Mauro Farina es el Capo de la mafia Siciliana y el dueño de Lusso, la empresa de moda más importante del mundo, y quiere destronar a sus competidores con la nueva campaña que lanzará.
Venecia Messina es heredera de la ´Ndrangueta y el cártel de Sinaloa, y su nueva becaria.
Mauro no ha olvidado el rechazo que sufrió a manos de esa pequeña entrometida hace años, y ahora que está a su merced se vengará de esa ofensa. Lo que él no sabe es que Venecia viene para quedarse y no se dejará amedrentar por él.
¿Quién ganará esta batalla de voluntades?
Te invito a descubrirlo juntas.
NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Represalias
Venecia
Lo primero que veo cuando entro a mi pequeña, pero acogedora casa, es la mitad del cuerpo de mi primo dentro del refrigerador.
–Podrías al menos comprar comida, ¿no lo crees?
Dejo la cartera sobre la isla de la cocina. –Llevo menos de una semana aquí. Lo siento, si no he podido ir al supermercado para saciar tu enorme apetito –devuelvo–. ¿Qué haces aquí?
Sale del refrigerador y sus ojos grises me miran molestos. –Me dijiste que me avisarías cuando llegaras a casa. No lo hiciste y me preocupé.
–Eso no explica por qué cruzaste el atlántico, primo.
Sus hombros se encogen. –Podría haber llevado mi preocupación a casa de mi tío o comentárselo a papá, pero no lo hice –devuelve y ahora la que se encoge de hombros soy yo–. Creo que deberías estar agradecida de que sea yo quien está aquí. ¿Con quién estabas?
–Deberías peinar ese cabello rubio tuyo antes de que se seque de esa forma –digo mientras tomo mi cartera–. Voy a comprar comida.
–Respóndeme, Venecia –exige.
Lanzo mi cartera al suelo y piso firmemente con mi pie sobre el piso de madera.
–Por si no lo sabías tengo veinticinco años. ¡Veinticinco años! Si quiero pasar la noche fuera de mi casa, una casa en la que vivo sola, por cierto, puedo hacerlo y no tengo por qué darte explicaciones. ¿Estamos claro?
Sus labios se elevan en una reticente sonrisa. –Vaya, vaya, sacaste el carácter de mi tía y mi mamá –dice divertido–. Sé que eres adulta, pero sigo viéndote como esa pequeña niña que me seguía a todos lados mientras yo trataba de ignorarte.
Nico tira de mi y me abraza.
–Te amo, primo.
–Y yo a ti, pequitas –devuelve–. Y debo sincerarme, no solo estoy aquí porque estaba preocupado. Massimo me tiene hasta los cojones –agrega antes de soltarme–. Necesitaba un respiro de él y su adorada Eva.
Espero el golpe en mi corazón cuando menciona a mi hermana, pero este no llega. Duele, pero no como antes.
El alcohol todavía tiene mis emociones adormecidas.
–¿Qué pasa con mi hermana?
–¿Hermana? –pregunta con una mueca de disgusto–. Después de todo lo que hizo, ¿todavía puedes llamarla hermana?
–¡Por supuesto que sí! –respondo–. Eva siempre será mi hermana, no importa lo que haga.
Sus ojos grises se endurecen. –Bueno, tu hermana se ha estado paseando con su nuevo novio por todas partes. Fue a casa de mis padres, ¿lo sabías? Mamá tuvo que quitarle el arma a papá, ya que quería matarlo en cuanto lo vio.
Trago el nudo que se forma en mi garganta.
–Y, sobre todo, está volviendo loco a mi hermano.
–¿Massimo?
–Claro que Massimo, no tengo otro hermano –gruñe antes de dejarse caer sobre uno de mis taburetes–. Donde sea que vaya Massimo, allá va Eva, muy de la mano con ese imbécil, y sé que lo está haciendo a propósito.
Me siento en el taburete frente a él. –¿Por qué Eva haría algo así?
–¡Porque sabe lo que Massimo siente por ella! –sisea–. Y lo está volviendo loco. No reconozco a mi propio hermano.
–Eva y Massimo se adoran.
–Oh, pequitas, por favor, abre los ojos. Eva y Massimo siempre se han tenido unas ganas tremendas de follarse, eso es lo que pasa –escupe.
Mi respiración queda atascada en mi garganta por varios segundos y luego, cuando creo que me ahogaré, comienzo a toser sin detenerme.
Nico tiene que levantarse y golpear mi espalda para ayudarme a respirar bien.
–No –digo cuando recupero el habla–. ¿Acaso estás loco? Eva y Massimo son primos –susurro antes de sacudirme entera.
–No son primos, no genéticamente hablando –replica.
–Sé que Eva es adoptada, pero… somos primos, nos criamos juntos.
–Sí, bueno. Creo que mi hermano está a unos pasos del incesto, si me lo preguntas. Primero coqueteaba con Mía, aunque sé que solo lo hacía por molestarla, la única mujer que siempre le ha interesado es esa traicionera.
–Para. Para –le pido mientras trato de ordenar mis pensamientos–. ¿Cómo lo sabes? ¿No será que estás imaginando cosas?
–Massimo es mi gemelo, lo conozco como la palma de mi mano.
–Eso no significa nada…
–Los vi –me corta–. Hace dos años, en tu fiesta de cumpleaños. Todos estaban en la terraza y entré a buscar algo para comer, algo que no fuera pizza, y los vi. Estaban besándose contra el refrigerador. Y sus manos estaban… Puaj, ni siquiera quiero acordarme. Me da escalofríos.
–¿Te vieron?
–Estaban muy concentrados en lo suyo, pequitas. No notaron mi presencia. Tuve que tirar un florero al suelo en el pasillo para que lo dejaran. Había mucha gente en la casa, no podía permitir que alguien los viera.
–Eva nunca me dijo nada –susurro entumecida–. Entonces, ¿por qué se metió con Iván si ama a otro?
–Ay, pequitas. ¿Para qué más? Para darle celos a Massimo.
Enfurezco.
–Me estás diciendo que mi hermana se está follando a mi novio solo para darle celos a Massimo. ¿Es que acaso perdió la cabeza?
–Es lo que he tratado de decirte desde hace tiempo. Eva no merece tu lastima, prima. No si está dispuesta a romperte el corazón solo para volver loco a Massimo.
–¿Alguien más sabe de esto?
–¡Claro que no!
–¿Trajiste el Jet?
–Sí, papá me lo dejó.
–¿Eva e Iván siguen en tu casa?
–Por algo estoy aquí.
–¿Podré estar de vuelta mañana en la tarde? –pregunto preocupada. Mañana es domingo, pero el lunes debo trabajar.
–Eso depende de para qué quieres viajar.
–Oh, solo decirle unas cuantas cosas a mi hermana y al imbécil de Iván.
–Al fin estás reaccionando como corresponde –dice con una sonrisa–. Vámonos, comeremos en el avión –agrega y tira de mí a la puerta.
Esos dos por fin entenderán que no pueden jugar conmigo y no esperar represalias.
😍