Un Hombre Poderoso

Sin pensarlo le solté un fuerte golpe en la cara. Nadie se podría atrever a tan solo amenazar el bienestar de mi hija.

Mucho menos insinuar matarla, por Lisa son capaz de todo, no me importa las consecuencias.

Ella es lo que más amo en esta vida; la razón más poderosa que tengo para renacer una y otra vez. Es por quién regrese de la muerte.

______ ¡Te mataré!

De pronto, varios hombres entran a la habitación, y me sostienen. Me golpean detrás de las rodillas, y caigo arrodillado.

Uno de ellos me agarra de cabello, elevando mi cabeza. Un hombre entra, como si fuera un rey.

Era anciano, usaba un bastón. A pesar de eso, daba una sensación de respeto.

______ Lorenzo Méndez. Nada en comparación de mi adorado hijo Lorenzo Córdoba. ____ Abre sus labios lentamente para decirme esas palabras.

______ No sé quién es usted y ni me importa... _____ Dije con valentía.

_____ Qué idiota eres. Ahora entiendo por qué tu exesposa te trataba tan mal, y te quitó a tu hija para dársela a su amante.

_____ Juro que si vuelve amenazarme con hacerle daño a mi hija, te arrancaré la piel y se la daré de comer a los perros. _____ Ya no tenía miedo.

El anciano dibujó una ligera sonrisa entre sus viejos labios.

_____ Tienes hue*** para hablarme así.

_____ Delante de ti, tienes al hombre más despiadado de todos los tiempos, con una orden de mi parte, tú y tu hija morirán. ____ Me respondió con tranquilidad.

_____ Je, Je, Je.

Me reí de él y de todos los que estaban al interior de la lujosa habitación.

_____ Sí en verdad me quisieras matar ya lo hubieras hecho, ¿no es así?.

______ Me necesita mucho más que yo a ti, de lo contrario, tu imperio se derrumbará en tus narices. Todo por lo que has luchado se irá a la basura, tu muerte en manos de tus enemigos será lenta y muy dolorosa.

Sentí una fuerte bofetada caer en mi rostro. Todavía así la sonrisa no se borró de mis labios. Ahora era yo quien tenía el control de toda la situación.

El anciano sacó su arma dorada de atrás de su espalda, me apuntó en la cabeza. No había miedo en mi mirada, tampoco le rogaría por mi vida. Ambos teníamos mucho que perder.

Quizás pierda la vida, y la venganza por la cual he esperado por dos años se vaya conmigo. Sin embargo, me moriré sabiendo qué este viejo infeliz se irá conmigo al mismo infierno.

Le quita el seguro, ni siquiera parpadeo, era un momento tenso para todos ahí.

_____ Tú ganas... _____ Terminó por decir el anciano. Dispara a la pared.

______ Mi hijo Lorenzo Córdoba se encuentra en un estado vegetal. Recibió varios disparos en todo su cuerpo, su estado es crítico.

_____ Necesitamos un hombre que se parezca a él. Nadie mejor que tú. Señor Méndez.

El maldito mayordomo me había mentido al decirme que Lorenzo había muerto.

Ya no era tan idiota como hace dos años. Sé lo que este viejo intenta hacer, usarme como carnada y que todos sus enemigos me sigan a mí.

Mientras tiene la oportunidad de que su hijo se recupere y salga bien librado de todo esto. Así su imperio estará a salvo.

¿Qué pasará conmigo cuándo eso suceda?

La respuesta es muy simple, cuando ya no sea útil para ellos, me matarán, así son ellos. No se van a tentar el corazón para matar alguien que les estorba.

Sin embargo, en mis manos tengo la oportunidad y el poder de vengarme de los que me han hecho tanto daño y recuperar a mi hija.

También pasarían meses y años, para que el traidor de Lorenzo Córdoba se recupere, si es que un día se recupera.

______ Acepto, pero todo será bajo mis ordenes. Haré lo que a mí me parezca.

El rostro del anciano se distorsiona, era obvio que no le agrada como soy. No obstante, a mí me vale.

______ De acuerdo. _____ Termina por decir y luego sale de la habitación.

Por la noche, con la mente más relajada, me di una ducha, al salir del baño con una toalla enredada en la cintura. Mi torso quedó expuesto ante los ojos de la chica que me cuidaba.

Sus mejillas se volvieron rojas, parece que nunca ha visto a un hombre desnudo.

____ ¿Cuantos años tienes? _____ Le pregunté con curiosidad.

______ 24 años, señor Córdoba. ____ Me responde en voz muy baja.

_____ No es necesario que uses ese uniforme. Desde mañana dejas de trabajar para mí.

La chica abre los ojos, nerviosa.

_____ ¡Señor, ¿he hecho algo mal?!

_____ Le prometo que lo haré mejor.

_______ No es eso, niña. ____ La interrumpí...

_____ Esté no es un sitio para una niña como tú. ¿No te has dado cuenta de que es una casa de criminales? _____ Agregue.

______ Señor, necesito el dinero. Nadie me paga más aquí. Mi madre está enferma, necesito este dinero para salvarle la vida.

____ Por favor, no sea cruel.

Me rompía el corazón verla llorar, sin embargo, mantuve una actitud fría y cortante...

______ Cómo ves, ya no necesitaré de tus cuidados. Así que ya no es necesario que sigas trabajando para mí.

La chica se atreve a tomarme del brazo, dobla sus rodillas, con la intención de ponerse de rodillas delante de mí.

______ ¡Se lo ruego, señor, no me corra!

No tuve el corazón de rechazarla, la tome de los hombros y la mire a los ojos, por unos momentos.

Mi cabeza se inclinó un poco, se fue acercando a la suya. Mis labios rozan los de ella.

No me pude controlar mis impulsos de hombre, uni mis labios a los de ella con mucha pasión.

La levanté del piso, olvidándome de la herida en mi pecho. Hace mucho tiempo que no estoy con una mujer. Soy hombre con ciertas necesidades.

La llevé a la cama, separé mis labios de los de ella, fui besando su cuello con locura, no, podía controlar mi cuerpo. Necesitaba estar con una mujer para desahogarme.

Subí su vestido hasta su cintura, abrí sus piernas con mis manos. Era una locura, el deseo que sentía dentro de mí.

Ella pone sus manos en medio de nosotros, me obligó a detenerme. Nos vemos a los ojos, por un momento.

_____ Mi virginidad por su ayuda. _____ Abre sus labios temblorosos.

No tuve la fuerza para negarme, deseaba tanto acostarme con una mujer, y Cecilia era una chica muy hermosa.