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Bajo La Mentira Del Diamante

Bajo La Mentira Del Diamante

Status: En proceso
Genre:Matrimonio arreglado / Amor-odio / CEO / Romance / Casada con el millonario / Matrimonio contratado
Popularitas:2.3k
Nilai: 5
nombre de autor: D.R.OLIVIERI

Una heredera perfecta es obligada a casarse con un hombre rudo y desinteresado para satisfacer la ambición de sus padres, solo para descubrir que detrás de su fachada de patán se esconde el único hombre capaz de ver su verdadero yo, y de robarle el corazón contra todo pronóstico.

Damián Vargas hará todo lo posible por romper las cadenas del chantaje y liberarse de su compromiso forzado. El único problema es que ahora que la tiene cerca, no soporta la idea de soltarla.

Valeria Montenegro es la hija ejemplar: elegante, ambiciosa y perfectamente educada. Para ella, casarse con un Vargas significa acceder a un círculo de poder al que ni siquiera su familia puede aspirar alcanzar el estatus . Damián dista mucho de ser el hombre que soñó para su vida, pero el deber familiar pesa más que cualquier anhelo personal. Desear su contacto nunca formó parte del plan… y mucho menos enamorarse de su futuro esposo.

NovelToon tiene autorización de D.R.OLIVIERI para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo : 13 Una sombra del pasado

Me quedé mirando las palabras, deseando que se desvanecieran como un espejismo, pero no sucedió. Sentí un nudo en el estómago. De todos los días que podrían haber sido, elegí este, justo después de mudarme a la casa de Damián. El universo realmente tiene un sentido del humor cruel.

Quería decirle tantas cosas, pero al final decidí optar por la neutralidad:

Yo: ¿Eso existe en California?

Andrés: ¿Chocolate con calabaza? Ni en sueños.

Andrés: Aquí solo se beben smoothies y zumos verdes; si no, te deportan de la bahía.

Una leve sonrisa apareció en mis labios, pero se desvaneció al instante. No deberíamos estar hablando, pero era imposible ignorarlo.

Andrés: He estado escribiéndole al Café La Esmeralda todos los días para que abran una sucursal en SF, pero por ahora, nada.

Un dolor agudo me atravesó al leer esa referencia. Era una cafetería cerca de la universidad donde Andrés y yo habíamos estudiado. Era famosa por su chocolate con calabaza, y aunque a mí no me gustaba la calabaza y a él no le entusiasmaba el chocolate, íbamos allí cada año, a mediados de septiembre, como un ritual que marcaba el comienzo del otoño. El equinoccio no se sentía oficial hasta que ese brebaje aparecía en su menú.

Dales tiempo. La perseverancia da sus frutos.

La culpa se me acumulaba en el pecho mientras intercambiábamos mensajes triviales. Me preguntó sobre el trabajo y Madrid, y yo le pregunté por su perro y el clima en San Francisco. Era la conversación más larga que habíamos tenido en años. Normalmente, solo nos escribíamos para felicitarnos en ocasiones especiales. Era más fácil hacer como si solo fuéramos dos viejos amigos, aunque en realidad éramos mucho más que eso.

Andrés Molina. Mi mejor amigo de la universidad. Mi exnovio. Mi primer amor. Una vez pensé que nos casaríamos. Me convencí de que podríamos superar las objeciones de mis padres y ser felices juntos. Pero nuestra ruptura, hace dos años, demostró que mis esperanzas eran tan frágiles como el cristal frente a la fría determinación de mi familia.

Sacudí la cabeza para alejar esos recuerdos y me forcé a concentrarme.

Yo: ¿Cómo va la empresa?

Después de que terminamos, Andrés se mudó a California para hacer crecer su aplicación de almacenamiento en la nube. La última vez que supe de él, estaba entre las quince aplicaciones más descargadas en Estados Unidos.

Andrés: Genial. Saldremos a bolsa a finales de este año.

Andrés: Estamos esperando una OPV importante. Quizá...

Tres puntos aparecieron en la pantalla, indicando que seguía escribiendo. Desaparecieron y volvieron a aparecer.

Andrés: Podemos replantearnos las cosas cuando esto esté encarrilado.

La culpa se transformó en alarma. No sabía nada sobre su compromiso. No había publicado nada en redes sociales, ya no teníamos amigos en común y Andrés no leía prensa del corazón. Tenía que ser yo quien se lo dijera. No podía dejar que albergara esperanzas.

Andrés: Si tú quieres, claro.

Casi podía imaginarlo pasándose la mano por el cabello, como solía hacer cuando estaba nervioso. Me mordí el labio inferior. Sabía que, en parte, había puesto tanto empeño en su startup para demostrarle a mi familia que estaban equivocados. Se enfurecieron al enterarse de que habíamos estado saliendo en secreto durante años, y más aún cuando supieron que Andrés no venía de una familia "apropiada". En ese entonces, él era un ingeniero de software con un buen sueldo y una app en desarrollo, pero no era un Vargas. Mi padre incluso amenazó con desheredarme si no rompía con él, y al final, decidí priorizar a mi familia sobre el amor.

