. Pero el horror de la guerra se cernía sobre ella, y la preocupación por su posible embarazo la llenaba de miedo.
Al llegar al claro, el escenario era desolador. La manada luchaba con todas sus fuerzas, pero la manada Vulturis estaba en desventaja. Algunos miembros de su manada ya estaban heridos, y el olor a sangre llenaba el aire.
“¡Valeria, aléjate!” gritó Alex, intentando protegerla mientras se defendía de un ataque.
Valeria sintió que la situación se tornaba desesperada. “¡No puedo! ¡No voy a dejar que esto me detenga!” gritó, sintiendo que la ira y el miedo se mezclaban en su interior.
“¡Es peligroso! ¡Por favor, ve a un lugar seguro!” insistió Alex, pero Valeria estaba decidida a luchar.
Cuando un lobo Vulturis se lanzó hacia ella, sintió que su instinto de supervivencia se activaba. Con un grito potente, se transformó en su forma de loba, dejando que la energía fluyera a través de ella. La transformación la llenó de poder, y sintió que su mente se aclaraba.
“¡Vamos!” aulló, uniendo fuerzas con su manada. Juntos, lucharon con valentía, y en ese momento, todo lo que importaba era proteger a los que amaba.
Pero a medida que la batalla continuaba, Valeria sintió que la presión aumentaba. La adrenalina la llenaba, pero también la preocupación por su salud y la de su posible bebé. “¿Qué pasará si me lastiman? ¿Podría afectar al bebé?” se preguntó en silencio.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, la manada Vulturis se retiró, dejando atrás el claro dañado y a su manada herida pero victoriosa. Valeria y Alex se quedaron en el claro, sintiendo la tensión disiparse lentamente.
“¿Estás bien?” preguntó Alex, acercándose a Valeria, su rostro lleno de preocupación.
“Sí, pero… no sé si esto fue lo correcto”, admitió Valeria, sintiendo que la angustia la invadía. “Mi mente está en caos”.
“Lo importante es que estamos juntos. Pero necesitamos que te revisen. No podemos arriesgarnos a que algo te pase”, insistió Alex.
Valeria sintió que su corazón se hundía. “Está bien, pero no quiero preocupar a nadie más. No quiero que la manada se sienta en riesgo por mi estado”.
“Eso es lo último que queremos. Vamos, te llevaré al hospital para que te revisen”, dijo Alex, su voz firme.
Mientras se dirigían al hospital, el peso de la batalla aún pesaba sobre ellos. Valeria sintió que la realidad de su situación comenzaba a asimilarse. La lucha había sido feroz, y aunque habían salido victoriosos, las cicatrices de la guerra seguirían con ellos.
Al llegar al hospital, Valeria fue recibida por el personal médico. “Necesito que la revisen. Ha estado expuesta a una pelea y debe asegurarse de que todo esté bien”, dijo Alex, sintiendo la tensión en su voz.
Mientras la revisaban, Valeria sintió que la ansiedad la consumía. “¿Y si algo está mal? ¿Y si no puedo ser una buena madre?” pensó, sintiendo que la realidad de su posible embarazo la abrumaba.
Finalmente, el médico entró con los resultados. “Valeria, tengo buenas y malas noticias. Estás bien, pero hay algo que debemos discutir”.
“¿Qué es?” preguntó Valeria, sintiendo que su corazón se aceleraba.
“Parece que los síntomas que experimentas son indicativos de un embarazo. Necesitamos hacer más pruebas para confirmar la duración y la salud del feto”, explicó el médico.
Las palabras resonaron en la mente de Valeria, y una ola de emociones la inundó. “Estoy embarazada”, pensó, sintiendo que el mundo a su alrededor se desvanecía.
“¿Qué significa eso? ¿Qué deberíamos hacer?” preguntó Alex, mirándola con preocupación.
“Significa que debes cuidarte y hacer todo lo posible para mantenerte saludable. Esto es un cambio importante en tu vida, y necesitarás apoyo”, dijo el médico, mirando a Valeria.
“Yo… necesito tiempo para procesar esto”, murmuró Valeria, sintiendo que la realidad se asentaba en su pecho.
Mientras se sentaban en la sala de espera, Valeria sintió que las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos. “¿Qué haremos ahora?” preguntó, sintiendo que la incertidumbre la envolvía.
“No lo sé, pero estamos juntos en esto. Sea lo que sea que venga, enfrentaremos cada desafío como una familia”, le aseguró Alex, tomando su mano con firmeza.
La noche había sido caótica, y el futuro parecía incierto, pero Valeria sabía que, sin importar lo que sucediera, no estaba sola. La manada, el amor y la conexión con Alex serían su mayor fortaleza. La luna seguía brillando en el cielo, y con ella, la promesa de un nuevo comienzo.