Tercera y última entrega de una amor peligroso.
Esta tercera y última historia narra las aventuras de Alison Villegas, la hija de Damián y Valentina, en la universidad y en su camino por encontrar el amor, mientras hace nuevas amistades, y pierde otras.
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Capítulo 13 La casa de Alison
Luna
Nos bajamos del taxi, donde Alison nos había indicado, pero no la vimos por un ningún lado.
-¿Por qué no le marcas? – me dijo Kat
Saque mi celular y comencé a buscar el numero, pero Lidia me dio un codazo – tranquila ya le marco – me queje
-no es eso, creo que ese hombre viene hacia acá –
Un hombre de traje venia en nuestra dirección, mientras veía algo en el celular, se paro frente a nosotras -¿son ustedes? – nos pregunto, mostrándonos una foto del celular, y en efecto éramos nostras, así que asentimos las tres al mismo tiempo.
-vengan conmigo –
Nos quedamos paradas, mirándonos, el se detuvo y nos miro – su amiga Alison, me mando a buscarlas, eso fue la luz verde para nosotras y fuimos tras el
Lo seguimos por un callejón, se detuvo al final de este, frente a un portón enorme, que estaba cerrado, y miro la cámara le hizo una seña, y la puerta se desbloqueo, para después abrirse por sí sola, nos hizo una seña con la cabeza, para que fuéramos tras él, y nos quedamos de pie al entrar, esto era una mansión, teníamos una ligera noción de que Alison era rica, pero no creíamos que tanto, aunque claro solo había que recordar que auto conducía.
Algunos hombres vestidos de traje, como el que nos escolto, caminaban por el patio, traían largos abrigos encima del traje, estos ni nos prestaron atención.
-síganme – nos dijo el hombre y comenzó a caminar a los escalones que conducían a la puerta para entrar
Nos llevo a un vestíbulo enorme, estaba frio, cosa que Alison nos advirtió, una mujer muy guapa que rondaba los cuarenta, venia bajando las escaleras, su cabello era castaño y cortó hasta los hombros, tenía cierto parecido con Alison, debía ser su mama.
-señora – le dijo el hombre que nos trajo – buenos días, las amigas de su hija están aquí –
-gracias, puedes irte – le dijo ella, el hombre le dio una inclinación de cabeza y se marcho, por donde llegamos
-¿son las visitas que estábamos esperando? Verdad – nos pregunto la mujer
Y nosotras asentimos – me llamo Valentina – nos respondió, con una sonrisa
-yo soy Luna, ella es Katia, y ella es Lidia – nos presente con la mamá de Alison, con algo de nervios
-pues bienvenidas sean, Alison esta por acá, vengan conmigo – nos señalo un pasillo y fuimos tras ella.
La casa parecía ser antigua, y Ali tenía razón, era fría, y bastante grande, llegamos frente a unas puertas corredizas, y las abrió, en cuanto estas se abrieron sentimos calorcito, ella entro, entramos tras ella y las volvió a cerrar, se escuchaba música, era un lugar amplio, incluso había una piscina, que debía estar aclimatada, ya que nadaba un chico en el interior de esta.
Estábamos en un gimnasio, bastante grande, Alison estaba ahí, pero no estaba sola, un hombre estaba de espaldas, y estaba otro chico, ambos con shorts, y hasta descalzos, traían guantes, estaban peleando, eso llamo mi atención, y a la vez me hizo comprender, porque ella tenía muy buen físico.
El hombre les daba instrucciones, ellos en realidad, no se estaban dándose golpes como tal, estaba más bien esquivándose, la madre de Alison quito la música.
-ya fue suficiente, solo tú puedes poner a pelear a tus hijos – le dijo al hombre, y este se dio la vuelta
Era un hombre bastante guapo, de alrededor de los cuarenta años, pero con un excelente físico, y recordé que Alison dijo que ella quisiera verse como se veían sus padres, cuando tuviera esa edad, así que el debía ser su papá.
-no están peleando, solo los entreno – respondió con calma
-¿y cuando se pelean y tú no estás aquí, también están entrenando? –
-ma, el no puede decirnos nada al respecto, el hacía lo mismo con mis tíos – Alison, se quito los guantes, y se estaba quitando las vendas de la manos, sudaba bastante, cuando vino hacia nosotras.