Probablemente, Andrés pensaba que mis padres cambiarían de opinión cuando su empresa saliera a bolsa y él se convirtiera en millonario. Y yo no tenía el valor de decirle que eso no iba a suceder. Por mucho dinero que tuviéramos, seguíamos siendo nuevos ricos. Había círculos a los que nunca podríamos acceder... a menos que nos casáramos con un apellido de abolengo. Y como Andrés nunca tendría eso, mis padres nunca aceptarían nuestra relación.

Díselo. Ahora.

Tomé aire y solté la bomba.

Yo: Me he prometido.

No fue la forma más sutil, pero era clara y directa. Resistía la tentación de morderme las uñas, un viejo hábito de la infancia, y esperé su respuesta. No llegó.

Yo: Fue hace unas semanas. Fue decisión de mis padres.

Yo: Me hubiera gustado decírtelo antes.

Debería haberme detenido ahí, pero las palabras siguieron saliendo.

Yo: La boda es dentro de un año.

Silencio. Pasaron cinco minutos y mi móvil seguía mudo y oscuro. Suspiré con frustración y lo dejé a un lado. No debía sentirme culpable. Andrés y yo habíamos terminado hace tiempo. Me sorprendía que quisiera intentarlo de nuevo. Pensé que...

Una suave llamada a la puerta interrumpió el caos de mis pensamientos. Respiré hondo una vez más, traté de adoptar una expresión neutra y respondí:

—Adelante.

 La puerta se abrió y ahí estaba Samuel, el mayordomo, con su traje negro impecable y esa postura tan formal.

—Señorita Montenegro, el señor Vargas me ha pedido que le muestre el resto de la residencia —anunció con un acento perfectamente modulado—. ¿Le viene bien ahora o prefiere que volvamos en otro momento?

Eché un vistazo al teléfono y luego a la habitación fría y lujosa que ahora era mi hogar. Podía quedarme aquí, sumida en la autocompasión y atormentándome por el pasado, o podía intentar aprovechar al máximo esta situación. Me levanté y esbocé una sonrisa que, aunque no era del todo natural, al menos era un intento.

—Ahora es perfecto.

Esa noche, Damián y yo cenamos juntos por primera vez como "pareja". Y lo digo en el sentido más amplio de la palabra. Llevaba su anillo y compartíamos el mismo techo, pero la distancia entre nosotros hacía que el Cañón del Colorado pareciera un simple surco en la tierra.

Con valentía, intenté tender un puente sobre ese abismo.

—Me encanta tu colección de arte —comencé—. Las piezas son impresionantes. —Excepto aquella escultura abstracta que parecía un accidente de tráfico metálico.— ¿Tienes alguna favorita?

No era el tema de conversación más original, pero cualquier cosa servía. Hasta ese momento, solo había logrado que me dijera seis palabras, tres de las cuales fueron "pásame la sal". Este hombre estaba a un paso de convertirse en un mimo de alta gama.

—No tengo favoritos —respondió, cortando su filete con una precisión casi quirúrgica.

Apreté los dientes, pero tragué mi irritación junto con un sorbo de agua. Después de nuestro desastrozo encuentro durante la mudanza, ya había pasado por la fase de shock y de furia, y ahora me encontraba en la fase de resignación práctica. Tenía que aguantar a Damián, quisiera o no. Y debía intentar hacerlo lo más llevadero posible. Si no... Imágenes de días fríos, noches solitarias y sonrisas falsas comenzaron a asaltarme. El estómago se me cerró. Bebí un sorbo de agua e intenté de nuevo:

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🇻🇪💕Jennifer Rodriguez💕🇻🇪
Sin palabras👏👏
🇻🇪💕Jennifer Rodriguez💕🇻🇪
Súper interesante, sigue así ☺️
🇻🇪💕Jennifer Rodriguez💕🇻🇪
Me encanta, el relato es fluido y todo va encajando perfecto 👏👏👏
🇻🇪💕Jennifer Rodriguez💕🇻🇪
Ya me estoy quedando sin uñas y apenas vamos comenzando
🇻🇪💕Jennifer Rodriguez💕🇻🇪
Un primer capítulo cargado de emociones y ansiedad, 👏👏 me encanta ☺️
Gabriela Kienzler
excelente
Gabriela Kienzler
excelente... me gusta esta obra, sigue asi 👏👏👏🥰
Marita Araya
primer capítulo muy emocionante, ¡me encantó! esperaré que actualices más para leer todo de corrido, pero conociéndome como me conozco seguiré leyendo, jajaja me encantó el primer capítulo.. ❤️
Marita Araya: sigue escribiendo tienes mucho talento. ❤️
total 2 replies
🔥ana_omi🦊🍃
🤩🤩 No puedo creer lo buena que es tu idea, sigue escribiendo así de bien.
D.R. Olivieri: muchas gracias por tu apoyo ☺️
total 1 replies
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