En Esta Segunda Vida Seré Villana

Mientras Dayana hacía su poción, un grupo de sacerdotes se reunían en las fronteras de Kaito, y allí había una elegante mujer y un joven muy guapo, ambos estaban en la compañía de unos cuantos sirvientes de confianza.

Todos esperaban a los sacerdotes, pues hace un día, aquellas dos personas recibieron la mejor de las noticias, y fue, aquel niño por fin dejo este mundo.

Tras saludarse entre ellos, los sacerdotes le entregaron el cuerpo del supuesto niño a esas dos personas.

—Ya cumplimos nuestra parte, por lo tanto, nuestra relación laboral está rota, el mal ya está erradicado— expresa unos de los sacerdotes y unas de las dos personas ordenan que se le entregue a esos hombres un cofre lleno de monedas de oro y uno de piedras preciosas.

—Fue un placer hacer trato con ustedes, nosotros les daremos un entierro digno a ese mugroso niño, su poder era un peligro para nosotros, de no ser por su ayuda, no se sabe que habría pasado— dice el joven con una sonrisa.

Los sacerdotes agradecen la amabilidad de esas dos personas, ya que erradicar el mal, es un placer inmenso.

Para ellos, una persona que posee magia oscura, no es más que un demonio, y por esa razón, en el imperio de Azure, quien da signo de que tiene magia oscura, se le apoda demonio y se le trata como tal.

Al no tener más que decir entre ellos, ambos se despiden y cada quien sigue su rumbo.

¿Todos se preguntan quién es ese niño, y quiénes son esas personas misteriosas?

Aquellas personas no son otras que el príncipe Bruno Kaito, y su madre, la concubina Estella, esposa del emperador Federico Kaito.

Esas personas durante años han tramado obtener ellos el control imperial y la única manera de hacerlos fue quitando del medio a la emperatriz y a su hijo.

Por esa razón, ellos tras envenenar a dicha mujer, quien estaba en estado avanzado de embarazo, planearon desaparecer a su hijo.

No han matado al emperador, ya que la ley del imperio dice, que el emperador debe de pasar su lugar en vida, y más porque él es inmune a los venenos y es un excelente guerrero, o lo habrían mandado al más allá.

El plan no tenía fallas, y más cuando se aliaron con los sacerdotes que erradican el mal del imperio de Azure.

Ellos planearon un secuestro con ayuda de esos sacerdotes, y todo salió mejor de lo que se esperaba.

Los sacerdotes tenían la tarea de eliminar al niño, sacando de él su maná maligno, pero el niño, luego de un mes de estar allí sometido bajo las peores torturas que un ser humano puede soportar, no solo no murió, sino que alguien misterioso se lo llevó y de paso eliminó a unos cuentos sacerdotes.

Aquellos seres malvados deciden que lo mejor era sustituir el cuerpo del niño, y darlo por muerto; después de todo, para eso se le pagó.

Conseguir el cuerpo no fue tan difícil.

Ellos solo fueron a los barrios bajos, y por suerte, un niño de la edad de aquel otro se había muerto, y los sacerdotes se ofrecieron a darle la sepultura que ese niño iba a obtener, pero en su lugar, solo dejaron un cadáver de animal, y tomaron aquel cuerpo y le aplicaron un hechizo para cambiar su apariencia.

El fallecido niño tomó la apariencia de aquel otro desaparecido, y lo siguiente fue llevar el cuerpo con aquellas dos personas, quienes, esa misma noche, llegaron con el cuerpo del niño, fingiendo que lo habían encontrado en manos de mercenarios.

Esa noche el emperador, quien amaba mucho a su hijo, lloró la pérdida de aquel pequeño, quien se fue de entre los mortales con tan solo 10 años.

Esa noche el palacio de Kaito estaba de luto, y todos lamentaban la partida de ese niño, pues él era muy amado también entre la servidumbre.

Cuando el día llegó se anunció la muerte del niño, y el emperador y el resto de la familia imperial enterraron su cuerpo, al lado de su madre.

Ya todos deben de haberse hecho una idea de quién es ese niño, pero si aún no lo han hecho, se lo diré, ese niño es Hades Kaito, príncipe heredero del imperio, por ser el hijo de la fallecida emperatriz de aquel imperio.

En el imperio de Azure.

Mientras eso pasaba, Dayana recién terminó de elaborar su obra maestra.

Ella durante toda la noche estuvo realizando aquella poción, la cual le tomó terminar unas cuantas horas.

Dayana se siente muy cansada, y por esa razón decide no ir a clases ese día, y mandará en su lugar a un clon de sombras.

Por eso, tras hacer el clon de sombras y darle instrucciones, ella se va a dormir.

Cuando despierte, le dará la primera poción al niño, y se tomará la que le trajo su aliado.

***

Paso exactamente tal como planeo Dayana, ella durmió por largo rato, y despertó totalmente recuperada.

Nada más hacerlo, se fue a bañar, y luego de cambiarse, tomó la poción que le trajo el maestro, y al tomarla casi muere, puesto que, aquella poción estaba peor que la retama.

La pobre perdió hasta el aliento.

Cuando por fin se repuso, ella toma una de las tres pociones que realizó e intenta dársela al niño, pero nuevamente, darle algo es imposible.

Pero eso no fue problema para ella, porque se las ingenio para dársela.

Ya saben, boca a boca.

Cuando terminó de hacer su trabajo, se dedicó a ver al niño, el cual se veía mucho mejor.

Para asombro de Dayana, el niño abrió los ojos y eso hace que ella se asuste, el niño, quien había despertado, también se asustó.

—¿Dónde estoy y quién eres?— dice el niño asustado mientras se levanta de la cama, al hacerlo cae de rodillas, pues al aún no tener su magia al cien, estaba débil.

Dayana se asustó y quiso ayudarlo, pero el niño estaba asustado.

—No te acerques— dice el asustado mientras con sus pequeñas manos se intenta levantar, pero la debilidad no lo deja hacerlo.

Su actitud enojó a Dayana.

—Te salvó y así me pagas, tenía que dejarte morir en manos de esos bastardos— dice ella enojada.

El joven, al escuchar esas palabras, se calmó un poco, pues si esa niña hubiera querido hacerle daño, él ya estaría muerto.

Por lo que agradecido hace una reverencia.

—Bien, muchas gracias por salvarme, no sé qué está pasando, pero esos hombres parecen querer matarme. No tengo ni la menor idea de dónde estoy o quién soy, pero gracias por evitar que me maten— dice el niño.

—No fue nada, ¿cómo es eso de que no sabes nada de ti?—preguntó ella, tal parece que el daño que recibió el niño, fue tan grande, que le causó pérdida de memoria.

Ella como santa, no puede hacer nada para ayudarlo; después de todo, el santo solo puede sanar heridas del cuerpo u enfermedades, y lo que ese niño tiene, es algo que solo el tiempo puede curar.

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