La Villana Desea Su Venganza, Y También Al Villano

Luego de dejar al joven en su habitación, Leonardo buscó al médico real, mismo que por orden de Osiris se encontraba en unos de los refugios del palacio, por si alguna tragedia sucedía.

El médico nada más llegar a la habitación, revisó al joven y encontró que su pulso era débil.

Al ver su semblante pálido, él procedió a hacer su trabajo, y por suerte logró detener el sangrado interno.

El único problema es que el príncipe estaba envenenado, y aunque conoce el veneno, sabe que por el momento este no tiene cura alguna.

Lo único que puede hacer por él, para que no muera, es llevarlo al templo para que lo entren en la fuente sagrada, pues esta tiene el poder de sanar cualquier herida, enfermedad o veneno.

Tras decidir aquello, él le comentó a Leonardo sobre el asunto, el cual estuvo de acuerdo en hacer eso, ya que no pueden dejar morir al príncipe.

Con magia de teletransportación, el doctor y Leonardo llevaron al príncipe al templo, y allí hablaron con el sacerdote, quien estuvo de acuerdo con lo que propuso el doctor.

Sin perder tiempo, llevaron al príncipe a la fuente sagrada y allí lo entraron, al tener contacto con el agua, el cuerpo de dicho príncipe heredero se perdió de la vista de los allí presentes, pues se había sumergido.

¿Qué pasa con esa fuente sagrada?

Según los antiguos libros de magia, dicha fuente sagrada tiene el poder de sanar toda clase de enfermedades que pueden padecer los seres humanos, ya sea causada por veneno, o de forma natural.

Ahora bien, cuando se sumerge una persona en la fuente sagrada, su destino ya queda en manos del cielo, y lo que pase con esa persona, está fuera del alcance de la posibilidad humana.

La única persona con más poder que la fuente sagrada, es la hija de la diosa Atenea, la santa, quien aparece cada 5 siglos, y por el momento, no se ha revelado su existencia.

***

Ya con los que estaban en el templo.

—Su excelencia, ¿cuánto tardará el príncipe en volver a estar entre nosotros? — dice Leonardo al sacerdote.

—Hijo, no depende de mí su recuperación, solo es cuestión de esperar a que nuevamente regrese, puede tardar días o años, el destino del príncipe está en manos del cielo— dice el sacerdote con preocupación.

Tras esas palabras del sacerdote, Leonardo se despide esperanzado de dicho hombre, quien quedó en avisar, cuando nuevamente el príncipe regrese a la superficie, pues para ese tiempo, es que ya se puede sacar del agua, porque ya sus males fueron curados, Leonardo llevó consigo agua de la fuente sagrada, para así curar a los heridos en batalla.

Leonardo y el Doctor imperial se regresaron al palacio, el cual estaba en un caos, por la recién batalla. Los cuerpos de los enemigos estaban siendo quemados, y los cuerpos de los guardias de su majestad, el príncipe heredero, los que murieron en batalla, estaban recibiendo la debida sepultura. En total murieron unos 300 hombres, y había allí un sin fin de heridos.

Aquel hombre de confianza, ordenó a los expertos en magia crear pócimas mágicas con el agua sagrada, pues de esa manera, los heridos serán curados más rápido.

Luego de eso, el hombre fue a darle la noticia a los padres de Osiris sobre lo que pasó, y como era de esperarse, ellos tomaron muy mal lo sucedido con su hijo, pero se obligaron a ser fuertes, pues tienen un imperio que manejar, si ellos se derrumban, el imperio se va con ellos.

Mientras el imperio de Sulen trata de recuperarse, en Autopia, nuestra protagonista ya estaba recuperada y nada más verse sola, ella piensa hacer un par de cosas interesantes. Ya había pasado un día luego del incidente con las dos empleadas, y se estaba aburriendo.

Por eso, sin que la vean, ella va hasta el calabozo, en dónde por suerte no había nadie cuidando de las dos arpías, pues estás en el día de ayer fueron azotadas hasta perder el conocimiento, y no tenían casi fuerzas para siquiera caminar.

—¿Se divierten mucho estando en este lugar?— dice la niña y deja salir una risa terrorífica, cosa que hizo despertar a las dos mujeres.

María, al ver a esa niña ahí, se enojó mucho.

—Tú... Hija del mal, si no hubieras aparecido en nuestras vidas, todo estaría bien— dice ella con ira y Josefina a su lado empezó a llorar.

—Yo debo de ser la hija de los duques Duarte, no tú— dice ella y eso hizo reír a la pequeña.

—Claro, pero para tu mala suerte, naciste para ser mucama y así te vas a quedar, y aunque te disfraces de nobles, lo seguirás siendo, porque aunque la mona se vista de seda, mona se queda — dice, y al terminar de hablar, usando magia se entra al calabozo, y nada más estar ahí, hace una barrera mágica, una que hace que los sonidos no salgan de allí.

De manera rápida, ella empezó a repartir palizas ha ambas mujeres, pues ellas en el día de ayer se la ganaron, ambas gritaban fuerte, pero sus gritos no se escuchaban gracias a la barrera, en poco tiempo estas se desmayaron de tantos golpe que Verónica le dio.

Cuando se cansó de darle una buena paliza, curo todas las evidencias de que ella le había hecho daño.

Satisfecha de su gran hazaña, ella salió de esa celda y regresó a su habitación como si nada.

Por suerte aún no había ido nadie por ella, o de lo contrario tenía que explicar en dónde estaba.

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Nota

Nos vemos mañana si Dios quiere

Me pidieron que los protagonistas se vean, pero aún no lo puedo hacer, ya que tengo que eliminar algunos cabos y tengo muchas deudas que cobrar 😉

Lo que sigue es el Romance entre los protagonistas y será muy ardiente, y ella por ahora es niña y no se puede así.