-hola – le dijo Kat
-perdón por no ir a buscarlas papá me tenia ocupada –
-eso notamos – dijo Kat – por cierto, tu papá es muy guapo – comento ella
- hey para con eso – respondió ella – denme un momento, necesito esperar un poco para darme una buena ducha –
-ni te preocupes, es más cálido, aquí, que afuera, pero tu casa, es muy bonita, lo poco que vimos hasta ahora, me lo pareció – le dijo Lidia
-dejen que me dé un baño, y les muestro el lugar –
-¿no tienes nada más que hacer hoy? – le pregunto la mamá de Alison, a su papá
-¿me estas corriendo? – le respondió el
-no estoy corriéndote, solo pregunto – respondió ella, y le dio un golpecito en el hombro, que el fingió, que le dolió
-wow, aun golpeas fuerte, eso casi podría ser considerado violencia familiar – le dijo su esposo
-golpéalo más fuerte ma, para que no se burle de ti – dijo el chico que estaba sentado en la colchoneta
-oye, ¿tú de qué lado estas? –
-de mamá obvio, ella manda aquí, todo el mundo lo sabe, por eso el abuelo la nombro la matriarca – respondió este
-¿siempre son así tus papás? – le pregunto Lidia, a Alison
-claro, un día normal en mi familia, voy a darme un baño, ya vuelvo –
-claro, cuando quieres dinero, bien que vienes conmigo – le respondió su padre, haciéndose el ofendido
-para eso trabajas – le respondió él, y su padre solo lo miro
-te toca limpiar todo – le ordeno, y se acerco a saludarnos
-¿ustedes deben ser las amigas de mi hija? – me sentí un poco intimidada por que era un hombre mayor muy atractivo, además de muy alto, así que solo asentí
-yo soy Kat – dijo ella a mi lado – esta es Lidia, y ella Luna – me señalo a mí al final
-Damián Villegas – nos respondió dándonos un asentimiento de cabeza –siéntanse como en su casa – dicho esto se retiro, con su esposa, sentí un poco de envidia de Alison, al ver que sus papás, aun se notaba que se tenían mucho cariño.
Pues vi a la madre de Alison ponerle la chaqueta encima a su marido antes de salir porque afuera el gimnasio no había calefacción, y este le correspondió con en beso en la frente.
-ahora entiendo por Alison es tan guapa – nos Dijo Lidia – incluso su hermano, es obvio que será muy guapo al ser mayor –
-les recuerdo que es menor de edad – nos dijo nuestra amiga a nuestras espaldas, y nos hizo dar un salto, nos dimos la vuelta y la vimos, ya duchada, y usando un conjunto deportivo.
-solo decíamos, sabemos que es menor de edad, no vamos a coquetearle – le respondió Lidia
-vamos les muestro un poco la casa –
Estuvimos como veinte minutos caminado por las diferentes partes de su casa, al final nos llevo por otro pasillo, hasta una puerta corrediza, transparente, la cual daba a un pasillo precioso, ya que podías ver el jardín, al tratarse de enormes ventanales del piso al techo, al final del pasillo, estaba otra puerta, la cual desbloqueo con la palma de la mano, y después la abrió.
-adelante, deje lo mejor para el final
-vaya – dijo Lidia, y yo concorde con ella
Era un enorme espacio, donde había una televisión enorme, para ver películas y jugar video juegos, una especie de mini bar, pero sin alcohol, una maquina de palomitas, y demás, además de una mesa para jugar hockey de aire, y otra más pequeña, para jugar juegos de mesa, además de varias puertas cerradas.
-una de esas es mi habitación – nos dijo Alison – la otra de mi hermano, por alla la de mi hermana menor, y la de mi primo Asher, y la que usan mis otros primos, si llegan a quedarse –
-¿tu primo es el chico que nadaba en la piscina? – le pregunte, y ella asintió
-¿vive con ustedes? –
-sí, sus padres también, esta casa es enorme para una sola familia – respondió ella, tranquilamente -¿quieren jugar? – pregunto, y solo asentimos
Más tarde, mientras jugábamos, la puerta se abrió, pero nadie presto atención, hasta que Ali vio la persona que entro.
-¡Beck! ¿Qué te trae por acá? –
-creí que Gus, y Ash, estaban aquí – dijo el chico
-están en el gimnasio – respondió ella
-¡ah! – respondió el, parecía distraído, ni nos presto atención a nosotras –okey – dijo y sin más se salió
-¿todo bien con él? – pregunto Kat
-no lo creo, sus papás deben haber discutido otra vez, ellos pelean mucho, y el siempre viene aquí a distraerse cuando eso pasa –
No conocía a ese chico, pero en ese momento, me sentí identificada con él, como hija de padres divorciados, entendí como él sentía, y me dieron ganas de consolarlo.
Dionisio no tiene la culpa de lo que hizo su mamá y aún así lo tratan mal, si su papá se quiso hacer cargo de el , lo hubiera hecho con amor