Massimo Russo tenía que cumplir con su destino , él no lo había elegido ,pero su vida había sido escrita hace muchos años.
Su padre había sido asesinado,su madre tuvo el mismo destino, solo que antes había Sido abusada sexualmente antes.
Su abuela Carlotta los había criado a su hermano pequeño Pietro y a él. Pero no hubo día que no relatará esa historia una y otra vez, y lo había preparado para su venganza toda su vida. Había llegado el momento.
y lo haría con la hija de su peor enemigo la familia Ferrari. La bella y inocente Sofía( o era lo que creía) era hermosa pero la destruiría para matar a esa familia.
Solo haría justicia por sus padres como su abuela se lo había pedido .Pero ¿que sucede si el amor hace de las suyas en la vida de ambos? ¿Podrá cumplir lo que planeo?
Veremos en esta nueva historia que sucede ...entre los protagonistad...
Lealtad , venganza , amor ,destino...
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CAPÍTULO 10: “NUESTRA CITA"
Massimo tenía todo listo , hizo todos los preparativos para esa especial noche, cada detalle arreglado por el mismo, para que Sofía viviera una noche sacada de sus sueños, una noche que marcaría el gran final de su plan. Hoy, pensaba, ella sería suya, sin importar nada,sabía que le rompería el corazón , que su vida sería otra a partir de esta noche, pero era lo que debía hacer.
En los días recientes, Sofía se había convertido en una sombra, cuando pensaba que la encontraba, la perdía de nuevo. Estaba huyendo del león sonreía Massimo complacido.
Él lo notaba, claro que sí. Desde aquel encuentro en el auto, donde ambos rozaron el abismo del deseo, ella se había negado a verlo,protegiéndose tras un muro de silencio. Massimo entendía, a su manera, esa necesidad de distancia. Era algo desconocido para ella, un despertar de su cuerpo , sus instintos,que la había tomado por sorpresa.
Pero el silencio de Sofía era un desafío que Massimo no estaba dispuesto a aceptar. Sus mensajes ignorados, sus llamadas sin respuesta, solo avivaban el fuego de su determinación. Así que, como un cazador con experiencia la espero a la salida de su trabajo.
Y allí estaba ella, radiante como una aparición. Su cuerpo, una escultura de curvas perfectas, parecía tallado por los mismísimos dioses. La sangre de Massimo hirvió en sus venas, la deseaba tanto.
Con un movimiento calculado, estacionó su auto y descendió. En sus manos, un ramo de rosas rojas, sabía que le gustaban. Caminó hacia ella con paso firme, decidido a romper el hielo.
-Hola, hermosa. Dijo, con su voz grave y seductora.
-Vine por ti. Vamos.
Extendió su mano, invitándola a tomarla, a entregarse está noche a todo que había planeado.Aunque sea el final para ellos.
Sofía lo miró con sorpresa, los ojos color miel de él siempre la afectaban, la manejaban, por eso había decidido no contestarle y huir de él. Pero ahí estaban ahora observándola de arriba para abajo.
Y los de ella solo reflejaban una mezcla de confusión y temor. No esperaba su aparición, pero él era así, impredecible.
-No iré contigo, Massimo. Respondió, su voz era apenas un susurro
+Disculpa, pero tengo que irme.
Pero Massimo no aceptaría un no por respuesta. No después de todo lo que había planeado.
-Vamos, linda. Insistió, de una forma imperativa, con una sensual sonrisa.
-Te prometo que será una noche maravillosa.Le confirmó Massimo.
En un gesto de suplica y romántico, inclinó la cabeza y se arrodilló ante ella, ofreciéndole las rosas como un tributo.
-Por favor.Suplicó. -Solo te pido esta noche.
Sofía suspiró, vencida por su insistencia, por la súplica en sus ojos. Él era tan lindo.
-Está bien. Cedió, tomando su mano.
- ¿A dónde vamos? Espero que sea un lugar muy lindo con luces de colores, flores. Y no un lugar como la casa de Drácula, que sería más un lugar donde tu vivírias.Bromeó ella. Sonrió pícara.
A Massimo le pareció desafiante y divertido su comentario ,sonrió vengativamente pero triunfante.
-Al paraíso, amor. Confías en mí.
Sofía asintió, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.
Lo veremos. Respondió,cargada de emoción.
Mientras se alejaban en el auto de Massimo, Sofía se sentía invadida por una oleada de felicidad. Pero bajo la superficie, el temor seguía en ella latente, como una sombra que la perseguía.
No sabía qué tenía planeado Massimo, qué sorpresas le tendría preparada para esta noche. Pero, a pesar de todo, confiaba en él.
Su mirada, su voz, cada detalle de su ser la atraía como un imán. Y aunque había luchado contra ello, aunque había intentado negarlo, Sofía sabía, en lo más profundo de su corazón, que se había enamorado de Massimo.