Heridas De Amor

Me sentí fuerte y poderosa al ver qué se iba, pero en realidad la que planeaba irse de la habitación era yo pues tenía recuerdos muy dolorosos, tomé la foto de mi bebé, no me cansaba de verla era tan hermosa

- Si yo no hubiera perdido el conocimiento... No, no, no, no voy hacer caso a sus palabras, el perderte no fue mi culpa.

Me dormí abrazada a su fotografía, sentía un hueco en el pecho, como si ya no tuviera corazón, sentía que tanto dolor me había marchitado el corazón

En la oficina

- Como es posible que esto pase de nuevo?? cómo? cómo?

Tomás acababa de enterarse por Félix que de nuevo habían surgido problemas con los envíos y la policía los había encontrado, esto lo hizo perder los estribos y le dio un golpe en la cara a Félix, para después darle otro que lo tumbó mientras en el piso lo pateaba

- Eres un inútil, es que todo tengo que hacerlo yo porque tú no sirves para nada

Cuando termino de golpearlo le dijo que se fuera, Félix se fue maldiciendo mentalmente, pues el sabía que Tomás era un hombre difícil pero era la primera vez que le pegaba, además de que quien le estaba informando a la policía era el, pues quería que los clientes se molestaran al punto de quejarse tanto con los socios que terminarían por despedir a Tomás y el podría quedarse con su puesto

- Que te paso? Porque caminas en ese estado?

Consuelo se acercó a su esposo y cuando lo toco este gritó, ella le quitó la camisa y se quedó sorprendida por los moretones

- Quién? Quién te hizo esto? Tienes que decírselo a Tomás para que haga algo contra el maldito que te hizo esto

- Fue Tomás

- Que? Cómo que fue Tomás pero si el no es un hombre violento, tiene su caracter pero

- Te dije que fue el, los negocios salieron mal y me golpeó por ser un incompetente

- Maldito hombre, estás bien? Ven déjame ayudarte a curar eso

Consuelo curo las heridas de Félix y le dijo que se recostara cuando tocaron la puerta

- Ahora vuelvo

Era Tomás que quería ver a Félix para disculparse, y eso hizo, le dijo que había perdido el control y que estaba muy arrepentido por su falta de control, Félix le dijo que estaba bien que aceptaba las disculpas y Tomás se fue

- Como aceptaste tan rápido?

- Todo a su tiempo mujer

Narra Romina

Estaba desayunando pues hoy sería un día maravilloso para seguir con los preparativos, también iba a comprar un celular pues no tenía ninguno, el que se suponía era mi celular lo manejaba una mujer que recibía mis llamadas y daba cuenta de todo a Tomás. El también llegó al comedor y se sentó, Fernanda hizo lo mismo

- Sabía que eras una gata, pero no saludar a quienes acaban de llegar, a quienes te dan de comer, también eres una mal agradecida

Deje el tenedor en el plato y la mire con desprecio, no sabía si estaba bien lo que sentía por ella pues ella no me había hecho nada pero el solo pensar en que yo no podría ver crecer a mi hija porque su padre la había dejado morir, por el contrario tendría que ver crecer a su hija con otra, a la que mimaba, consentía y daba gusto hasta en el más mínimo capricho

- Si te molesta puedes comer en la cocina

- La cocina es para las gatas como tú

- Sabes que no me importa nada de lo que digas

Me levanté de la mesa estaba por irme cuando Tomás me tomó del brazo

- Disculpate

- Que?

- Tienes que disculparte con Fernanda por como le hablaste

- Y como ella me habló a mi que? Eso no importa, no cuenta? Pues no me disculpo y hazle como quieras

Tiré de mi brazo para soltar su agarre y salí de la casa, iba en dirección al auto cuando Tomás me alcanzó y de nueva cuenta me tomó del brazo

- A donde crees que vas?

- A gastarme el dinero que te robé

- No juegues con mi paciencia Romina, todo tiene un límite. Ahora regresa a la casa disculpate con Fernanda y quédate adentro tú no tienes permiso para salir

- No necesito de tu permiso, quieres divorciarte? Porque si no hago lo que yo quiero me voy a divorciar

El me tomó de la cara y pasaba sus manos de arriba a abajo por mis mejillas

- Tu eres mía, solo mía escuchaste tú no puedes dejarme, yo no puedo vivir sin ti te amo, y antes de que me dejes te mató

- Y crees que eso me asusta, hazlo así podré estar con mi hija

- Tu hija, tu hija, tu hija. Ya me tienes harto con lo mismo, no entiendes que lo mejor que le pudo pasar fue morir? Si hubiese vivido yo la habría matado porque no pienso compartirte con nadie tu eres solo mía

- Pero que clase de enfermo eres? Maldito psicópata!!!

- Solo digo que tú jamás me dejaras, está bien te dejare hacer lo que tú quieras, no te voy a pedir el dinero de regreso total tengo más y también voy a dejar que salgas y vayas a dónde te dé la gana pero, con un chófer y escolta

- No

- Si quieres salir será con condiciones, si no por mi quédate encerrada

- Solo el chófer

- De acuerdo, por hoy puedes ir sola me daré prisa por contratar uno

Me dí la vuelta y entre en el auto, tenía ganas de lanzarme encima de el y ahorcarlo, tal vez torturarlo. Estaba loco y yo soy tan estúpida que no me dí cuenta hasta que fue tarde.

Antes de irme le había ordenado a alguien que cambiará mis cosas para la habitación de final de pasillo, era una habitación hermosa y tenía un balcón con escaleras por las cuales podías bajar y siguiendo un camino recto llegabas a la orilla del mar. Vivíamos en Valencia, y para mí era un alivio tener el mar tan cerca pues se me había hecho costumbre caminar de noche cuando mi cuerpo no estaba tan cansado